Su canci¨®n
Un poco en pantuflas se mostraron los Reyes en el v¨ªdeo para el cumplea?os del Monarca
En el programa de Ana Rosa, que tanto extra?o, mostraron los whatsapps entre Puigdemont y el exconseller Com¨ªn. ¡°Supongo que tienes claro que esto se ha terminado¡±, argumenta Puigdemont en el largu¨ªsimo y triste mensaje. Com¨ªn, ya en otra cosa, prefiere no responderle. ?Qui¨¦n nos iba a decir que todo este proc¨¦s iba a terminar as¨ª: por un despiste y un momento de flaqueza? Tambi¨¦n es cierto que los reporteros del programa son tremendos en su af¨¢n de husmear e informarnos. ?Qu¨¦ ojo tienen! Lo que queda claro de todo este proc¨¦s es que los tel¨¦fonos y whatsapps los carga el diablo, hay que dejarlos reposar. O, al menos, releer antes de enviar.
La vida sigue y cuando se acaba un proceso se inicia otro. Eurovisi¨®n est¨¢ cerca, ya tenemos canci¨®n y dueto interpretativo, Amaia y Alfred, y un c¨²mulo de nervios por c¨®mo nos ir¨¢ con Tu Canci¨®n. Algunos ya whatsappean que es un pel¨ªn sosa, como una sopa verde sin pizca de sal o como un mensaje sin respuesta. Pero la pasi¨®n de Amaia y Alfred conseguir¨¢ esa inflamaci¨®n y gestualidad que chifla a los millennials televisivos. Quiz¨¢s estemos a tiempo de cambiar algo la letra e incluir los versos desesperados de Puigdemont: ¡°Me han hecho mucho da?o con calumnias, rumores, mentiras. Esto ahora ha caducado y me tocar¨¢ dedicar mi vida a mi propia defensa¡±. Con estas palabras a ritmo de fado o de reggaeton seguro que Tu canci¨®n sube puestos en el Altice Arena en Lisboa.
As¨ª como Puigdemont se apaga, Trump se enciende. Su primer discurso del Estado de la Uni¨®n (que no naci¨®n porque EE?UU es el aut¨¦ntico reality federal) ha sido un ¨¦xito, aterrorizando a sus detractores que d¨ªa tras d¨ªa ven que el hombre del que se mofan les puede ganar. Lo curioso de Donald Trump es que parece tener dos personalidades. Una de d¨ªa, pistolero, tuitero empedernido, vendedor de estrategias y semig¨¢nster de boquilla. Y otra, m¨¢s refinada, de millonario poderoso, para momentos estelares y de noche como en la gala del Estado de la Uni¨®n. Estaba mucho m¨¢s contenido, casi sutil, sin subir la voz vulgarmente ni apartarse de su discurso de que Am¨¦rica solo vale si es con americanos blancos o lo m¨¢s blancos posible. Quiz¨¢s los independentistas catalanes hubieran llegado m¨¢s lejos jugando a la personalidad m¨²ltiple.
Isabel Pantoja multiplica la familia. Es abuela por cuarta vez y Carlota, la nueva nieta, conoce a su padre, Francisco Rivera, con una silueta m¨¢s refinada. Ya no es Paquirr¨ªn sino Tipirr¨ªn. Para m¨ª es una se?al de que vienen tiempos mejores, de que se desinfla el proc¨¦s. Igual que esas pantuflas con pieles que usa Paula Echevarr¨ªa para declarar sobre su divorcio con David Bustamante y que ¡°no hay un paso atr¨¢s¡±. Ella dio ese paso adelante con unas pantuflas Gucci y temperaturas g¨¦lidas. Yo lo veo como un nuevo eslogan: lo mejor es lo que pasa. Aunque haga fr¨ªo, voy en pantuflas porque tengo la sangre caliente. Y mucho camino por delante.
Un poco en pantuflas se mostraron los Reyes en el v¨ªdeo producido para el cumplea?os del Monarca. Pido que lo conviertan en un reality semanal en TVE y as¨ª ocupamos el vac¨ªo que pronto dejar¨¢ OT hasta que llegue Eurovisi¨®n. Seria el primer Neo-REAL-ity. Y un ¨¦xito. Me supo a poco lo que mostraron. Quiero ver a la reina Letizia reunida con su equipo decidiendo la redacci¨®n de un discurso o c¨®mo reciclar un traje. Seguir la relaci¨®n de las ni?as entre ellas, Sof¨ªa, m¨¢s sociable y Leonor m¨¢s misteriosa. Mis amigos republicanos, los tengo tanto de derechas, de izquierdas como de centro, dicen que cuando el cochazo real, blindad¨ªsimo, se queda vac¨ªo, el aire, la ausencia, es igual que cuando est¨¢n dentro. No s¨¦. Pero he atravesado un mar de discusiones sobre la sopa de acelga mientras otros celebran que la vajilla sea de manufactura asturiana. Sin olvidar a todos aquellos que encontraron la mesa deslucida. Para defenderlos, recordar¨¦ la mesa en el Palacio Real, dispuesta para el almuerzo a Goytisolo en aquel premio Cervantes al que asist¨ª invitado: era impresionante. Majestuosa. Perfecta. Y el men¨² impecable, verdinas y pescado. Puede que nuestros Reyes se parezcan a la princesa Paula Echevarr¨ªa, a veces salen en pantuflas por la calle pero en casa, sin que nadie los vea, visten lo bueno. Que resulta tambi¨¦n muy de Tabarnia. ?No est¨¢is de acuerdo?
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