El aire que mata al respirar
Pernik, una peque?a ciudad de Bulgaria, es una de las urbes m¨¢s contaminadas de la Uni¨®n Europea

M¨¢s de la mitad de los habitantes del planeta vive en zonas urbanas. Muchos buscan comida saludable, salen a correr o pagan por hacerlo en el gimnasio. Algunos, con la vuelta al cole o el inicio del a?o, intentan dejar de fumar. Nunca antes una sociedad se ha preocupado tanto por cuidarse, nuestra esperanza de vida es cada vez mayor. Pero ah¨ª est¨¢ el aire, esa mezcla de ¨¢tomos que nos da la vida. Estaba limpio cuando llegamos, pero desde la revoluci¨®n industrial a finales del siglo XVIII no hemos parado de ensuciarlo con nuestros malos humos.
Esos malos humos ahogan a la poblaci¨®n mundial. La normativa europea establece que existen riesgos para la salud cuando la poblaci¨®n est¨¢ expuesta a una concentraci¨®n de di¨®xido de nitr¨®geno superior a los 200 microgramos por metro c¨²bico en una hora. Y grandes ciudades como Madrid, Londres, Par¨ªs, Tokio o Bogot¨¢ los superan. Hablamos de urbes de varios millones de habitantes con otros tantos millones de veh¨ªculos privados y de desplazamientos diarios. Y, sin embargo, Pernik, una ciudad de Bulgaria de unos 100.000 habitantes, pose¨ªa en 2013 el aire m¨¢s contaminado de la Uni¨®n Europea y a¨²n hoy se considera una de las m¨¢s sucias. ?C¨®mo es posible que el suyo sea peor que el de la capital, Sof¨ªa, con una poblaci¨®n que supera el mill¨®n de personas y un parque automovil¨ªstico infinitamente mayor? La respuesta es el carb¨®n.
Pernik era un pueblo condenado a crecer. Situado sobre un yacimiento de carb¨®n tan cercano a la superficie, su extracci¨®n se vio sencilla y barata hace cien a?os, cuando se comenzaron a excavar las galer¨ªas que hoy atraviesan sus ra¨ªces. A mediados del siglo XX, el Gobierno comunista decidi¨® que era el enclave perfecto para construir una ciudad industrial. Ten¨ªa la materia prima para abastecer a las f¨¢bricas y su ubicaci¨®n era perfecta, a 30 kil¨®metros de la capital y cerca de la frontera con la antigua Yugoslavia. Pronto comenz¨® a crecer y se convirti¨® en un referente industrial, pero con la ca¨ªda del comunismo y el cambio de tendencia econ¨®mica, las f¨¢bricas fueron desapareciendo y la oferta de empleo descendi¨®, por lo que los ciudadanos comenzaron a marcharse para buscar trabajo.
Para Genady Kondarev, portavoz de la ONG ecologista b¨²lgara Za Zemiata, uno de los problemas del aire de Pernik es su proximidad con la capital. ¡°Se ha construido una autov¨ªa que fomenta el uso del transporte privado frente al colectivo, pero el principal problema es el uso del carb¨®n¡±. Bulgaria es el pa¨ªs m¨¢s pobre de la UE, con un sueldo medio de 460 euros al mes. En Pernik, como en la mayor¨ªa del pa¨ªs, el principal recurso para calentarse son las estufas que usan este material, por su menor precio frente al gas¨®leo o el gas y por la falta de infraestructura para llevar este combustible a los hogares. Adem¨¢s de contaminar, la mala combusti¨®n de uno de estos radiadores puede causar la muerte por intoxicaci¨®n con mon¨®xido de carbono en media hora.
El efecto de la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica procedente de las centrales t¨¦rmicas de carb¨®n de la UE fue responsable de 22.000 muertes prematuras en 2010
Para Kondarev, el problema no est¨¢ solo en las viviendas. Una de las principales centrales de producci¨®n el¨¦ctrica del pa¨ªs alimentada con carb¨®n est¨¢ en Pernik. Estas plantas son una importante fuente de emisiones de di¨®xido de azufre y mercurio, y tambi¨¦n una de las m¨¢s significativas en emisiones t¨®xicas de ¨®xidos de nitr¨®geno, di¨®xido de carbono, ars¨¦nico, plomo y cadmio. Todas contienen part¨ªculas microsc¨®picas que penetran en los pulmones y llegan a la sangre. Un estudio de la Universidad de Stuttgart (Alemania) para Greenpeace en 2013 constat¨® que el efecto de la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica procedente de las centrales t¨¦rmicas de carb¨®n de la UE fue responsable de 22.000 muertes prematuras en 2010.
La electricidad generada por estas plantas alcanz¨® su mayor nivel en 2013, cuando representaba el 41% de la electricidad mundial. En Estados Unidos existen 600 plantas de energ¨ªa a carb¨®n, en Europa 300, que producen una cuarta parte de toda la electricidad generada en la Uni¨®n y m¨¢s del 70% de las emisiones de di¨®xido de azufre. Y est¨¢ proyectada la construcci¨®n de m¨¢s instalaciones pese a su baja eficiencia energ¨¦tica, ya que se calcula que solo se aprovecha el 35% del total de carb¨®n que se utiliza. Seg¨²n un informe preliminar publicado por la UE, en 2016 las emisiones del sector el¨¦ctrico se redujeron un 4% gracias a que la generaci¨®n el¨¦ctrica con carb¨®n se desplom¨® un 11% por el cierre de plantas y por el cambio al gas debido al abaratamiento del precio de este.
Tras los acuerdos de Par¨ªs de diciembre de 2015, la Agencia Internacional de la Energ¨ªa inform¨® de que para 2020 se deber¨ªan consumir 5.800 millones de toneladas de carb¨®n en el mundo, 500 millones menos de las que se empleaban a principios del pasado a?o. La Agencia Europea de Medio Ambiente (Aema), por su parte, llama a instaurar medidas m¨¢s estrictas para combatir el da?o causado por la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica. Seg¨²n su informe de 2017, si bien la calidad del aire est¨¢ mejorando lentamente, la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica sigue siendo el mayor peligro para la salud ambiental en Europa, dando como resultado una menor calidad de vida debido a las enfermedades. Las cifras que manejan revelan que la exposici¨®n a part¨ªculas en suspensi¨®n de menos de dos micras (PM2,5) es responsable de alrededor de 467.000 muertes prematuras al a?o en pa¨ªses europeos. En 2014, entre el 50% y el 85% de los ciudadanos estuvieron expuestos a concentraciones de part¨ªculas que exced¨ªan las recomendaciones de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud en el periodo 2000-2014, indica el mismo informe.
La doctora Kadiska, directora del Hospital de Enfermedades Pulmonares de Pernik, afirma que el n¨²mero de pacientes ha crecido en los ¨²ltimos a?os. Las enfermedades causadas por la poluci¨®n y tratadas en el hospital son asma bronquial, c¨¢ncer de pulm¨®n y enfermedad pulmonar obstructiva cr¨®nica (Epoc). ¡°Se supone que el 80% de las dolencias pulmonares est¨¢n causadas por el medio ambiente, que incluye el polvo, lo que se respira en el trabajo y las sustancias que salen de los autom¨®viles¡±, completa.
¡°La contaminaci¨®n atmosf¨¦rica provoca da?os a la salud humana y a los ecosistemas. Una gran parte de la poblaci¨®n vive en ambientes no saludables, si nos atenemos a los criterios en vigor", explica Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la Aema. Para ser sostenible, el directivo reclama que Europa se muestre m¨¢s ambiciosa e imponga requisitos legislativos m¨¢s estrictos. "Debemos abordar las causas primordiales de la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, y eso exige una transformaci¨®n fundamental e innovadora de nuestros sistemas de movilidad, energ¨ªa y de alimentaci¨®n".
Minas ilegales
En junio de 2015, Rumiana Pavlova vivi¨® durante 20 minutos el hundimiento de su casa, que fue levantada por sus padres y en ella estaba criando ahora a sus nietos. La suya y dos adyacentes zozobraron en el queso Gruyer en el que se ha convertido el subsuelo de Pernik por los t¨²neles de las minas ilegales.
La explicaci¨®n oficial que le han dado achaca el colapso a la mala construcci¨®n, y el Ayuntamiento les ha realojado en un apartamento de otro barrio. Los t¨¦cnicos que acudieron inyectaron hormig¨®n en el subsuelo para evitar que se hundiera completamente, pero las tres viviendas son inhabitables y un polic¨ªa local las vigila constantemente para impedir que nadie las ocupe y evitar actos de pillaje. Uno de los ¨¢rboles del jard¨ªn cedi¨® verticalmente y, aunque contin¨²a erguido, perdi¨® m¨¢s de un metro de altura.
La veta de carb¨®n en Pernik est¨¢ a un nivel cercano al suelo y se hace muy sencilla su extracci¨®n
Rumiana sabe que nunca regresar¨¢ a su antiguo hogar. ¡°Los vecinos denunciamos la situaci¨®n al Ayuntamiento y la polic¨ªa antes de que ocurriera una desgracia, pero no hicieron nada y las casas se hundieron¡±. Esta vecina sigue luchando por que la den una soluci¨®n e intenta dar a conocer este problema en los medios, lo que le supone continuas amenazas de las mafias. ¡°Me han dejado papeles pegados en la puerta diciendo que me quedan cinco d¨ªas de vida, que van a violar a mi hija¡ Es una tortura psicol¨®gica inexplicable¡±, lamenta
El carb¨®n en Pernik no solo es causa de contaminaci¨®n: se ha creado una mafia bien articulada para su extracci¨®n ilegal pese a que la mina de su subsuelo permanece cerrada desde 1966, cuando sus reservas se agotaron y se decidi¨® continuar a cielo abierto. Dos de estos yacimientos conviven con el vecindario, muy cerca de las casas y se ven desde cualquier ventana de los bloques de pisos de Stara Teva.
En estas peque?as minas, cientos de personas trabajan diariamente. Son agujeros excavados en las cercan¨ªas de las que est¨¢n a la intemperie y en las que trabaja poblaci¨®n gitana que se ha ido instalando all¨ª hasta formar un poblado. Comparten espacio con antiguos mineros que se quedaron sin empleo al cerrar los yacimientos que operaban en Pernik. La veta de carb¨®n est¨¢ a un nivel cercano al suelo y se hace muy sencilla su recolecci¨®n. El negocio es muy rentable, m¨¢s a¨²n si lo comparamos con una mina legal, que debe pagar los derechos de extracci¨®n, la maquinaria, a los trabajadores y los impuestos.
Za Zemiata ha denunciado estas minas ilegales y la tala indiscriminada de ¨¢rboles en el bosque que bordea la ciudad, cuya madera es utilizada para apuntalar los t¨²neles. Sus activistas consiguieron acercarse y documentar lo que all¨ª ocurre. A partir de ese momento, el acceso se ha hecho imposible, tienen gente apostada para alertar de la presencia de extra?os y echarles amablemente de la zona. Vecinos de la Comuna de Par¨ªs, una barriada cercana, cuentan c¨®mo el a?o pasado, tras unas fuertes lluvias, decenas de personas, entre ellos ni?os y ancianos, sal¨ªan de los agujeros excavados en la tierra mientras estos se inundaban. Za Zemiata estima que en los ¨²ltimos a?os han muerto m¨¢s de diez personas en esos hoyos.
Nadie dice conocer a quienes trabajan all¨ª, el miedo ha enmudecido a la gente. El jefe de la polic¨ªa en la localidad en el momento de realizar este reportaje, Valentin Buchinski, asegura desde su despacho no conocer la existencia de minas ilegales en Pernik.
La organizaci¨®n Za Zemiata ha repartido unos folletos con el tel¨¦fono gratuito de crisis del Ministerio de Econom¨ªa y Energ¨ªa para que la poblaci¨®n denuncie actividades mineras ilegales. ¡±Lo barato sale caro¡±, precede en el texto a la llamada a la poblaci¨®n para que no compren carb¨®n ilegal. ¡°La combusti¨®n que es barata para unos, para otros arruina su casa¡±. Tambi¨¦n incluyen informaci¨®n y un enlace web para ayudar a reubicar a los antiguos mineros y que estos encuentren alternativas de trabajo.
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