La guerra feminista se libra en los medios
Un manifiesto en el que 100 mujeres defienden "el derecho a molestar" de los hombres lleva una semana encendiendo el debate en la prensa francesa e internacional
¡°Repugnante¡± y ¡°antifeminista¡± para unos, ¡°saludable¡± y ¡°valiente¡± para otros. El manifiesto, firmado por un colectivo de cien mujeres del mundo intelectual y art¨ªstico para denunciar el auge de un ¡°feminismo puritano¡± y defender ¡°el derecho de los hombres a molestar¡±, lleva una semana encendiendo a Francia y alimentando las columnas de la prensa internacional. Desde que Le Monde public¨® el texto, el pasado martes, tanto las p¨¢ginas de opini¨®n de la prensa como las tertulias de radio y de televisi¨®n se han convertido en el teatro de la guerra medi¨¢tica que libran dos visiones del feminismo que hoy parecen irreconciliables.
La cr¨ªtica del ¡°orden moral¡± y de la justicia expeditiva v¨ªa Twitter, que las firmantes del manifiesto atribuyen a las feministas norteamericanas del movimiento #Metoo, ¡ªy a su equivalente franc¨¦s #Balancetonporc (delata a tu cerdo)¡ª, quiz¨¢ no habr¨ªa provocado tanta indignaci¨®n si no conllevara la defensa ¡°del derecho de los hombres a molestar¡± a las mujeres, que las autoras consideran ¡°indispensable para la libertad sexual¡±. El debate abierto por el texto, que, adem¨¢s, lleva la firma del icono del cine franc¨¦s y figura destacada del feminismo, Catherine Deneuve, solo est¨¢ empezando.
Un manifiesto antifeminista
Por si no quedaba claro, tras una semana de marat¨®n medi¨¢tico, la militante y pol¨ªtica, Caroline De Haas, lo volvi¨® a afirmar en el programa de televisi¨®n de m¨¢xima audiencia Quotidien: ¡°El manifiesto es peligroso porque banaliza las violencias sexuales y culpabiliza a las v¨ªctimas¡±. De Haas, que fue la primera en criticar al manifiesto con una virulenta tribuna en France Info, considera que los medios act¨²an de forma irresponsable invitando y entrevistando a las firmantes. ¡°?Piensa que es correcto llamar a boicotear a las mujeres que no est¨¢n de acuerdo con usted?¡±, le pregunt¨® el presentador, Yann Barth¨¨s. ¡°No es lo mismo tener un debate pol¨ªtico sobre un tema que publicar un texto que tendr¨¢ consecuencias sociales reales¡±, contest¨® la militante con rotundidad.
De Haas no fue la ¨²nica en alzar la voz. Tambi¨¦n lo hizo la ganadora del premio Goncourt 2016, Le?la Slimani en una aplaudida tribuna en Lib¨¦ration en la que revindica ¡°el derecho a no ser molestada¡±. Detr¨¢s de ¡°esa supuesta libertad de molestar¡± se oculta, seg¨²n la escritora, una visi¨®n ¡°terriblemente determinista del g¨¦nero masculino¡± sujeto ¡°a pulsiones incontrolables¡±. La historiadora Michelle Pierrot se ha sumado a la protesta. Critica la falta total de solidaridad de las firmantes con la lucha feminista. Denunciar un acto de agresi¨®n, recalca la especialista en Historia de las mujeres en Le Monde, no tiene porqu¨¦ ¡°encerrar a las mujeres en un estatus de eternas v¨ªctimas¡±. En la misma l¨ªnea, la militante feminista Pauline Arrighi considera, en una tribuna en el semanal Le Nouvel Observateur que "reconocerse como v¨ªctima es el primer paso para liberarse y empezar a reconstruirse".
No solo mujeres protestan. ¡°Al fin y al cabo, que te toquen el culo no es tan desagradable. Y que un hombre eyacule sobre tu abrigo en el metro hace parte del aprendizaje de la empat¨ªa y de la resiliencia¡± ironiza el periodista Daniel Schneiderman en las p¨¢ginas de Lib¨¦ration. Para ¨¦l, el texto no es un manifiesto sino m¨¢s bien ¡°un alegato del siglo pasado¡± escrito por mujeres que ¡°han construido su gloria y fortuna en la ¨¦poca dorada de Mayo del 68¡± sin conseguir romper el techo de cristal, ni reducir la desigualdad salarial.
Un manifiesto saludable que permite relanzar el debate
¡°No s¨¦ si interpretar la violencia de algunas reacciones c¨®mo el resultado de un malentendido o como mala fe¡±, explica Peggy Sastre, firmante del manifiesto, en Le Figaro. Sastre no entiende como ¡°mujeres que incitan a otras a alzar la voz¡± les pidieran que se callaran. Considera que el feminismo que propone De Haas es ¡°polic¨ªaco¡± y ¡°antiliberal en el sentido pol¨ªtico: rechaza la pluralidad y la coexistencia de sensibilidades diferentes dentro del debate p¨²blico¡±. La escritora y psicoanalista Sarah Chiche, tambi¨¦n firmante del texto, recuerda en la radio France Culture que la liberaci¨®n de la voz de las mujeres tras el caso Weinstein era ¡°necesaria y leg¨ªtima¡±. El problema, es ¡°el retorno del orden moral¡± que, asegura, ya est¨¢ erosionando el mundo del arte. Una preocupaci¨®n que desarrolla en una tribuna en Le Monde en la que equipara el ¡°derecho a molestar¡± de los hombres al ¡°derecho a ofender" de los artistas.
La creciente ¡°censura¡± que se est¨¢ apoderando del mundo del arte, bajo el impulso de un ¡°feminismo puritano¡± es, seg¨²n Catherine Deneuve, un peligro para la sociedad. Discreta en los d¨ªas que siguieron la publicaci¨®n del manifiesto, reitera en Lib¨¦ration su apoyo al texto que justifica por su aversi¨®n hac¨ªa la justicia sumaria y ¡°el efecto manada¡±. Sin embargo, se distancia de ¡°algunas firmantes del texto¡±. Si bien no la nombra directamente, la cr¨ªtica de Deneuve est¨¢ claramente dirigida a la exactriz porno, Brigitte Lahaie, que sostuvo durante una tertulia que la enfrentaba a De Haas en el canal de televisi¨®n BFM que ¡°se pod¨ªa sentir placer durante una violaci¨®n¡±. Semejante afirmaci¨®n, se?ala Deneuve, ¡°es peor que escupir a la cara de todas las mujeres que han sufrido ese crimen¡±.
Pese a la tormenta de cr¨ªticas desatada por la publicaci¨®n del manifiesto, algunas personalidades p¨²blicas no han dudado en expresar su apoyo al texto. Mientras la escritora y ensayista, Belinda Cannone, escribe en Le Monde, que ¡°no es condenando la expresi¨®n del deseo masculino sino comparti¨¦ndolo con los hombres que las mujeres lograr¨¢n emanciparse¡±, para el polit¨®logo Olivier Roy, el caso Weinstein ha producido un cambio de perspectiva peligroso. ¡°El problema ya no reside en la cultura del agresor sino en su condici¨®n de macho, de animal, de cerdo. La naturaleza ha remplazado la cultura como origen de la violencia¡±, explica en una tribuna en Le Monde.
Equidistante, el director de la revista L?Express, Christophe Barbier, considera, en su editorial, que si bien el manifiesto tiene aspectos muy criticables, es sin embargo ¡°saludable¡±. ¡°El movimiento de la liberaci¨®n de la voz de las mujeres (#balancetonporc) ha ido demasiado lejos (¡) Una violaci¨®n no puede ponerse en el mismo plano que una broma de mal gusto. Todo val¨ªa lo mismo en esa avalancha de denuncias y eso no es bueno para las v¨ªctimas¡±, valora el periodista.
?Qu¨¦ les pasa a las francesas?
Desde el extranjero algunos medios de comunicaci¨®n, como la BBC, intentan entender el debate a la luz de un conflicto entre generaciones. La pol¨¦mica enfrentar¨ªa, seg¨²n el canal brit¨¢nico, a las feministas de la liberaci¨®n sexual de los a?os 60 a las de hoy en d¨ªa ¡°cuya lucha contra el acoso ser¨ªa la ¨²ltima etapa en el combate para los derechos de las mujeres¡±. Otros, como el diario conservador alem¨¢n Die Welt, creen que la ¡°resistencia¡± al ¡°feminismo puritano¡± era inevitable en un pa¨ªs cuya cultura y literatura ¡°se caracterizan, desde hace siglos, por el libertinaje, la galanter¨ªa y la libertad sexual y que produjeron autores como el Marqu¨¦s de Sade o el fil¨®sofo Michel Foucault¡±.
Agn¨¨s C.Poirier, columnista de The New York Times, percibe el manifiesto como una actualizaci¨®n del pensamiento que desarroll¨® la fil¨®sofa y escritora del famoso El Segundo Sexo, Simone de Beauvoir, en los a?os 50. La idea de que el tipo de feminismo que sustenta #Metoo tiende a destruir toda la ambig¨¹edad y el encanto de la relaci¨®n entre hombre y mujer, ser¨ªa sin duda compartida por Beauvoir. "La reacci¨®n epid¨¦rmica a trav¨¦s del Atl¨¢ntico, tanto hacia la fil¨®sofa como hacia esa carta, de hecho, puede subrayar la agudeza de la cr¨ªtica francesa", opina Poirier.
Diametralmente opuesta, la columna de la escritora australiana Van Badham en The Guardian¡ªcuyas p¨¢ginas de opini¨®n presentan nada menos que ocho art¨ªculos dedicados a la pol¨¦mica francesa¡ª ataca con dureza a Catherine Deneuve cuyas convicciones estar¨ªan condicionadas por su posici¨®n social. No se puede tildar de "puritanas" a mujeres que creen que la verdadera libertad sexual es la que no sufre presiones.
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