Un viaje surrealista por la alta costura

La propuesta que Dior ha presentado este lunes, durante la primera jornada de la Semana de la Alta Costura de Par¨ªs, fue surrealista. Literalmente. Maria Grazia Chiuri, directora creativa de la casa francesa, ha vuelto a inspirarse una vez m¨¢s en una mujer para dar forma a su colecci¨®n. La elegida fue Leonor Fini, artista argentina, amiga ¨ªntima de Christian Dior y musa del surrealismo. Un movimiento que, como referente est¨¦tico, justifica pr¨¢cticamente cualquier cosa sobre la pasarela: desde los vestidos de tul y palabra de honor que la dise?adora italiana est¨¢ empe?ada en convertir en santo y se?a de su paso por la maison, hasta los trajes en los que busca reequilibrar la silueta new look del maestro franc¨¦s para adaptarla a los gustos actuales.

Las referencias m¨¢s obvias a la corriente art¨ªstica fundada por Andr¨¦ Bret¨®n se encuentran en los complementos: medias de rejilla que cubren sandalias doradas; zapatos que se abrazan al tobillo gracias a guantes; y m¨¢scaras que se presentan como el negativo de un antifaz, con su silueta recortada sobre un marco rectangular.

Al igual que en la pasada temporada, la colecci¨®n cabalga entre una alta costura contenida y un pr¨ºt-¨¤-porter de altos vuelos. La paleta de color se circunscribe b¨¢sicamente al blanco y negro, mientras prosperan tejidos y cortes. Finalmente, es la apasionante biograf¨ªa de Fini la que confiere coherencia a la propuesta. La argentina dise?¨® vestuarios teatrales, pint¨® retratos de Mar¨ªa F¨¦lix y Anna Magnani e ilustr¨® varias obras de Edgar Allan Poe y Marcel Aym¨¦. De ah¨ª quiz¨¢, los estampados dad¨¢ que decoran los vestidos t¨²nica y los abrigos damero de Chiuri. Fini tambi¨¦n fue amante de Max Ernst y pos¨® desnuda para Henri Cartier-Bresson. Una dimensi¨®n sexual que la directora creativa de Dior aborda en piezas de tul transparente; dise?os que dejan entrever el cuerpo desnudo o sujetadores y culottes propios de la ¨¦poca de entreguerras, en la que Jean Cocteau y Luis Bu?uel exploraron las fronteras de la racionalidad.

Si el trabajo de Chiuri fuese realmente una obra surrealista ¡ªy, por lo tanto, tratara de reflejar el funcionamiento del subconsciente¡ª, un r¨¢pido psicoan¨¢lisis de sus prendas arrojar¨ªa un diagn¨®stico incierto: algo frena a la italiana a la hora de superar sus l¨ªmites. No es, desde luego, el atelier de alta costura de Dior, capaz de materializar cualquier sue?o estil¨ªstico por loco que sea. Tampoco su presupuesto, que se antoja estratosf¨¦rico a juzgar por el suntuoso baile de m¨¢scaras de esta noche en el museo Rodin. Tal vez la respuesta est¨¦ en su pr¨®xima colecci¨®n.

Una l¨¢stima que Chiuri no pueda volver a recurrir a Fini, que lleg¨® a convivir con 23 gatos y cre¨® el envase de Shocking, un c¨¦lebre perfume de Elsa Schiaparelli. Esta dise?adora italiana ¡ªabuela de la actriz Marisa Berenson y fallecida en 1973¡ª s¨ª sab¨ªa lo que era el surrealismo: adopt¨® la iconograf¨ªa on¨ªrica de Salvador Dal¨ª y firm¨® con ¨¦l vestidos y bolsos. Este lunes la marca que lleva su nombre present¨® un trabajo que ten¨ªa m¨¢s de an¨¢lisis comercial que de delirio art¨ªstico. Vestidos de volantes multicolores, monos de plumas y primorosos bordados. Deliciosa artiller¨ªa para la alfombra roja.