TV3: ¡°No me mires: cr¨¦eme¡±

A TV3 le sent¨® mal que ??igo Dom¨ªnguez, periodista de EL PA?S, que se distingue por ver hasta las rendijas, se pusiera a verla y emitiera su propia visi¨®n de lo que contempl¨® en el beligerante canal catal¨¢n. Y como le sent¨® mal a TV3 el modo que tuvo nuestro compa?ero de expresarse sobre esos programas, informativos o no, las autoridades de la emisora p¨²blica apelaron a los tribunales para que estos actuaran contra este peri¨®dico. Abrieron, pues, una v¨ªa ins¨®lita que pondr¨¢ en guardia no s¨®lo a los periodistas, sino a los propios telespectadores que alguna vez se sientan descontentos con la ¨¦tica o con la est¨¦tica de lo que contemplen en sus pantallas. As¨ª pues, cuidado con ver TV3 y expresar luego una opini¨®n sobre lo que has visto.

Lo que hizo ??igo Dom¨ªnguez fue lo que hacen los comentaristas o los cr¨ªticos que escriben en los medios sobre la creaci¨®n ajena, sea esta televisiva, cinematogr¨¢fica, art¨ªstica o literaria. Lo que se emite o se publica o se expone merece el juicio ajeno, y este es, seg¨²n todos los libros de estilo que puedan consultarse al respecto, libre como cualquier opini¨®n que se ajuste a los c¨®digos de respeto y de verificaci¨®n propios del oficio. ??igo Dom¨ªnguez document¨® su trabajo en lo que emiti¨® la citada cadena, todo lo que dijo tiene que ver con lo que vio. No hizo ficci¨®n ni hizo cr¨ªtica: describi¨® lo que se puede verificar. Dijo lo que vio, y en todo caso explic¨® lo que documentaba, lo que le sorprendi¨®, desde el inter¨¦s porque el ciudadano supiera qu¨¦ estaba pasando en el principal medio televisivo catal¨¢n, de dependencia estatal, durante los momentos transcendentales que se siguen sucediendo en Catalu?a. Y lo public¨® en este peri¨®dico, que cumpli¨® con la ambici¨®n leg¨ªtima de los medios: explicarle a la gente aquello que se refiere al inter¨¦s general de la gente.

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El resultado de ese trabajo se puede poner en contraste con lo que hizo TV3 durante este periodo. Y es evidente que TV3 decidi¨® por su cuenta y riesgo magnificar hechos o disminuirlos en virtud de los intereses del llamado proc¨¨s. Hasta el ¨²ltimo instante y hasta ahora mismo TV3 ha hurtado informaciones o las ha colocado en un espejo deformado para que el maldito Estado saliera peor en la foto; al Jefe del Estado, por ejemplo, lo recluy¨® en el periodo navide?o en el canal menos visible para que ese sitio de privilegio, su primera cadena, lo dominara el president en exili¡­

Lo que vio Dom¨ªnguez y TV3 no quiso que viera lo pudo ver todo el mundo, o lo podr¨¢ ver si busca en ese canal los programas a los que hizo referencia el periodista. Su cr¨®nica fue tan precisa y tan contrastable como la que hizo, hace siglos ya, Pedro Altares cuando se puso delante de la ¨²nica cadena nacional, en tiempos de Franco, para explicar en Cuadernos para el Di¨¢logo de qu¨¦ manera el r¨¦gimen manipulaba la realidad o bien adormec¨ªa a la sociedad emitiendo programas cuyo inter¨¦s era el de desviar la atenci¨®n del p¨²blico fuera de las preocupaciones del momento.

La manipulaci¨®n a la que TV3 ha sometido a lo largo de estos ¨²ltimos tiempos todo lo que viene ocurriendo en Catalu?a es del dominio p¨²blico. Otra cosa es que la militancia que la jalea o la dirige quiera asomarse a los almanaques del martirologio y confunda informaci¨®n o programas con el est¨ªmulo a actitudes que las leyes contemplan como presuntamente delictivas. Exigir a un periodista que no cuente lo que ve es incompatible con la libertad de expresi¨®n. Perseguir al medio que lo acoge es ins¨®lito y responde solo a la intenci¨®n de TV3 de seguir diciendo lo que le viene en gana sin que ni siquiera le tosan las autoridades que se supone que velan por la idoneidad de su car¨¢cter de servicio p¨²blico. Decir c¨®mo has visto lo que ves es un derecho. Tergiversar ese derecho es un bumer¨¢n que TV3 ha lanzado contra el periodismo quiz¨¢ porque la emisora estatal catalana quiera suspender el ejercicio del oficio para beneficio de aquellos a los que jalea incondicionalmente.