Guillermo del Toro: ¡°La violencia espiritual, f¨ªsica y moral que la familia ejerce hacia el ni?o es el germen del horror¡±
El director mexicano gana el premio a la mejor direcci¨®n en los Globos de Oro por ¡®La forma del agua¡¯, historia de amor entre un ser anfibio y una limpiadora muda
Otro mundo ¨Cuno verdaderamente fant¨¢stico¨C es posible. Guillermo del Toro (Guadalajara, M¨¦xico, 1964) ha puesto su granito de arena para acercar ese deseo a la realidad al lograr que una pel¨ªcula de g¨¦nero (fant¨¢stico) se erija como triunfadora absoluta en uno de los cuatro grandes festivales de cine del mundo (Venecia) y se lleve el Globo de Oro a la mejor direcci¨®n (adem¨¢s de mejor banda sonora). Un hito para la historia y una bofetada en la cara para ese n¨²cleo duro de la cr¨ªtica anclado en una trasnochada concepci¨®n del s¨¦ptimo arte, seg¨²n la cual el fant¨¢stico no es lo suficientemente serio.
Pero ah¨ª lo tenemos: la historia de una limpiadora muda que se enamora de un maltratado anfibio humanoide en los pasillos grises de un laboratorio estadounidense durante la Guerra Fr¨ªa disparaba los niveles de empat¨ªa y se llevaba el premio gordo en el pasado festival de cine de Venecia. Poca broma. Hablamos, claro, de la nueva pel¨ªcula de Del Toro, La forma del agua, que se estrena en Espa?a el 16 de febrero.
"Nadie va con los aviones en ¡®King Kong¡¯, todo el mundo apuesta por el gorila. Supongo que esta segunda opci¨®n encaja mejor con mi forma de entender el mundo"
El realizador mexicano, antidivo donde los haya, se lo toma con calma: ¡°No creo que un solo caso cambie algo a nivel general¡±. M¨¢s conciliador que categ¨®rico, pero siempre con las ideas claras, su discurso en La forma del agua ha de entenderse menos como una llamada a la insurgencia (aunque tambi¨¦n) y m¨¢s como una reivindicaci¨®n de la diferencia individual frente a la asfixiante uniformidad institucional. Algo sobre lo que un inconformista como Del Toro no podr¨¢ menos que despacharse a gusto durante esta entrevista.
'La forma del agua' es la primera cinta fant¨¢stica en obtener el galard¨®n a la mejor pel¨ªcula en el Festival de Venecia. ?Cree que se avecina un cierto aperturismo respecto al no pocas veces infravalorado cine de g¨¦nero? No s¨¦ si es para tanto. Con mayor o menor fortuna, llevo un cuarto de siglo haci¨¦ndolo. En mi carrera existe una coherencia que permite que la gente diga: ¡°Bueno, esto es lo que ¨¦l hace, se llame como se llame¡±. En todo caso, el g¨¦nero nos ha brindado algunas de las im¨¢genes primigenias y primordiales del cine: Nosferatu, el Frankenstein de James Whale, Lon Chaney¡ El cine nace con dos vocaciones: la de cr¨®nica, encarnada por los Lumi¨¨re, y la de f¨¢bula, por M¨¦li¨¨s. Inevitablemente, ambas se combinan. Tolkien expresaba una m¨¢xima preciosa en su libro Cuentos de hadas: ¡°Hay que hacer el mundo lo suficientemente reconocible como para anclarnos en una realidad y lo suficientemente m¨¢gico como para transportarnos fuera de ella¡±.
Su obra es prolija en monstruos y fantasmas. ?De d¨®nde parte esta inclinaci¨®n? Arranca ya en mi infancia. En mi pa¨ªs existe una tendencia a la fabulaci¨®n, lo que llamamos alebrijes: mundos fant¨¢sticos que acercan lo m¨¢gico a lo posible. Crec¨ª en los sesenta, disfrutando el cine fant¨¢stico de Universal y el de terror de la Hammer, as¨ª como de una enorme invasi¨®n de caricaturas y pel¨ªculas de ciencia ficci¨®n japonesas. Fue un momento muy rico y todo ello convergi¨® en mi imaginaci¨®n de ni?o.
Tiende a mostrar una vis amable de los seres sobrenaturales. ?A qu¨¦ responde esta simpat¨ªa? El g¨¦nero de terror presenta desde sus or¨ªgenes una escisi¨®n: la visi¨®n proestructura, en la que el monstruo, la otredad, se presenta como un agente del m¨¢s all¨¢ que da miedo, y la visi¨®n proanarqu¨ªa, en la que es un mensajero que despierta empat¨ªa, conect¨¢ndote a una realidad terrenal. Hay pel¨ªculas xen¨®fobas, donde se teme al que viene de fuera, y hay pel¨ªculas integradoras, en las que el monstruo es el m¨¢s humano del elenco. Nadie va con los aviones en King Kong, todo el mundo apuesta por el gorila. Supongo que esta segunda opci¨®n encaja mejor con mi forma de entender el mundo.
Muchos de sus personajes son criaturas fr¨¢giles que encuentran alivio en otros que sufren. ?Qu¨¦ es m¨¢s com¨²n, la empat¨ªa o la voluntad de someter? Lo que nos mueve a la acci¨®n es la empat¨ªa. En casi todas mis pel¨ªculas cada ser es incompleto por separado. Es al unirnos cuando nos completamos. La uni¨®n lleva a la autoaceptaci¨®n y da fuerza a los diferentes, que por su condici¨®n son invisibles para el mundo.
"Salvo en contadas ocasiones, el crisol de la maldad est¨¢ en la infancia. Si pudi¨¦semos obviar en una generaci¨®n, solo en una, el maltrato y la incomprensi¨®n, el mundo cambiar¨ªa"
?De d¨®nde surgi¨® la idea para 'La forma del agua'? Empez¨® cuando ten¨ªa seis a?os. Vi La mujer y el monstruo en la televisi¨®n, esa criatura nadando bajo Julie Adams y su ba?ador blanco. Me enamor¨¦ de ambos y de la idea de ese amor: quer¨ªa que acabaran juntos, cosa que no ocurri¨®. As¨ª que se me grab¨® en la cabeza la idea de corregir ese error cinematogr¨¢fico [risas]. Busqu¨¦ muchas formas, hasta que en 2011, desayunando con Daniel Kraus [coescritor de su novela Trollhunters] me dijo: ¡°Tengo esta idea de una mujer que trabaja limpiando en una oficina ultrasecreta en la que hay un anfibio¡±. Me pareci¨® el camino perfecto, porque era poco usual. Si vas a contarme una pel¨ªcula de superh¨¦roes, me interesar¨ªa saber qu¨¦ pasa cuando ellos se van: qui¨¦n le lava la ropa a Superman, qui¨¦n le limpia ese hogar llamado La Fortaleza de la Soledad. Con mi pel¨ªcula pasa igual: prefiero centrarme en el punto de vista del monstruo y de la gente que lo cuida.
?Por qu¨¦ decidi¨® ambientar la historia en los tiempos de la Guerra Fr¨ªa? Es un reflejo del presente. El sue?o americano que evoca Trump con su ¡°hagamos Am¨¦rica grande otra vez¡± es id¨¦ntico al estado mental de EE UU en 1962, con JFK en la presidencia, la carrera espacial, las urbanizaciones, los coches de dise?o¡ Era la ¨¦poca ideal para el hombre blanco protestante anglosaj¨®n, pero si pertenec¨ªas a una minor¨ªa estabas jodido. Eso es justo lo que est¨¢ pasando ahora: d¨ªa a d¨ªa vivimos la represi¨®n, el racismo o la intolerancia sexual igual que ocurri¨® con ese sue?o que nunca termin¨® de concretarse, porque todo parec¨ªa estupendo hasta el asesinato de Kennedy y la escalada de violencia en Vietnam.
La enemistad entre Trump y Kim Jong-un es alarmante. Si usted escribiera un guion sobre ello, ?habr¨ªa forma de reconducir la situaci¨®n sin recurrir a un 'deus ex machina'? La situaci¨®n global es de un surrealismo espeluznante. El d¨ªa a d¨ªa escapa a mi comprensi¨®n. Una cent¨¦sima parte de los esc¨¢ndalos que se han destapado deber¨ªa haber bastado para producir un cambio presidencial en EE UU. Lo que hace diferente nuestro tiempo es que sus ciudadanos, est¨¦n a la izquierda o a la derecha, son incre¨ªblemente activos: en Twitter, votando, haciendo donaciones¡ La poblaci¨®n se ha activado pol¨ªticamente como nunca antes. El cambio vendr¨¢ de las personas. De los pol¨ªticos solo puede esperarse politiquer¨ªa. Ellos s¨ª me quitan el sue?o.
?Es entonces lo individual una alternativa s¨®lida a lo institucional? Absolutamente. Y la colectividad puede darse sin instituciones de por medio. Una familia cuyos miembros viven por separado, pero con la voluntad de permanecer unidos, es una gran familia. El ej¨¦rcito, la Iglesia, la escuela y la familia son estructuras que se unen y sostienen mutuamente no por deseo de cada uno de sus miembros, sino por ideolog¨ªas. Y la ideolog¨ªa es la muerte del pensamiento.
Sus pel¨ªculas exploran a veces el origen del mal, que suele explicar como fruto de un trauma. ?Cree que no existe el mal por generaci¨®n espont¨¢nea? Salvo en contadas ocasiones, el crisol de la maldad est¨¢ en la infancia. Si pudi¨¦semos obviar en una generaci¨®n, solo en una, el maltrato y la incomprensi¨®n, el mundo cambiar¨ªa. La violencia espiritual, f¨ªsica y moral que la familia ejerce hacia el ni?o es el germen del horror.
"La poblaci¨®n se ha activado como nunca. El cambio vendr¨¢ de las personas. De los pol¨ªticos solo puede esperarse ¡®politiquer¨ªa¡¯. Ellos s¨ª me quitan el sue?o"
Sigue apostando por efectos especiales mec¨¢nicos, a pesar de rodar en digital. ?No es un anacronismo curioso? Me gusta usar efectos f¨ªsicos siempre que es posible y adoptar el digital con mesura. Esta es ahora la segunda naturaleza del cine, y lo vivo de forma muy espont¨¢nea, aunque a veces volver¨ªa al celuloide ¨²nicamente por la posibilidad que brinda de formatos m¨¢s grandes. Algunos directores, como Tarantino o Nolan, han abogado expresamente por la recuperaci¨®n del anal¨®gico, pero yo me encuentro muy c¨®modo en el digital.
La industria audiovisual apuesta ahora por las series, que viven su edad de oro gracias a plataformas de pago como Netflix o HBO. Usted mismo est¨¢ detr¨¢s de una, 'The strain'. ?Cree que a la larga esta tendencia acabar¨¢ pasando factura al largometraje y la experiencia en sala?? Se dice que las series est¨¢n ganando terreno al cine y que acabar¨¢n mat¨¢ndolo, igual que se dijo que el cine matar¨ªa a la radio, la televisi¨®n al cine y la radio a la lectura. Pero seguimos teniendo radio, tele, cine y hasta ¨®pera. Los medios cambian de tama?o y de p¨²blico, pero no desaparecen. No creo que el cine vaya a desaparecer, s¨ª que va a transmutarse. Hay una parte de esa narrativa de arco largo que se puede ir a la televisi¨®n por cable, pero sus im¨¢genes no tienen la permanencia que tienen en el cine. Las an¨¦cdotas y los personajes, s¨ª; nunca se te va a olvidar un Walter White [protagonista de Breaking bad]. La narrativa ahora mismo se est¨¢ decantando por estos ganchos, que funcionan muy bien en televisi¨®n. Pero la imagen, la sugesti¨®n, la emoci¨®n, para m¨ª siguen estando en el cine.
Ha cumplido 53 hace poco. ?C¨®mo lo ha celebrado? Me reun¨ª con unos amigos en Londres para cenar en el restaurante The Ivy, en el que sirven un pollo asado excelente. Tardan mucho en hacerlo, pero la espera merece la pena. Como casi todo en este mundo.
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