Este es el libro esot¨¦rico que llevaba un siglo sin publicarse
La Felguera rescata 'La l¨¢mpara maravillosa', un texto en el que Valle-Incl¨¢n demuestra su pasi¨®n por el ocultismo
La l¨¢mpara mararavillosa, el libro que acaba de publicar La Felguera, es un texto de "culto", como lo definen sus editores, que presenta una faceta de Valle-Incl¨¢n diferente y desconocida. El escritor gallego era un "aut¨¦ntico erudito fascinado por el mundo esot¨¦rico". Como a otros intelectuales de su tiempo, le interesaban la teosof¨ªa y el ocultismo. "Esta es una obra hermos¨ªsima, posiblemente una de las obras maestras del modernismo, pero es cierto que quiz¨¢s dibuja a un Valle-Incl¨¢n distinto al que habitualmente conocemos. Hay que tener en cuenta que se trata de uno de los escritores m¨¢s importantes de la literatura en habla hispana del siglo veinte, pero muchos conocen menos esta faceta (...)", asegura Servando Rocha de la editorial que ahora recupera esta pieza maestra.
Hay varias formas de enfrentarse a este texto. "Una muy de alto voltaje, vinculada al mundo oculto y a lo que se llama la Tradici¨®n Oculta, pero tambi¨¦n hay otra que sirve como un manual asequible a todo el mundo y que nos recuerda lo que hay de hermoso y eterno en el mundo". Fue el escritor Javier Sierra el que sugeri¨® a La Felguera publicar este libro, y la escena tuvo lugar en el Caf¨¦ del Espejo de Madrid, "un lugar donde Valle se sentir¨ªa muy a gusto".
Servando, ?qu¨¦ os mueve a publicar este libro de Valle-Incl¨¢n?
Hace casi un siglo, nada m¨¢s y nada menos, que la obra no se publicaba como deber¨ªa. Es algo bastante inexplicable e inaudito. Se public¨® su primera edici¨®n en 1916, pero posteriormente, en 1922, el propio Valle, la corrigi¨® y edit¨® con una gran meticulosidad. Para su autor, La l¨¢mpara maravillosa es un libro iluminado. Es una obra con un plan, esconde sus secretos, revela y, al mismo tiempo, esconde. Es un acertijo poderoso, un plano, una hoja de ruta para el viajero, que es lo mismo que decir iniciado o ne¨®fito. Es un impecable ejemplo del libro como obra de arte. Por eso, en 1922 el libro se termin¨® tal y como consider¨® que deb¨ªa ser editado en el futuro.
Sin embargo, hasta la fecha hab¨ªa sido publicado sin respetar el aspecto, las ilustraciones del gran Moya del Pino (que fueron suprimidas incomprensiblemente, cuando estas serv¨ªan para igualmente leer el libro e incluso remit¨ªan a otras lecturas m¨¢s ocultas) y hasta los caracteres tipogr¨¢ficos de Valle. Esta es la edici¨®n de 1922, tal y como fue publicada en su momento. Recoge las ilustraciones, simbolog¨ªa, puntuaciones y dem¨¢s aspectos formales de esta edici¨®n, que como decimos fue meticulosamente corregida, supervisada y modificada, con respecto a su primera edici¨®n, por Valle-Incl¨¢n en vida, por lo que entendemos que es la obra seg¨²n este consider¨® que deb¨ªa mostrarse al mundo. Luego estaba claro que quer¨ªamos hacerlo respetando el aspecto pero sin ser una edici¨®n facs¨ªmil. Valle estar¨ªa muy orgulloso.
La persona que m¨¢s y mejor conoce a Valle, Margarita Santos Zas, de la C¨¢tedra de Valle-Incl¨¢n de la Universidad de Santiago de Comspotela, cuando lo tuvo en sus manos, nos escribi¨® y dijo: "Por fin la obra puede leerse como lo merece", y ese es el mejor halago que un editor puede recibir.
Asegur¨¢is que este libro recoge la filosof¨ªa esot¨¦rica y m¨ªstica de Valle-Incl¨¢n, ?en qu¨¦ consist¨ªa?
Valle pertenec¨ªa a una tradici¨®n de m¨ªsticos con la que se sent¨ªa identificado. En ¨¦l, curiosamente, hay una ingenuidad y una profundidad que lo hacen ¨²nico y que igualmente alimentaron su aura, su singularidad como personaje que convirti¨® su propia vida en una obra de arte, en una ficci¨®n. Incluso esta ficci¨®n le acompa?¨® hasta su lecho de muerte. Al d¨ªa siguiente de su muerte se dijo que un anarquista hab¨ªa intentado arrancar la cruz de su ata¨²d y hab¨ªa ca¨ªdo a la fosa, rompi¨¦ndose la caja. Por supuesto, nada de esto sucedi¨®, pero era parte de la leyenda que siempre lo rode¨®. Valle crey¨® en toda clase de fen¨®menos sobrenaturales, pero esto era algo frecuente en su ¨¦poca. Se opon¨ªa al racionalismo convertido en fanatismo de tal modo que se negaba una vida trascendente.
La teosof¨ªa que profes¨® intentaba crear un sistema de ideas que superasen los enfrentamientos entre religiones mediante el estudio de distintas creencias, por lo que entre los te¨®sofos hubo cristianos y no cristianos. Intentaba acercar los sistemas antiguos de creencias orientales con los occidentales, como una s¨ªntesis y superaci¨®n. Creo que Valle fue tan cristiano como lo fue otro gran artista y m¨ªstico, William Blake, pero sus creencias no fueron, al igual que ¨¦l, nada ortodoxas. Cre¨ªa en las formas eternas del mundo, en el quietismo, en la contemplaci¨®n, en la belleza m¨ªstica, en el sentido de unidad, en el amor como fuente primaria y ¨²ltima. Y todo eso es algo muy actual. El mundo ser¨ªa mucho mejor y m¨¢s bello si hici¨¦ramos caso a las palabras de Valle.
?C¨®mo se aficion¨® al esoterismo?
Frecuentaba y lideraba tertulias y c¨ªrculos ilustrados en los que se discut¨ªa con naturalidad sobre el mundo oculto. No era nada extra?o o ajeno a la ¨¦poca, sino m¨¢s bien al contrario. Los adeptos al espiritismo, por ejemplo, eran muchos. En gran medida, contaba con cierta buena prensa. Mario Roso de Luna, el introductor y traductor de la obra de Madame Blavatsky, fundadora de la teosof¨ªa, fue su amigo ¨ªntimo, lo mismo que miembros de sociedades y revistas ocultistas.
En Madrid frecuent¨® la tertulia del Caf¨¦ de Levante y la redacci¨®n de la revista Sophia, especializada en teosof¨ªa, el Ateneo de Madrid o aquellos pensadores, artistas y hasta cient¨ªficos que consideraban que todo lo que existe no puede ser percibido por unos sentidos, como los nuestros, en parte atrofiados, mal dirigidos y torpes. En toda su obra, sobre todo a partir de La L¨¢mpara Maravillosa, est¨¢ presente este mundo. Cuando en 1912 march¨® a Galicia, sigui¨® en contacto con te¨®sofos, pero Valle, como es natural, no pod¨ªa ser comprendido ni abarcado en una misma creencia y menos a¨²n en un grupo m¨¢s o menos organizado.
?Ten¨¦is noticias de c¨®mo se recibi¨® el libro en la ¨¦poca con un p¨²blico que estaba acostumbrado a otro registro del escritor y dramaturgo?
Unamuno qued¨® rendido ante el libro. Otros, sin embargo, lo vieron como algo extra?o. No es ficci¨®n, es un tratado espiritual al estilo de Miguel de Molinos y otros m¨ªsticos heterodoxos. Pero a pesar de ello se convirti¨® en un cl¨¢sico, aunque seg¨²n lo que hoy quiz¨¢s entender¨ªamos como un libro de culto. En su vida e ideas no hubo cambio alguno. Unos meses despu¨¦s de la aparici¨®n del libro march¨® a plena l¨ªnea del frente franc¨¦s durante la Primera Guerra Mundial y se convierte en cronista. Ese era Valle. Imprevisible, imaginativo y siempre brillante. Estamos a las puertas de su esperpento.
?Con qu¨¦ objetivo escribi¨® Valle-Incl¨¢n este tratado espiritual?
Fue el resultado de sus reflexiones, debates y encuentro con muchas personas interesadas por el mundo espiritual y lo oculto. De alguna forma resum¨ªa lo que hab¨ªa dicho en varios art¨ªculos previos y conferencias. Tras leerlo nada queda fuera. Las frases son tan iluminadoras y bellas que pierdes un poco el aliento. Es intenso. Es un libro llamado a estar siempre ah¨ª.
?Hab¨ªa en la d¨¦cada de los a?os 20 en Espa?a un movimiento esot¨¦rico?
"La tradici¨®n oculta en Espa?a es muy larga y est¨¢ bien documentada. Los escritores Rub¨¦n Dar¨ªo o Azor¨ªn, o los pintores Santiago Rusi?ol o Jos¨¦ Guti¨¦rrez Solana tambi¨¦n estaban interesados. Hasta un sector del anarquismo, a comienzos de siglo, tuvo sus conexiones con el mundo espiritista"
Ricardo Baroja, otro de los asiduos a una de sus tertulias, afirm¨®: "Los acad¨¦micos, los consagrados, los profesores de centros de ense?anza oficial del arte, nos tem¨ªan como a la peste". La tradici¨®n oculta en Espa?a es muy larga y est¨¢ bien documentada. Los escritores Rub¨¦n Dar¨ªo o Azor¨ªn, o los pintores Santiago Rusi?ol o Jos¨¦ Guti¨¦rrez Solana tambi¨¦n estaban interesados. Los nombres son muchos. Hasta un sector del anarquismo, a comienzos de siglo, tuvo sus conexiones con el mundo espiritista. Este inter¨¦s o acercamiento no debe verse con los ojos del presente sino con los de la ¨¦poca, en unos a?os que acabar¨ªan con esa gran atrocidad que fue la Gran Guerra. Ese desastre, obviamente, no pod¨ªa ser defendido con una civilizaci¨®n que hab¨ªa sido capaz de eso. Valle crey¨® en grimorios y percepciones extrasensoriales, y era conocedor del tarot o la c¨¢bala.
Valle-Incl¨¢n habla del papel en la sociedad del artista, de su funci¨®n, ?sigue teniendo vigencia lo que escribi¨®?
Su obra es tan extensa como inagotable, hasta el punto de que en estos ¨²ltimos tiempos han ido saliendo a la luz textos, manuscritos y cartas suyas que muestran su visi¨®n abierta y rabiosamente heterodoxa. Ocultista, periodista de guerra, conferenciante para los cadetes de West Point, aventurero que dej¨® su impronta en M¨¦xico o Argentina, escritor que cre¨ªa en tesoros escondidos, practicante de esgrima. Valle es un faro. Todo eso era ¨¦l.
"Valle fue modernista en su tiempo, pero tambi¨¦n ahora. Hoy en d¨ªa ser¨ªa un tipo ¨²nico y quiz¨¢s inc¨®modo, un vanguardista sin pretenderlo, un punk 'avant la lettre', un hombre que construy¨® su propio universo, y para eso hace falta mucho esfuerzo y valent¨ªa. Ten¨ªa temperamento y, a veces, mala leche"
La vida de Valle-Incl¨¢n da para varios libros, ?influy¨® el mundo esot¨¦rico de alg¨²n modo en sus aventuras y desventuras?
Todo eso era ¨¦l. No puede separarse al Valle de Luces de Bohemia con el Valle esot¨¦rico. En toda su obra hay claves, casi como mensajes en una botella. Sus personajes est¨¢n influenciados por esa visi¨®n tan extensa. Fue modernista en su tiempo, pero tambi¨¦n ahora. Hoy en d¨ªa ser¨ªa un tipo ¨²nico y quiz¨¢s inc¨®modo, un vanguardista sin pretenderlo, un punk avant la lettre, un hombre que construy¨® su propio universo, y para eso hace falta mucho esfuerzo y valent¨ªa. Ten¨ªa temperamento y, a veces, mala leche. Sab¨ªa que alrededor suyo hab¨ªa todo un personaje, y ¨¦l lo foment¨®. Sin misterio ni juego no hay vida.
H¨¢blanos un poco del ilustrador y de su colaboraci¨®n en el libro...
Como siempre, Mario Rivi¨¨re, el ilustrador y portadista estrella de la editorial, hizo un grand¨ªsimo trabajo. Sab¨ªamos que quer¨ªamos respetar el interior de la obra, sobre todo el aparato visual e ilustrativo, pero al mismo tiempo publicarlo en tapa dura en color escarlata, grabado en oro y cinta registro. El aspecto que quer¨ªamos lograr del libro era el de una obra modernista pero sin hacerse pasar por una obra de hace un siglo, hacerla actual y, al mismo tiempo, respetuosa con lo que fue y es.
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