Am¨ªlcar Cabral: hombre de acci¨®n y de palabra
Hoy se cumplen 45 a?os del asesinato del padre de Guinea-Bissau y Cabo Verde
Hoy se cumplen 45 a?os del asesinato de Am¨ªlcar Cabral, gran exponente de la ¨¦poca de independencias en ?frica e ingeniero agr¨®nomo que dedic¨® su vida a la consecuci¨®n de la libertad de su pueblo, el de Guinea-Bissau, hermanado al de Cabo Verde (sus padres eran de all¨ª). A ambos pa¨ªses busc¨® unir en la lucha por la independencia y como naciones soberanas, aunque la muerte le impidi¨® consumar el sue?o de ver eliminado el colonialismo portugu¨¦s (la independencia de Guinea-Bissau fue declarada en forma unilateral el 24 de septiembre de 1973).
El Estado fascista portugu¨¦s de entonces es el responsable del asesinato de uno de los fundadores del Partido Africano para a Independ¨ºncia da Guin¨¦ e Cabo Verde (PAIGC), organizaci¨®n creada en 1956 como su par de Angola, el Movimento Popular de Liberta??o de Angola (MPLA) o, m¨¢s tarde, el Frente de Liberta??o de Mo?ambique (FRELIMO). De todos estos, el de Cabral fue el mejor organizado y el que con m¨¢s facilidad infringi¨® derrotas al ej¨¦rcito portugu¨¦s. El dirigente se convirti¨® en el indiscutido referente militar en contra del colonialismo luso y coordinador de esa lucha en el Movimiento Anticolonial (MAC), creado en 1957.
En enero de 1963 comenz¨® la guerra en Guinea que oblig¨® al Estado portugu¨¦s a reemplazar cuatro veces al gobernante militar de la colonia. En noviembre de 1973, los avances b¨¦licos del PAIGC (que controlaba la mayor parte del territorio y perfilaba las bases del Estado independiente) m¨¢s la presi¨®n internacional, obligaron a que Lisboa reconociera Guinea como Estado soberano. Portugal reconoci¨® su independencia entre el 26 de agosto y el 10 de septiembre de 1974, meses m¨¢s tarde de la famosa Revoluci¨®n de los Claveles en la metr¨®poli, que tambi¨¦n gener¨® turbulencias en Cabo Verde y allan¨® el camino a su independencia, el 5 de julio de 1975. De la liberaci¨®n a la unidad de ambos pa¨ªses, siguiendo la idea panafricanista de Cabral, aunque la fractura llegara en 1980.
Cabral dirigi¨® una de las pocas luchas en donde un pueblo derrot¨® al colonizador y alcanz¨® la libertad, hecho ignorado muchas veces. La proclamaci¨®n unilateral de independencia, anunciada por el l¨ªder guineano el 8 de enero de 1973, fue lo que le cost¨® su asesinato. Su objetivo fue mostrar al mundo que la ocupaci¨®n colonial era ileg¨ªtima. Para ello comand¨® el combate y empu?¨® las armas, adem¨¢s de la palabra. Como orador, dej¨® una importante serie de discursos, que fueron m¨¢s tarde editados por el partido y sus simpatizantes, pues en vida no tuvo tiempo de hacerlo ¨¦l.
La centralidad de la cultura nacional
Cabral: "La liberaci¨®n nacional reside en el derecho inalienable de cada pueblo a tener su propia historia"
La praxis revolucionaria del l¨ªder guineano fue fruto de una reflexi¨®n profunda acerca del colonialismo y sus consecuencias funestas sobre el s¨²bdito, en procura de reconstruir la cultura nacional bas¨¢ndose en la vida comunitaria y democr¨¢tica como un contrapeso a la pauta cultural opresiva del colonizador. Para ello era fundamental el papel del partido independentista al momento de inyectar el nacionalismo revolucionario necesario para transformar las mentes anquilosadas por d¨¦cadas de colonialismo. En palabras de Cabral, el movimiento de liberaci¨®n deb¨ªa basar su accionar en el conocimiento profundo de la cultura del pueblo y la lucha marcar¨ªa la senda del progreso cultural. Cabral remarc¨® la funci¨®n de la cultura como factor de resistencia al dominio extranjero, e indic¨® que solo los movimientos de liberaci¨®n que lograsen conservar la cultura ser¨ªan victoriosos. Los colonialistas hab¨ªan cometido el error de subestimar la cultura del colonizado, una convicci¨®n que se mostrar¨ªa fatal para la metr¨®poli. La lucha armada lo probar¨ªa, entend¨ªa el padre de dos naciones. "La cultura de los pueblos africanos florece hoy de nuevo en los movimientos de liberaci¨®n nacional a lo largo y ancho de todo el continente¡±, sentenci¨® en 1970.
Para Cabral era ineludible optar por la lucha armada, una alternativa viable en Guinea y Cabo Verde. La cultura deb¨ªa convertirse en el motor del cambio revolucionario durante la lucha de liberaci¨®n (que el l¨ªder juzgaba transitoria). Se deb¨ªa reafricanizar como forma de resistencia a la cultura portuguesa e intentar recuperar la memoria colectiva ancestral. Si el imperialismo perpetuaba la opresi¨®n cultural, en cambio, la lucha nacionalista deb¨ªa ser un acto de liberaci¨®n cultural, el esfuerzo por esbozar una cultura propia siendo consciente del car¨¢cter opresivo de la del colonizador. Primero en un estado de debilidad frente al enemigo, luego con fuerza, la cultura propia impregnar¨ªa de valor el esfuerzo revolucionario y lo llevar¨ªa al ¨¦xito. As¨ª lo sintetiz¨® Cabral en el discurso proferido en La Habana en enero de 1966: "La liberaci¨®n nacional es el fen¨®meno que consiste en que un conjunto socioecon¨®mico concreto niegue la negaci¨®n de su proceso hist¨®rico (¡) es la reconquista de su personalidad hist¨®rica y su retorno a la historia, previa destrucci¨®n de la dominaci¨®n imperialista a la que estaba sometido¡±. En suma, el fundamento de la liberaci¨®n nacional reside ¡°en el derecho inalienable de cada pueblo a tener su propia historia", agreg¨®. En conclusi¨®n, para Cabral la liberaci¨®n nacional es un acto cultural, comprendiendo el car¨¢cter de la cultura de masas.
Pero all¨ª no concluye el razonamiento del l¨ªder. La misma lucha debe servir a efectos de no bajar los brazos y evitar caer en el neocolonialismo. En la ¨¦poca que a Cabral le toc¨® vivir observ¨® que eran dos los caminos: el combate sin tregua y la liquidaci¨®n del imperialismo y la consolidaci¨®n del socialismo en muchos espacios. La Revoluci¨®n Cubana le sirvi¨® como inspiraci¨®n y hay muchos puntos de contacto entre el guineano y el argentino Ernesto Guevara. Entre volver al dominio imperialista (o neocolonial) o adoptar el camino socialista, en 1966 explicaba lo siguiente: ¡°La opci¨®n tomada se ver¨¢ fuertemente influenciada por la forma de la lucha y por el grado de conciencia revolucionario de aquellos que la dirigen.¡±.
La Revoluci¨®n Cubana sirvi¨® como inspiraci¨®n a Cabral. Hay muchos puntos de contacto entre el guineano y Ernesto Guevara
Pueblo y partido
En el pensamiento de Cabral el pueblo era central, el verdadero destinatario del poder, y el partido el medio para que el pueblo lo conquistara. En 1969 afirm¨®: "La creaci¨®n del PAIGC fue el punto de partida para crear en nuestra tierra, Guinea y Cabo Verde, una realidad nueva. Y tenemos que crearla y desarrollarla cada d¨ªa m¨¢s, para servir cada vez mejor no solo y principalmente los intereses de nuestro pueblo, sino tambi¨¦n a los intereses del ?frica y el progreso de la humanidad¡±.
El objetivo del guineano era transformar profundamente las condiciones de vida del pueblo. Consciente del atraso de su tierra y de muchas situaciones de miseria, en donde la mayor¨ªa de la gente padec¨ªa paludismo, as¨ª como la situaci¨®n de Cabo Verde, en la cual ¨Creconoci¨®¨C muri¨® de hambre m¨¢s gente en los ¨²ltimos 50 a?os que la que habitaba el pa¨ªs al momento de denunciarlo, de todo ello Cabral ech¨® la culpa a los abusos del colonialismo pero tambi¨¦n a la explotaci¨®n del pueblo por la propia gente. No pod¨ªa haber lugar para el ego¨ªsmo, el oportunismo, la cobard¨ªa y los prejuicios. Los cuadros dirigentes deb¨ªan ser seleccionados de lo mejor de la gente que mostrara verdadera vocaci¨®n de servicio, debiendo infundir la cr¨ªtica y la autocr¨ªtica en la dirigencia as¨ª como en las bases. Tuvo verdadera fe en el pueblo: ¡°No debemos tener jam¨¢s miedo del pueblo¡±, advirti¨® en 1966. Siguiendo el razonamiento, el dirigente no est¨¢ por arriba del pueblo sino que es su leg¨ªtimo representante.
El grupo, que en su opini¨®n deb¨ªa conducir la lucha revolucionaria, fue la peque?a burgues¨ªa, el sector que el l¨ªder consideraba que ser¨ªa el primero en tomar real dimensi¨®n del car¨¢cter de la dominaci¨®n imperialista. Parafraseando al ingeniero agr¨®nomo, este grupo deb¨ªa cometer un ¡°suicidio¡± como clase social para renacer en la condici¨®n de trabajador revolucionario, identificado con las aspiraciones del pueblo al que pertenec¨ªa. Evocando el ejemplo cubano, el dilema de traicionar la revoluci¨®n o suicidarse como clase hace alusi¨®n a lo que Fidel Castro llam¨® ¡°el desarrollo de la conciencia revolucionaria¡±. Con un claro y decidido liderazgo, el partido de Cabral se anot¨® un importante triunfo en abril de 1972, cuando una misi¨®n especial de Naciones Unidas reconoci¨® al PAIGC como leg¨ªtimo y verdadero representante del pueblo de Guinea y Cabo Verde. Ganaba en legitimidad la causa revolucionaria y quedaba m¨¢s expuesto el colonialismo portugu¨¦s, mientras Cabral denunciaba los abusos y destrucci¨®n causada por el ej¨¦rcito colonial ¡°un enemigo desesperado y sin escr¨²pulos¡±, como lo caracteriz¨® el h¨¦roe de la liberaci¨®n.
Identificaci¨®n del enemigo
Para Cabral el concepto de pueblo fue esencial y construido a partir de la trasposici¨®n de la identidad del enemigo. En palabras del l¨ªder revolucionario: "El pueblo est¨¢ compuesto por personas que quieren expulsar de nuestro pa¨ªs a los colonialistas portugueses. El pueblo son ellos; los dem¨¢s, aunque hayan nacido entre nosotros, no lo son. Forman parte de la poblaci¨®n de nuestro pa¨ªs, pero no forman parte de nuestro pueblo¡±. En resumen, el enemigo se define por exclusi¨®n, quien no forma parte del pueblo: los representantes del poder colonial y todo aquel, nacional o extranjero, opuesto a la lucha de liberaci¨®n.
Cabral individualiz¨® a la burgues¨ªa capitalista portuguesa como enemiga. Por ende, el gran enemigo a derrotar era el imperialismo, el dominio colonial y sus apoyos, asunto que exced¨ªa al PAIGC (era un asunto mundial) y para el cual se pensaban, en ¨²ltima instancia, m¨¦todos violentos, conforme cierta t¨®nica marxista y en clave internacionalista, apelando a v¨ªnculos de cooperaci¨®n: ¡°Un hombre que muere en Guinea defiende indirectamente Angola y Mozambique¡±, reflexion¨® Cabral en un informe de situaci¨®n de guerra de 1971.
El pleito no era con Portugal sino con el Estado fascista y sus agentes. En efecto, el fundador del PAIGC denunci¨® a la metr¨®poli como un pa¨ªs atrasado cuyo Gobierno se obstin¨® en mantener tres guerras coloniales genocidas en paralelo, conservando al pueblo portugu¨¦s en la miseria e ignorancia. M¨¢s all¨¢ de la situaci¨®n del pueblo portugu¨¦s (oprimido en su tierra), el l¨ªder guineano reconoci¨® que el combate era el de todos los pueblos sometidos a dominaci¨®n extranjera, "sea cual fuere la naturaleza de dicha dominaci¨®n¡±.
As¨ª agradeci¨® el apoyo y expres¨® solidaridad con todas las causas justas del planeta y las fuerzas en ?frica persiguiendo iguales objetivos que el PAIGC (como los movimientos de liberaci¨®n de las otras colonias portuguesas y la resistencia al Apartheid), sin descontar la invalorable ayuda aportada por los pa¨ªses socialistas (en especial la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Cuba). Pese a la distancia, fuera de ?frica, el PAIGC se solidariz¨® con todo pueblo agredido o sometido: Palestina, Vietnam, Timor Oriental, o en Am¨¦rica Latina a los que resist¨ªan el imperialismo y el fascismo (como los afroamericanos en los Estados Unidos), etc¨¦tera.
En suma, Cabral luch¨® con cuerpo y mente contra la explotaci¨®n del hombre por el hombre (en cualquiera de sus formas) y ese combate lo pag¨® con su vida.
Omer Freixa es historiador africanista. Docente e investigador de las Universidades de Buenos Aires y Nacional de Tres de Febrero.
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