Un jard¨ªn de ¡®likes¡¯
Lo nuevo de Gucci es Gucci Garden: un museo sobre la historia de la marca y un homenaje a sus fans de la era Instagram
El enclave m¨¢s emblem¨¢tico de Florencia, para la firma m¨¢s florentina del mundo. La Piazza della Signoria, una posici¨®n estrat¨¦gica rodeada por las grandes atracciones culturales de la ciudad, del Ponte Vechhio al Duomo, mostraba el pasado martes 9 de enero un aspecto inusual. El Palazzo della Mercanzia, una joya medieval situada junto al Palazzo Vecchio, luc¨ªa en su fachada un enorme ojo luminoso que proyectaba una luz multicolor y cambiante sobre la plaza. Y los viandantes, obedeciendo a su magnetismo, se arremolinaban alrededor de la entrada de este edificio que, desde 2011, alberga el Museo Gucci, un proyecto largamente acariciado por la firma de lujo florentina que ha vivido una importante evoluci¨®n en los ¨²ltimos meses. Hab¨ªa, pues, que celebrar su reapertura. Y, como todo lo que rodea a Gucci, no hab¨ªa espacio para las medias tintas.
El evento, celebrado en el marco de la feria de moda masculina Pitti Uomo, la m¨¢s importante del sector, representaba la visi¨®n m¨¢s ambiciosa de este proyecto muse¨ªstico que, en ¨²ltima instancia, aspira a ser tanto un archivo hist¨®rico de la firma como un reflejo de su imaginario actual. Y algo de las dos cosas hay en la nueva distribuci¨®n del espacio que lleva la firma inconfundible de su director creativo, Alessandro Michele. Una de las claves es Gucci Garden, una tienda que encuentra el visitante nada m¨¢s franquear el umbral del edificio, y que ofrece ediciones limitadas y esas lujosas chucher¨ªas que el argot de la moda ha denominado como ¡°special ¨ªtems¡±. M¨¢s que una tienda de museo, es una tienda Gucci, porque la tienda del museo tambi¨¦n existe, y se encuentra al otro lado del zagu¨¢n de entrada, justo antes de otro de los puntos clave del proyecto: Osteria Gucci, un restaurante desarrollado personalmente por el chef multipremiado Massimo Bottura.
En cualquier caso, el coraz¨®n neur¨¢lgico del proyecto est¨¢ en los dos pisos superiores. All¨ª se encuentra Gucci Garden Galleria, una exposici¨®n comisariada por Maria Luisa Frisa y distribuida en varias salas. Hay alusiones a los hashtags que utilizan los fans de la marca (una sala se llama ¡°Guccification), pero tambi¨¦n un vistazo a la historia de Gucci y a la fascinaci¨®n de Michele por la iconograf¨ªa bot¨¢nica y zool¨®gica. Las vitrinas exponen prendas, bolsos y objetos, pero el recorrido da cabida tambi¨¦n al videoarte y a creaciones experimentales. De hecho, en los espacios intermedios ¨Cescaleras, rellanos, arcos¨C la artista Coco Capit¨¢n ha intervenido los muros con mensajes escritos con su caligraf¨ªa ingenua y expresionista. La artista espa?ola, que colabor¨® con la firma en una colecci¨®n c¨¢psula presentada el a?o pasado, refleja el esp¨ªritu hedonista, irreverente y sin complejos que Alessandro Michele ha elegido para renovar esta casa centenaria, y acudi¨® a la presentaci¨®n junto a Ignasi Monreal, tambi¨¦n artista, joven, espa?ol y colaborador reciente de la firma. Fue la t¨®nica general en un evento cuyos asistentes se mov¨ªan en una encrucijada estrat¨¦gica que Michele conoce bien: juventud, arte contempor¨¢neo e Instagram. Angelica Hicks, Helen Downie o Jade Fish son nombres que pueden no resultar familiares para los clientes m¨¢s veteranos de la marca, pero s¨ª para las nuevas generaciones de fans que se han enamorado de Gucci a trav¨¦s de las redes sociales en su vertiente m¨¢s creativa.
Tal vez por eso la casa de lujo y su director creativo han puesto tanto empe?o en la renovaci¨®n de este palacio, que hasta ahora era impecable, pero que ahora, con sus detalles coloristas y su barroquismo adolescente, es una bomba de seducci¨®n masiva dirigida al coraz¨®n de Instagram. Y, desde luego, si alguien conoce la f¨®rmula para transformar esos likes en productos tangibles, Alessandro Michele es uno de ellos.
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