La angustiada euforia de Davos
En adelante, las empresas necesitar¨¢n contar tambi¨¦n con capital digital
Los ricos est¨¢n m¨¢s contentos que nunca. Las principales econom¨ªas est¨¢n creciendo, los riesgos de colapsos financieros parecen bajos, Trump redujo los impuestos, los precios de las empresas en las Bolsas de valores est¨¢n por las nubes y, por lo tanto, las fortunas de sus due?os y directivos tambi¨¦n. Por todo esto, en la reuni¨®n anual del Foro Econ¨®mico Mundial que acaba de terminar en Davos (Suiza), el ambiente entre los ricos que all¨ª asisten fue de euforia. Pero de una euforia angustiada, ansiosa. Saben que hay algo que no est¨¢ bien. O, mejor dicho, muchas cosas no est¨¢n bien.
La lista es conocida y los cient¨ªficos y analistas que van a Davos la recordaron hasta la saciedad. Cambio clim¨¢tico, guerras, pobreza y desigualdad, descontento social, terrorismo, ciberataques, malos l¨ªderes pol¨ªticos y todo lo dem¨¢s. No est¨¢ claro de d¨®nde vendr¨¢ la mala noticia que acabar¨¢ con la bonanza, ni cu¨¢ndo. Tampoco es seguro que llegue. ?Qui¨¦n sabe? Quiz¨¢s no ocurra la cat¨¢strofe que descarrile este tren.
Uno de los temas que domin¨® esta reuni¨®n anual del Foro fue el de la inteligencia artificial. Para Sundar Pichai, el jefe de Google, ¡°la inteligencia artificial (IA) nos va a salvar, no a destruir. Es probablemente lo m¨¢s importante en lo que la humanidad jam¨¢s ha trabajado. Creo que la IA tendr¨¢ un efecto m¨¢s profundo que la electricidad o el fuego¡±. Casi nada.
El optimismo de Pichai no es compartido por Jack Ma, el fundador de AliBaba, la gigantesca empresa china que es el rival m¨¢s ac¨¦rrimo de Amazon. En Davos, Ma dijo: ¡°La inteligencia artificial y el big data son una amenaza para la humanidad. La IA debe apoyar a los seres humanos. La tecnolog¨ªa siempre debe hacer cosas que empoderen a la gente, no que la inhabiliten¡±. Cabe se?alar que Google y AliBaba son dos de las empresas l¨ªderes en este campo y est¨¢n entre las que m¨¢s invierten en el desarrollo de inteligencia artificial.
Una de las sorpresas de la reuni¨®n la provoc¨® el milmillonario inversionista y fil¨¢ntropo George Soros. Para ¨¦l, las empresas de tecnolog¨ªa de informaci¨®n constituyen una grave amenaza contra la cual los Gobiernos deben actuar de manera firme e inmediata. ¡°Estas empresas a menudo han desempe?ado un papel innovador y liberador. Pero a medida que Facebook y Google se han convertido en monopolios cada vez m¨¢s poderosos, se han vuelto obst¨¢culos para la innovaci¨®n¡±, dijo Soros. Y continu¨®: ¡°Las empresas obtienen sus ganancias explotando su entorno. Las compa?¨ªas mineras y petroleras explotan el ambiente f¨ªsico; las empresas de medios sociales explotan el entorno social. Esto es especialmente nefasto porque las empresas de medios sociales influyen en c¨®mo las personas piensan y se comportan sin que ellas siquiera lo sepan. Esto tiene consecuencias adversas de largo alcance para el funcionamiento de la democracia, particularmente en la integridad de las elecciones¡ Facebook tard¨® ocho a?os y medio en llegar a tener mil millones de usuarios y la mitad de ese tiempo en a?adir mil millones m¨¢s. A este ritmo, en menos de tres a?os Facebook se quedar¨¢ sin gente a la que convertir en usuarios¡ Facebook y Google controlan efectivamente m¨¢s de la mitad de todos los ingresos por publicidad en Internet¡ La excepcional rentabilidad de estas compa?¨ªas se debe a que no pagan por el contenido de sus plataformas. Ellos afirman que, simplemente, est¨¢n distribuyendo informaci¨®n. Pero el hecho de que sean casi monopolios los convierte en servicios p¨²blicos y por ello deber¨ªan estar sometidos a regulaciones m¨¢s estrictas, dirigidas a preservar la competencia, la innovaci¨®n y el acceso universal, justo y abierto¡±.
Pero a Soros no solo le preocupan los efectos de estas empresas sobre la competencia y la innovaci¨®n. Tambi¨¦n aprovech¨® el Foro de Davos para denunciar su impacto en nuestras mentes y conductas: ¡°Las empresas de medios sociales enga?an a sus usuarios manipulando su atenci¨®n y dirigi¨¦ndola hacia sus propios fines comerciales. Deliberadamente promueven la adicci¨®n a los servicios que brindan. Esto puede ser muy da?ino, especialmente para los adolescentes. M¨¢s a¨²n, algo tambi¨¦n muy da?ino, y tal vez irreversible, le est¨¢ sucediendo a la atenci¨®n humana en la era digital. Y no es solo la distracci¨®n o la adicci¨®n que estas empresas estimulan; tambi¨¦n inducen a las personas a renunciar a su autonom¨ªa de pensamiento, lo cual las hace m¨¢s vulnerables a ser manipuladas pol¨ªticamente¡±.
Muchos reaccionaron contra estas denuncias de Soros y otros las aplaudieron. Un ejecutivo de una de las mayores empresas en este campo me dijo que, en su opini¨®n, Soros exagera, aunque reconoci¨® que algunos problemas que mencion¨® son reales. ¡°Pero nosotros mismos los vamos a solucionar¡±, afirm¨®, ¡°y si no lo hacemos nosotros lo van a hacer los Gobiernos. Y eso ser¨¢ peor para todos¡±.
El impacto de las tecnolog¨ªas digitales se va a acentuar y expandir. Antes, las empresas necesitaban capital financiero, capital humano, capital tecnol¨®gico y capital reputacional para tener ¨¦xito. Dinero, gente, tecnolog¨ªa y buena reputaci¨®n. De aqu¨ª en adelante tambi¨¦n necesitar¨¢n de capital digital. Esta tambi¨¦n es una tecnolog¨ªa. Pero, tal como estamos descubriendo, sus usos y consecuencias son a¨²n muy inciertos.
@moisesnaim
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