Cuando sobrevivir al c¨¢ncer depende del c¨®digo postal

La incidencia de tumores sigue aumentando en Espa?a hasta el punto de que los expertos prev¨¦n que la mortalidad por c¨¢ncer superar¨¢ en la pr¨®xima d¨¦cada a las enfermedades cardiovasculares como primera causa de muerte. El hecho de que Espa?a sea el segundo pa¨ªs del mundo con mayor esperanza de vida es la principal causa del aumento, pues el c¨¢ncer est¨¢ vinculado al envejecimiento. En 2017 se diagnosticaron 228.000 nuevos casos y se prev¨¦ que sigan aumentando, lo que exigir¨¢ al sistema sanitario un gran esfuerzo.

Afortunadamente, el diagn¨®stico precoz y las constantes mejoras terap¨¦uticas han permitido aumentar la tasa de supervivencia global, que en este momento se sit¨²a en el 53% a los cinco a?os del diagn¨®stico. Y las perspectivas de avance son buenas: un tercio de todos los nuevos f¨¢rmacos que se incorporaron el a?o pasado eran anticancer¨ªgenos y de los 24 antitumorales aprobados, 11 eran principios activos completamente nuevos.

Tenemos tratamientos cada vez m¨¢s eficaces, pero tambi¨¦n cada vez m¨¢s costosos. El elevado coste de las nuevas dianas moleculares explica en gran medida las enormes diferencias de supervivencia entre diferentes lugares, como ha puesto de manifiesto el estudio Concord, que ha comparado datos de 71 pa¨ªses. Hasta tal punto son significativas esas diferencias que las posibilidades de curaci¨®n dependen m¨¢s, en muchos tumores, del c¨®digo postal que de la gen¨¦tica del paciente. He aqu¨ª dos ejemplos ilustrativos: la supervivencia de c¨¢ncer de mama a los cinco a?os alcanza en EE?UU el 90%, mientras que en India apenas llega al 66%; en Finlandia, el 95% de los ni?os diagnosticados de leucemia linfobl¨¢stica aguda siguen vivos a los cinco a?os, mientras que en Ecuador solo sobrevive el 49,8%.

En Espa?a tenemos un sistema sanitario p¨²blico que incorpora todos los medicamentos que han demostrado eficacia terap¨¦utica y cubre por igual a todas las personas, vivan donde vivan, lo que garantiza un acceso equitativo a los tratamientos. No siempre somos suficientemente conscientes de lo que significa el hecho de que aqu¨ª se pueden curar tumores que en otros lugares son una sentencia de muerte gracias a que tenemos un seguro p¨²blico universal.

Pero la batalla contra el c¨¢ncer debe centrarse ahora en la prevenci¨®n. Las cifras de mortalidad podr¨ªan mejorar de forma sustancial si fu¨¦ramos capaces de adoptar medidas preventivas eficaces. M¨¢s de un tercio de todas las muertes se deben a causas evitables. Hasta el 40% de los casos que se diagnostican est¨¢n relacionados con h¨¢bitos de vida poco saludables. Mucha gente no sabe, por ejemplo, que la obesidad es responsable de uno de cada veinte tumores, que m¨¢s del 90% de las 28.000 muertes anuales por c¨¢ncer de pulm¨®n se deben al tabaco y que el alcohol est¨¢ detr¨¢s del 12% de las muertes, especialmente por c¨¢ncer de h¨ªgado. Hay, pues, mucho camino por recorrer. Todo esfuerzo organizativo y presupuestario que se destine a la prevenci¨®n evitar¨¢ muertes y redundar¨¢ en un ahorro futuro mucho mayor de lo que ahora se gaste. <