China deja de reciclar tu pl¨¢stico
El gigante asi¨¢tico proh¨ªbe las importaciones de basura del extranjero para mejorar su medio ambiente
China quiere dejar de ser el vertedero del planeta. El pa¨ªs ha prohibido las importaciones de ciertos tipos de residuos s¨®lidos desde el extranjero, una medida que puede tener efectos importantes sobre la industria mundial del reciclaje. Todas aquellas naciones -principalmente desarrolladas- que hasta ahora depend¨ªan del gigante asi¨¢tico para deshacerse de su basura deber¨¢n ahora buscar alternativas, sea gestionar estos residuos por s¨ª mismas o buscarles otro destino.
La nueva ley, que entr¨® en vigor con el arranque del a?o, proh¨ªbe la compra de 24 tipos de residuos que pueden agruparse en cuatro categor¨ªas: pl¨¢sticos, papel sin clasificar, escoria de ciertos minerales y desechos textiles. El Ministerio de Medio Ambiente asegura que la medida responde a los planes del pa¨ªs de mejorar su maltrecho medio ambiente mediante el cierre de numerosas plantas de reciclaje especialmente contaminantes. Las grandes zonas de procesamiento de estos residuos se encuentran en las provincias de Cant¨®n, Zhejiang y Shandong, ¨¢reas costeras con importantes puertos de entrada de mercanc¨ªas.
China comenz¨® a importar residuos s¨®lidos del exterior durante la d¨¦cada de los 80 del siglo pasado para reutilizarlos y aliviar as¨ª la escasez de ciertas materias primas. Con los a?os se convirti¨® en el mayor destino de basura de otras partes del mundo. La prohibici¨®n que acaba de entrar en vigor no es total -se seguir¨¢n comprando residuos que est¨¦n correctamente triados-, pero el impacto es significativo.
De las categor¨ªas ahora vetadas, especialmente relevante es el caso de los desechos, desperdicios y recortes de pl¨¢stico. En 2016, seg¨²n datos de la base de datos Comtrade de la ONU, China import¨® 7,35 millones de toneladas de pl¨¢stico, un 55,3% del total mundial. Si se cuentan los residuos de este material que entraron a trav¨¦s de Hong Kong (que los reexport¨® casi todos hacia China continental), la cifra alcanza los 10,2 millones de toneladas, casi un 70% del total. Monta?as de pl¨¢stico que ya no podr¨¢n entrar a China, al menos de forma legal.
La dependencia de ciertos pa¨ªses del mercado chino en este ¨¢mbito es llamativa. Espa?a, por ejemplo, envi¨® 207.835 toneladas de pl¨¢sticos hacia este pa¨ªs (incluyendo Hong Kong) en el a?o 2016, un 65% del total exportado. M¨¦xico vendi¨® al mundo 429.539 toneladas, aunque el peso relativo de las compras del gigante asi¨¢tico es algo menor (47,4%). En el caso de Jap¨®n y Corea del Sur, la proporci¨®n supera el 80%. "Esta regulaci¨®n va suponer un terremoto en todo el mundo, y forzar¨¢ a varios pa¨ªses a abordar esta actitud de 'ojos que no ven, coraz¨®n que no siente' que se ha desarrollado hacia la basura", asegura Liu Hua, investigador de Greenpeace en Asia Oriental.
Para el experto, "el mundo no puede continuar con el actual modelo de consumo derrochador basado en el crecimiento infinito en un planeta finito", por lo que insta a los pa¨ªses m¨¢s afectados por esta prohibici¨®n en China a pensar en formas que reduzcan los residuos en vez de nuevos lugares adonde enviarlos. De hecho, apunta Greenpeace, naciones que en los ¨²ltimos a?os han aumentado sus compras de desechos como Malasia o Vietnam "no tienen la misma capacidad que China" para lidiar con tal cantidad de basura.
La agencia oficial china Xinhua ha aprovechado la prohibici¨®n para criticar que las econom¨ªas industrializadas "exportaron contaminaci¨®n durante d¨¦cadas y eludieron su responsabilidad benefici¨¢ndose de las pr¨¢cticas de importaci¨®n antes permisivas" en su pa¨ªs y otras naciones. "El mundo desarrollado deber¨ªa estar agradecido de que China, en detrimento de su propio medio ambiente y la salud de sus habitantes, se haya quedado con su basura durante a?os", dice el texto.
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