La falsa promesa del trabajo duro
Desigualdad extrema, concentraci¨®n de riqueza y pobreza en Latinoam¨¦rica
Toda la vida nos ense?aron que hay que trabajar arduamente para conseguir el ¨¦xito econ¨®mico y profesional. El nuevo informe de Oxfam, Premiar el trabajo, no la riqueza, indica que trabajar no siempre hace la diferencia. El sistema est¨¢ premiando la riqueza y el poder por encima del esfuerzo y del trabajo. Por m¨¢s que se esfuercen, el 28% de los trabajadores informales en Am¨¦rica Latina y el Caribe siguen siendo pobres. Pero a¨²n m¨¢s indignante es que el 16% de las personas que s¨ª tienen la suerte de tener un trabajo formal en la regi¨®n, tambi¨¦n siguen siendo pobres. Sus salarios, aprobados por ley, no alcanza ni para cubrir lo m¨ªnimo para vivir.
Santos, un vendedor de chicharrones de Rep¨²blica Dominicana nos cuenta c¨®mo dedica al d¨ªa alrededor de 14 horas a su trabajo. Inicia a las 6 de la ma?ana para ir al mercado, pero nos cuenta que hay d¨ªas en que ¡°no gano ni lo que invert¨ª¡±.
El sistema est¨¢ hecho para premiar la riqueza y el poder, no el trabajo y el esfuerzo, como nuestras madres nos ense?aron. Por esta raz¨®n el t¨ªtulo del ¨²ltimo informe de Oxfam presentado en el Foro Econ¨®mico de Davos es Premiar el trabajo, no la riqueza y nos vuelve a mostrar c¨®mo definitivamente este sistema no est¨¢ funcionando, al menos para las grandes mayor¨ªas.
En Oxfam creemos que es importante presentar estos datos y propuestas en Davos. All¨¢ se re¨²nen l¨ªderes empresariales y pol¨ªticos, all¨¢ est¨¢n las personas que podr¨ªan decidir cambiar lo necesario para construir un sistema m¨¢s igualitario y justo. Muchos de ellos son parte del problema, pero tambi¨¦n pueden y deben ser parte de la soluci¨®n.
Riqueza, todo para unos pocos y nada para la mayor¨ªa
Medir la riqueza no es una tarea f¨¢cil, la mayor¨ªa de los gobiernos no tienen datos sobre la riqueza de su poblaci¨®n, el secreto bancario impide a los gobiernos acceder a esa informaci¨®n. Son las entidades financieras, como Credit Suisse, las que est¨¢n produciendo datos de riqueza.
Los datos de desigualdad econ¨®mica que suelen producir los gobiernos analizan los ingresos en base a encuestas que hacen a los hogares. Estas encuestas son incapaces de capturar el fen¨®meno de la desigualdad extrema. Son tan pocos los multimillonarios comparados con el resto de la poblaci¨®n, que una encuesta simplemente no los entrevista. Si tomamos el l¨ªmite de activos netos de US$30 millones, seg¨²n el Banco UBS y Wealth-X en su World Ultra Wealth Report, en 2014, en Am¨¦rica Latina, el 0.000025% de la poblaci¨®n de la regi¨®n (14,805 personas) tiene activos netos superiores a US$30 millones.
Economistas de renombre internacional han levantado este tema, no solo por ser un debate acad¨¦mico sino porque obviar el fen¨®meno de la concentraci¨®n extrema de la riqueza genera problemas en el dise?o de pol¨ªticas p¨²blicas que ayuden de forma efectiva a reducir la desigualdad y la pobreza.
Concentraci¨®n de la riqueza global
Desde Oxfam hemos desarrollado un seguimiento permanente a la concentraci¨®n de la riqueza. Los resultados son dram¨¢ticos. El 1% m¨¢s rico de la poblaci¨®n mundial acapar¨® el 82% de la riqueza generada el a?o pasado mientras la mitad m¨¢s pobre no se benefici¨® en absoluto.
Seg¨²n los datos de Forbes, en la actualidad hay 2,043 personas con fortunas de 1,000 millones de d¨®lares en todo el mundo, 9 de cada 10 son hombres. El a?o pasado se produjo el mayor aumento de la historia en el n¨²mero de milmillonarios, con un nuevo milmillonario cada dos d¨ªas. En 12 meses la riqueza de esta ¨¦lite ha aumentado en 762,000 millones de d¨®lares, cantidad que podr¨ªa haber terminado con la pobreza extrema en el mundo hasta siete veces.
El problema principal son los mecanismos que facilitan esa concentraci¨®n de riqueza. Como plantea nuestra directora ejecutiva, Winnie Byanyima, "el boom de los milmillonarios no es signo de una econom¨ªa pr¨®spera, sino un s¨ªntoma del fracaso del sistema econ¨®mico. Se explota a las personas que fabrican nuestras ropas, ensamblan nuestros tel¨¦fonos y cultivan los alimentos que consumimos para garantizar un suministro constante de productos baratos, as¨ª como engrosar los beneficios de las empresas y sus adinerados inversionistas"
Concentraci¨®n de la riqueza en Am¨¦rica Latina y el Caribe
El 1% m¨¢s rico de Am¨¦rica Latina y El Caribe concentra el 37% de la riqueza, mientras el 50% m¨¢s pobre solo accede al 3.5% de la riqueza total de la regi¨®n, seg¨²n el ¨²ltimo informe publicado por Credit Suisse.
De toda la riqueza que se gener¨® s¨®lo en el ¨²ltimo a?o en la regi¨®n, el 95% se la embols¨® el 10% m¨¢s rico de la poblaci¨®n. Mientras, los 300 millones de personas m¨¢s pobres perdieron 22 mil millones de activos durante el mismo periodo.
Am¨¦rica Latina se caracteriza por ser la regi¨®n del mundo donde la mayor parte de la riqueza est¨¢ vinculada a los activos no financieros; es decir, a la propiedad de la vivienda y de la tierra, que suman un 70% de la riqueza total. En el informe de Oxfam, Desterrados, se calcula que el 1% de las fincas de mayor tama?o ha acaparado m¨¢s de la mitad de la superficie productiva de la regi¨®n. En otras palabras, el 1% de esos enormes latifundios ocupa m¨¢s territorio que el 99% de las propiedades rurales restantes.
El peso de la tierra en la creaci¨®n de riqueza en Am¨¦rica Latina hace que las pol¨ªticas para enfrentar la desigualdad en la tenencia de tierra, sean determinantes si se quiere enfrentar la desigualdad.
En Limoy II, un asentamiento en el Departamento de Alto Paran¨¢ en Paraguay, Simeona nos dice: ¡°es el ¨²nico asentamiento campesino que queda de siete que se hab¨ªan creado en la zona.[¡] A partir del boom de la soja todo se convirti¨® alrededor del asentamiento en inmensas plantaciones mecanizadas, donde constantemente se fumiga con herbicidas y plaguicidas.[¡] Si las mujeres y hombres de Limoy II resisten en sus tierras es por la fortaleza de la organizaci¨®n y no porque las instituciones se hayan preocupado de promover su desarrollo¡±
En 2017, seg¨²n la lista de Forbes exist¨ªan en Am¨¦rica Latina y el Caribe 89 personas milmillonarias. 16 de ellas son mujeres. La riqueza total es de 440 mil millones de d¨®lares. Este monto es mayor al PIB de casi todos los pa¨ªses de la regi¨®n, excepto los de Brasil, M¨¦xico y Argentina.
De 2016 a 2017, la riqueza de los milmillonarios latinoamericanos creci¨® en 155 miles de millones de d¨®lares, dicha cantidad de riqueza ser¨ªa suficiente para acabar con la pobreza monetaria de la regi¨®n casi dos veces por un a?o.
En el a?o 2015 calculamos a trav¨¦s de la herramienta Calculadora de la Desigualdad, desarrollada en Oxfam junto a Ojo P¨²blico, el n¨²mero de a?os que una persona del 10% m¨¢s pobre de la poblaci¨®n de cada pa¨ªs de la regi¨®n tendr¨ªa que trabajar, para ganar lo que gana en un mes un multimillonario de su pa¨ªs. En Honduras el resultado era 603 a?os, en Per¨² 336 y en Colombia 442 a?os, s¨ª¡ cientos de a?os, as¨ª de grande es la brecha de la desigualdad extrema en la regi¨®n.
??Es la riqueza el producto del esfuerzo y trabajo duro?
¡°Esfu¨¦rzate, trabaja, solo as¨ª conseguir¨¢s tus sue?os¡±. Veamos c¨®mo los milmillonarios han conseguido sus resultados. No dudamos que muchos de los milmillonarios de la lista de Forbes a nivel mundial han trabajado duro y han sido innovadores y visionarios, pero tambi¨¦n es cierto que un tercio de la riqueza que acumulan es heredada y otro tercio pertenece a sectores monop¨®licos como las telecomunicaciones, la miner¨ªa o sectores como la construcci¨®n y las farmac¨¦uticas, que dependen en gran medida de contratos p¨²blicos y est¨¢n muy a menudo marcadas por las relaciones primarias y clientelares.
Carlos Slim es el sexto hombre m¨¢s rico del mundo. Su fortuna proviene del monopolio casi absoluto que ha sido capaz de ejercer sobre los servicios de comunicaciones en M¨¦xico. Slim controla el 70% de la telefon¨ªa en M¨¦xico y el 65% de las l¨ªneas telef¨®nicas fijas del pa¨ªs. La Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE) calcula que entre 2005 y 2009 el mal funcionamiento del sector de telecomunicaciones en M¨¦xico gener¨® una p¨¦rdida en prestaciones sociales de 129.200 millones de d¨®lares, una cantidad equivalente al 1,8% del PIB anual. Oxfam M¨¦xico recientemente ha lanzado el informe M¨¦xico Justo con datos actualizados sobre el panorama de desigualdad y privilegio en ese pa¨ªs.
El esc¨¢ndalo de Odebrecht, que ha golpeado la regi¨®n, ha desnudado la forma de operar de una de las mayores empresas del sector de la construcci¨®n del mundo, mostr¨¢ndonos una red de favores y relaciones entre el sector privado y los partidos pol¨ªticos que acababan en licitaciones vendidas, sobornos escandalosos, financiamiento partidario y sobrecostos en obras p¨²blicos que les quitaron a las y los latinoamericanos muchos derechos.
Los bajos niveles salariales hacen que un trabajador, por m¨¢s esfuerzo que haga, no pueda salir nunca de la pobreza, mientras que los retornos de lo m¨¢s altos ejecutivos de las empresas son desproporcionados. El director de una las 5 mayores marcas de moda como H&M o Zara gana en cuatro d¨ªas lo mismo que una trabajadora de Bangladesh, que produce la ropa que ellos venden, durante toda su vida.
Actualmente se est¨¢ priorizando el pago de dividendos a los accionistas de las empresas por encima de todo. Las grandes empresas cada vez dedican m¨¢s porcentaje de sus ganancias a retribuir a sus accionistas en vez de mejorar las condiciones laborales de sus trabajadores o invertir en la empresa a largo plazo. Por ejemplo, en 1970, en el Reino Unido el 10% de los beneficios empresariales se distribu¨ªan entre los accionistas, mientras que en la actualidad perciben el 70%.
En Am¨¦rica Latina, los salarios definidos entre el empresariado, los sindicatos y los gobiernos pocas veces toma en cuenta los intereses de los trabajadores. En muchos pa¨ªses de la regi¨®n, el salario m¨ªnimo legal no alcanza a¨²n para cubrir la canasta b¨¢sica. El 16% de los trabajadores formales tienen un salario que los mantiene por debajo de la l¨ªnea de la pobreza. Son salarios de miseria los que se aprueban legalmente bajo el pretexto de estimular el empleo, un est¨ªmulo que nunca llega. En Rep¨²blica Dominicana, el 79% de los trabajadores que cotizan a la seguridad social tiene un salario inferior al costo de la canasta b¨¢sica.
Esto no tiene por qu¨¦ ser as¨ª, hay ejemplos en la regi¨®n de pol¨ªticas que pueden ayudar a cambiar esta lucha entre los dividendos y los intereses de los trabajadores. Desde 2010, Ecuador exige a las empresas privadas que reparten dividendos entre sus accionistas que paguen a todos sus empleados y empleadas un salario digno que cubra el coste de vida b¨¢sico. Esto impuls¨® el incremento gradual del salario m¨ªnimo en Ecuador hasta un nivel ¡°digno¡±, conforme al coste de los productos b¨¢sicos. Aunque la implementaci¨®n de esta medida no ha sido perfecta, cientos de miles de personas trabajadoras se han beneficiado de ella sin que esto haya afectado la disponibilidad de empleo en el pa¨ªs, que poseen una de las menores tasas de desempleo en Latinoam¨¦rica.
Las mujeres, m¨¢s formadas, peor remuneradas y m¨¢s sobrecargadas
Si el esfuerzo y el trabajo se premiaran, las mujeres ser¨ªan billonarias.
Las mujeres aportan en torno a 10 billones de d¨®lares a la econom¨ªa global mediante trabajos de cuidado no remunerados como el cuidado de los hijos y de las personas mayores, las tareas del hogar y la preparaci¨®n de alimentos. En Per¨², se estima que su trabajo no remunerado es igual al 20% del PIB del pa¨ªs. Las mujeres en la regi¨®n dedican a diario muchas horas a estas tareas, el doble que los hombres, tareas que se vinculan al amor y afecto por sus familias, por lo que no se pagan. En Guatemala y M¨¦xico las Encuestas de Uso del Tiempo muestran que las mujeres trabajan 7 horas diarias en promedio cuidando a los otros sin que se las remuneren. Y como es evidente, cuando trabajas 7 horas al d¨ªa para cuidar la familia, tu posibilidad de insertarte en el mercado remunerado es casi cero.
Incluso cuando el trabajo de cuidado se paga, es infravalorado y por lo tanto muy mal remunerado y con condiciones laborales extremas. Una trabajadora formal de la limpieza nos cuenta ¡°Ellos entienden que una persona que limpia es porque no es una persona profesional. Es una persona que no estudi¨®. En fin, y como que ¨¦l que no estudia para ellos es igual que un perro, lo tratan mal.¡±
Mar¨ªa Cristina L¨®pez, es "original y natal de Guatemala pero m¨¢s mexicana que nada" ella cree que ¡°si yo hubiera tenido estudios, fuera una diputada. O sea que en la forma que soy yo, yo fuera una diputada pero desgraciadamente no estudi¨¦, no tuve oportunidades porque a lo mejor fuera yo Rigoberta Mench¨².¡± Lo que no sabe Maria Cristina es que las mujeres ya estamos m¨¢s capacitadas que los hombres en Am¨¦rica Latina, tenemos 1 a?o m¨¢s de escolaridad promedio y eso no ha sido suficiente para romper el techo de cristal y a¨²n cobramos un 16% menos. La brecha salarial m¨¢s grande se da en los hombres y mujeres con el mayor nivel de formaci¨®n donde las mujeres siguen ganando 25% menos que un hombre.
Adem¨¢s, el 78% de las mujeres que trabajan remuneradamente est¨¢n empleadas en trabajos en sectores de baja productividad (como la agricultura), comparado con el 55% de los hombres.
Desigualdad de ingreso en Am¨¦rica Latina y el Caribe, el fin de la d¨¦cada dorada
Am¨¦rica Latina ha sido un buen y un mal ejemplo en la lucha contra la desigualdad. Las pol¨ªticas impulsadas en la regi¨®n en los a?os 90 dirigidas por el Consenso de Washington, recortaron el gasto p¨²blico para pagar la deuda adquirida, adem¨¢s de flexibilizar el mercado laboral y reducir los impuestos. Estas medidas colocaron a los pa¨ªses de la regi¨®n en los mayores niveles de pobreza y desigualdad jam¨¢s vividos.
Desde el a?o 2000 esta tendencia se revirti¨®. Ayudaron el boom de los precios de las materias primas y una mayor voluntad pol¨ªtica de los gobiernos de la regi¨®n para desarrollar pol¨ªticas p¨²blicas que aumentaron los ingresos laborales, incrementaron la inversi¨®n social, focalizaron programas en los m¨¢s pobres y pusieron en marcha programas de protecci¨®n social. La pobreza monetaria y la desigualdad disminuyeron de manera significativa, mostrando que no eran males ca¨ªdos del cielo, sino que cuando hay voluntad pol¨ªtica se pueden disminuir las brechas.
Lamentablemente, la reducci¨®n de la desigualdad de ingresos se ha ralentizado notablemente y las buenas noticias sobre la pobreza ya se han desvanecido. En 2014, el 28,5 % de la poblaci¨®n de la regi¨®n se encontraba en situaci¨®n de pobreza, y en 2016 el porcentaje ascendi¨® hasta el 30,7 %. En este mismo periodo, la pobreza extrema pas¨® del 9 % al 10,2%.
Y es que las respuestas de los actuales gobiernos a la desaceleraci¨®n y las crisis de legitimidad, producto de los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, est¨¢ siendo la vieja receta que ya demostr¨® no funcionar en los 90: la austeridad y la reducci¨®n del Estado como respuesta, con medidas tan extremas como el techo de gasto a la inversi¨®n social impuesto por una enmienda constitucional en Brasil, en diciembre del 2016, por un per¨ªodo de 20 a?os. Una decisi¨®n que no har¨¢ m¨¢s que agravar la situaci¨®n de los pobres y de las clases medias. Como nos cuenta Santos, ¡°esa gente tiene su dinero, los ricos no necesitan eso, los necesitados somos nosotros¡±
Un estudio realizado por Inesc, Oxfam Brasil y el Center of Economic and Social Rights, Derechos Humanos en Tiempos de Austeridad, muestra los efectos que ya est¨¢n teniendo estos recortes ¡°el presupuesto federal para programas de seguridad alimentaria cay¨® en 55% para 2017 y alerta sobre un posible incremento en la desnutrici¨®n y el hambre. El presupuesto del programa Farmacia Popular, que suministra medicamentos esenciales a las poblaciones de menores ingresos a trav¨¦s de una red de farmacias p¨²blicas, cay¨® 15%, llevando al cierre de 314 de ellas, localizadas principalmente en las regiones m¨¢s pobres¡±.
Ante la falta de recursos la receta es siempre recortar el gasto social y pocos pa¨ªses se plantean la posibilidad de incrementar los ingresos haciendo pagar m¨¢s impuestos a los m¨¢s ricos. Como plantea Katia Maia, Directora Ejecutiva de OXFAM Brasil, ¡°combatir la evasi¨®n tributaria podr¨ªa generar recursos del orden de R$ 275 miles de millones, casi dos veces el d¨¦ficit del gobierno federal en 2016. Una reforma tributaria progresiva, enfocada en gravar las rentas m¨¢s altas podr¨ªa generar recursos adicionales del orden de R$ 60 miles de millones, al tiempo que contribuir¨ªa a reducir los niveles extremos de desigualdad econ¨®mica que Brasil padece¡±
Un sistema fallido que solo funciona para unos pocos, pero que puede transformarse
En el sistema actual, la elusi¨®n de impuestos es legal, mientras la explotaci¨®n de trabajadores se considera "eficiencia" y maximizar a cualquier precio los retornos de los inversionistas "una buena pr¨¢ctica empresarial". Esto es un sistema econ¨®mico que no funciona, pero es solo cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica cambiarlo.
Los l¨ªderes empresariales y pol¨ªticos reunidos en Davos pueden pasar de los discursos a la acci¨®n y cambiar esto. Pueden desempe?ar un papel fundamental, garantizando que tanto ellos como sus empresas paguen los impuestos que les corresponden; los gobiernos pueden aumentar y mejorar los servicios p¨²blicos. Las empresas pueden imponen l¨ªmites a los retornos para los accionistas y los altos directivos y que todos los trabajadores y trabajadoras reciban un salario digno; tambi¨¦n podr¨ªan no utilizan su dinero y conexiones para buscar favores pol¨ªticos que les proporcionen una ventaja injusta.
Tal vez estas medidas ayudar¨ªan a cambiar la opini¨®n del 75% de los y las latinoamericanos que, seg¨²n Latinobar¨®metro, piensa que en nuestras democracias se gobierna para unos cuantos grupos poderosos.
¡°Pienso que esa gente (los gobiernos) tienen que pensar mejor y saber lo que van a hacer para que todos estemos iguales. Eso no se ve bien: una gente comiendo y otra no¡±, sostiene Santos, mientras se dispone a vender chicharrones para seguir sobreviviendo.
Rosa Ca?ete Alonso es coordinadora del Programa de Lucha contra la Desigualdad y la Captura del Estado de Oxfam en Am¨¦rica Latina y el Caribe.
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