La ¨²ltima columna
Nuevas revelaciones apuntan a que Custer ten¨ªa un buen plan en Little Big Horn
Las nuevas revelaciones sobre la destrucci¨®n de la columna que comandaba Custer en la batalla contra los pieles rojas en Little Big Horn me llegan al mismo tiempo que la comunicaci¨®n de que esta es, precisamente, la ¨²ltima columna en esta secci¨®n. Espero despedirme con m¨¢s gracia que Custer, que acab¨® desnudo excepto por los calcetines y con una flecha en el pene como detalle decorativo de alg¨²n guerrero sioux, cheyene o, menos probablemente (porque eran minor¨ªa), arapahoe.
Datos recientes parecen se?alar que Custer ten¨ªa un gran plan, oigan, y que la completa aniquilaci¨®n de su columna y el mal rato que pasaron las otras dos en que dividi¨® aquel d¨ªa de verano de 1876 su regimiento, el famoso S¨¦ptimo de Caballer¨ªa, fueron consecuencia de un cuidadoso proyecto t¨¢ctico. Es evidente que sali¨® de pena, pero lo importante a retener es que la acci¨®n respond¨ªa a una idea, que el propio Custer ¡ªpues vaya ego ten¨ªa, el t¨ªo¡ª considerar¨ªa sin duda genial. Es lo que tiene la estrategia que cuando se pifia ya nadie te la valora. En esta columna, y sin querer compararme con Custer, v¨¢lgame Dios, yo tambi¨¦n he tenido ideas que me parec¨ªan muy buenas y que han acabado como aquella masacre en Territorio Indio en Montana. Desde aqu¨ª, mis disculpas por todo lo que no haya gustado y mi agradecimiento por lo que s¨ª. Un saludo afectuoso a mis grandes compa?eros y compa?eras de columna: un privilegio haber cabalgado con vosotros, strong fellows!
Y ahora ya s¨ª: ?columna, de frente, marchen! (s¨ªlbese de acompa?amiento el estribillo de Garry Owen). Hacia la gloria (?), y el olvido.
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