Espa?a y el BCE
En la l¨®gica del banco no est¨¢ la defensa de los intereses nacionales
Aproximarse al funcionamiento de la Uni¨®n Europea pasa por detenerse en su complejo sistema institucional. La composici¨®n y funciones que los Tratados atribuyen al Consejo Europeo, al Consejo, al Parlamento Europeo, a la Comisi¨®n, al Tribunal de Justicia o al propio BCE nos advierten de un interesante equilibrio de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) e intereses (intergubernamental y supranacional), cuyo resultado permite calificar a la Uni¨®n como un experimento pol¨ªtico sugerente en una estructura de derecho sofisticada.
Con todo, desde la perspectiva interna de los Estados no se acaba de entender el funcionamiento de este entramado institucional. M¨¢s de treinta a?os despu¨¦s de nuestra adhesi¨®n a la Uni¨®n, sigue siendo necesario invertir esfuerzos, desde al ¨¢mbito acad¨¦mico y pol¨ªtico, en explicar mejor este modelo organizativo. De hecho, sin un mayor conocimiento de los elementos clave del proceso de integraci¨®n ser¨¢ dif¨ªcil incrementar la dosis de legitimidad que garantiza su sostenibilidad futura.
Sirva esta reflexi¨®n inicial para contextualizar la anunciada candidatura del ministro De Guindos a la vicepresidencia del BCE. Para evitar malentendidos: es una buena noticia que Espa?a compita con candidaturas solventes para ocupar puestos internacionales de m¨¢xima responsabilidad. En este sentido, solo cabe lamentarse de que esta ambici¨®n no se expresara con m¨¢s acierto en los ¨²ltimos a?os.
Con todo, por centrar el an¨¢lisis en lo que hoy es noticia, quiero se?alar dos aspectos que considero relevantes. El primero tiene que ver con la naturaleza de la instituci¨®n en la que quiere integrarse el ministro de Econom¨ªa. As¨ª, el BCE es quiz¨¢ la expresi¨®n m¨¢s n¨ªtidamente federal dentro del organigrama europeo. No en vano, se ocupa de una pol¨ªtica, la monetaria, que los Estados de la zona euro han cedido en exclusiva a la Uni¨®n. Dispone, adem¨¢s, de poder para ejercer sus competencias de manera aut¨®noma e independiente, sin recibir instrucciones del resto de instituciones o Estados. Lo expuesto demuestra que se equivocan quienes piensan que la presencia de un nacional en el BCE supondr¨¢ un cambio en la pol¨ªtica monetaria europea en funci¨®n de los intereses de Espa?a.
El segundo aspecto en el que me quiero detener est¨¢ relacionado con el perfil t¨¦cnico del candidato. Ser¨ªa poco riguroso negar la capacidad y experiencia acreditadas por Luis de Guindos en pol¨ªtica econ¨®mica, no as¨ª en pol¨ªtica monetaria. Tampoco se puede ocultar el reconocimiento que tiene en los espacios de poder europeo. Sin embargo, ni el BCE atiende cuestiones generales de pol¨ªtica econ¨®mica, ni est¨¢ en su l¨®gica de funcionamiento integrar la defensa de los intereses nacionales. Algo que, sin embargo, s¨ª hubiera resultado razonable esperar de la presidencia del Eurogrupo. De nada sirve ahora lamentarse por lo que pudo ser y no fue. Basta con entender que, si la candidatura al BCE resulta exitosa, la posici¨®n de Espa?a no ser¨¢ por ello determinante en Fr¨¢ncfort. As¨ª funcionan las cosas en Europa. Conviene tenerlo claro.
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