Agresi¨®n de Maduro
Espa?a debe liderar los esfuerzos para que la democracia vuelva a Venezuela
La injustificable expulsi¨®n y declaraci¨®n como persona non grata del embajador de Espa?a en Caracas, Jes¨²s Silva Fern¨¢ndez, merece una contundente respuesta del Gobierno de Mariano Rajoy m¨¢s all¨¢ de la expulsi¨®n rec¨ªproca y proporcional del representante del Gobierno chavista en Madrid, que puede aprobarse hoy seg¨²n anunci¨® el ministro de Exteriores espa?ol, Alfonso Dastis.
El nivel de agresi¨®n permanente que Nicol¨¢s Maduro y sus colaboradores mantienen contra intereses y representantes espa?oles no ha obtenido m¨¢s que una prudente y tibia respuesta del presidente del Gobierno. Pero aunque esta actitud pueda parecer loable cuando se trata de los soeces insultos personales que ha recibido de Maduro, resulta inapropiada y contraproducente cuando se trata de defender los intereses del Estado y a sus representantes.
La expulsi¨®n del embajador muestra el alcance y la efectividad de las sanciones que la Uni¨®n Europea adopt¨® por unanimidad hace unos d¨ªas contra siete funcionarios del r¨¦gimen chavista. Uno de ellos, Diosdado Cabello, hombre de confianza de Nicol¨¢s Maduro, no dud¨® entonces de calificar al Ejecutivo espa?ol como ¡°Gobierno arrastrado al imperialismo¡±. Diosdado y sus compa?eros sancionados est¨¢n acusados por la UE de graves violaciones de los derechos humanos perpetradas durante la represi¨®n de la oposici¨®n democr¨¢tica.
Como viene siendo habitual, el insulto qued¨® sin respuesta. Y peor a¨²n, todav¨ªa ayer, con el diplom¨¢tico espa?ol expulsado, el ministro Dastis entraba al trapo del absurdo razonamiento de Maduro y su equipo y negaba desde Davos que Espa?a est¨¦ liderando las sanciones contra Venezuela en la UE por ¡°injerencias¡± de EE?UU.
Es una equivocaci¨®n. Espa?a ¡ªaunque el embajador Silva no hubiera sido expulsado¡ª est¨¢ obligada a encabezar los esfuerzos internacionales para que la democracia regrese a Venezuela y debe hacerlo utilizando todas las medidas leg¨ªtimas que ampara el derecho internacional. Desde la facilitaci¨®n de la mediaci¨®n y el di¨¢logo hasta el auxilio y refugio a las v¨ªctimas de la represi¨®n del r¨¦gimen, pasando por las sanciones leg¨ªtimas contra quienes violan los derechos humanos. El compromiso con la libertad y la democracia no debe quedarse solo en las declaraciones pol¨ªticas m¨¢s o menos grandilocuentes: estas tienen que ir acompa?adas de acciones que respondan de manera valiente e inteligente a las posibles represalias como acaba de suceder.
Maduro y sus colaboradores est¨¢n decididos a acabar con cualquier vestigio de oposici¨®n democr¨¢tica en Venezuela. Y est¨¢ claro que necesitan una maniobra de distracci¨®n despu¨¦s del aldabonazo de unas elecciones presidenciales convocadas a toda prisa y sin ninguna garant¨ªa. Una grave crisis diplom¨¢tica con Espa?a es, desde su punto de vista, una buena estrategia.
Es necesario demostrar a Maduro que est¨¢ equivocado y que las agresiones a Espa?a no har¨¢n sino multiplicar los esfuerzos desde este lado del Atl¨¢ntico para que los venezolanos vuelvan a vivir en libertad y democracia. Esta apelaci¨®n es extensible al expresidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, quien, por muy loable que fuesen sus intenciones iniciales, solo est¨¢ contribuyendo ahora a ofrecerle una coartada al r¨¦gimen para continuar la represi¨®n.
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