Con la venia, juez Llarena

Los conocedores de Joaquim Forn, el exconseller de Interior encarcelado, le definen como buena gente, como un tipo afable, como alguien que tuvo que luchar contra los elementos para destacar ante su jefe de filas, Xavier Trias.

Forn, antiguo boicoteador de la Barcelona ol¨ªmpica (en la infame campa?a pujolista Freedom for Catalonia), se seren¨®, dicen, en su labor municipal. Aunque ¨¦mulo de Julian Sorel, deb¨ªa aguantar un doble tap¨®n pol¨ªtico, y social, del bueno de Trias. El social, en la colonia veraniega de Viladrau.

Quiz¨¢ eso le refresc¨® su ardor juvenil. Y acab¨® convirtiendo su trayectoria en una de las m¨¢s funestas de la Catalu?a indepe, por arbitraria. Recuper¨® como conseller el supremacismo etnicista de sus a?os mozos, separando ¡ªcuando la masacre del 17 de agosto pasado¡ª hasta a los muertos: aqu¨ª, catalanes; all¨¢, espa?oles.

Como hombre fuerte del Consistorio no hab¨ªa dudado en aplicar palo, tentetieso y tierra calcinada a los okupas de Can Vies; poco despu¨¦s convirti¨® a los mismos mossos que ah¨ª repart¨ªan ca?a en hermanitas de la caridad durante el refer¨¦ndum del 1-O.

El relato del juez Pablo Llarena sobre su actuaci¨®n del pasado oto?o es poco objetable: subi¨® al complot cuando ¡°otros lo abandonaban¡±, prometi¨® y cumpli¨® que los Mossos facilitar¨ªan la convocatoria ilegal de octubre, procur¨® como fiel sargento la causa del achatarramiento del Estatut.

Ahora bien, se?or¨ªa, la gente puede cambiar, y no solo por miedo a pudrirse en la c¨¢rcel. Tambi¨¦n por incentivo familiar.

Que subsista (incluso residualmente) el empecinamiento unilateral; que el pr¨®fugo de Bruselas que nombr¨® a Forn contin¨²e o no en sus ins¨®litas aventis; que el propio Forn siga so?ando independencias, dir¨¢ mucho del paisaje, pero aclara poco sobre su disposici¨®n a reiterarse en los delitos presuntamente cometidos, que es lo que debe evaluarse.

Renunciando a su acta, Forn va m¨¢s all¨¢ que Carme Forcadell, y a esta la dej¨®, se?or¨ªa, en libertad bajo fianza.

Conviene conocer las condiciones personales del reo, no solo las generales del proc¨¦s. Forn, como otros, quiere volver al orden legal por los buenos oficios, el diktat y el desvelo de su esposa, Laura Masvidal, y sus hijas. Es un motivo gigantesco ¡ªtambi¨¦n jur¨ªdico, aunque no lo alegue: ?inapelable!¡ª para enviarlo a casa.