I?igo Lazcanotegui, el m¨¦dico de las m¨¢quinas
Este ingeniero vasco ha ideado un sistema para anticiparse a los fallos de los objetos tecnol¨®gicos que, asegura, cada vez son m¨¢s humanos. Su misi¨®n es ¡®curarlos¡¯ antes de que generen p¨¦rdidas.
Somos los m¨¦dicos de las m¨¢quinas. Las escuchamos, observamos, analizamos, diagnosticamos y, luego, prescribimos la soluci¨®n. A veces, hace falta operarlas y sustituirles piezas da?adas o inadecuadas, e incluso puede que necesiten un cambio de dise?o. Las m¨¢quinas est¨¢n dejando de ser feas. Las nuevas tecnolog¨ªas nos permiten hacerlas m¨¢s humanas. Hay magia en el mundo digital¡±. I?igo Lazcanotegui, un guipuzcoano de Hondarribia y 38 a?os, es el inspirador principal del sistema de predicci¨®n de fallos para la industria 4.0 galardonado con el Premio Europeo de Innovaci¨®n de 2017. Concedido por EARTO, la m¨¢xima representaci¨®n europea en el ¨¢mbito de la inno?vaci¨®n, el galard¨®n recompensa la exitosa aplicaci¨®n industrial de las tecnolog¨ªas de big data desarrolladas por el centro tecnol¨®gico Tecnalia y patentadas por la empresa NEM Solutions. En la senda de la cuarta revoluci¨®n industrial, la de la digitalizaci¨®n y automatizaci¨®n, la de las f¨¢bricas inteligentes permanentemente intercomunicadas, poder detectar los fallos de las m¨¢quinas antes de que entren en crisis y optimizar la producci¨®n supone una enorme ventaja que ahorra desastres y mucho dinero.
¡°Vengo de una familia de pescadores, pero crec¨ª fascinado por los dise?os de barcos de un t¨ªo m¨ªo ingeniero naval y por todo lo relacionado con la inform¨¢tica. Pertenezco a la generaci¨®n que asisti¨® al nacimiento de Internet y al desarrollo ?exponencial de la industria digital. A los 10 a?os, ya empec¨¦ a programar ordenadores. Era un friki, viv¨ªa pegado al ordenador, abducido por la inform¨¢tica y la m¨²sica electr¨®nica. Hice mis pinitos como hacker. Sacaba unas notas pat¨¦ticas. Recuerdo una conversaci¨®n con mi padre: ¡®All¨¢ t¨²¡¯, me dijo. A los 18 a?os, mis padres me enviaron a Alemania a aprender el idioma y a hacer pr¨¢cticas en una empresa. Pensaron que igual me espabilaba all¨ª. Me aburr¨ª mortalmente, me sent¨ª como una patata abandonada, pero, adem¨¢s de alem¨¢n, aprend¨ª a moverme en los entornos de la incertidumbre en una sociedad que da m¨¢s libertad individual y trabaja de forma eficaz¡±.
¡°Con las m¨¢quinas
no atendemos solo
a los 37 grados de fiebre
del enfermo; vamos a la ra¨ªz de la infecci¨®n¡±
A su regreso a casa, un a?o m¨¢s tarde, I?igo Lazcanotegui entr¨® en la Universidad de Mondrag¨®n y comprob¨® que la ingenier¨ªa t¨¦cnica inform¨¢tica era su territorio, lo que le apasionaba desde siempre. ¡°El mundo digital me iba, saqu¨¦ las mejores notas de mi vida, era el n¨²mero uno de clase. Me propusieron aplicar la inform¨¢tica a la industria, unir los bits [medida de la capacidad de proceso inform¨¢tico del sistema] a los hierros, y me devolvieron a Alemania, a la Facultad de Matem¨¢ticas de la Universidad Tecnol¨®gica de Aquisgr¨¢n, para que me especializara en fabricaci¨®n avanzada. All¨ª tuve que rehacer mi carrera ¡ªlos alemanes solo se f¨ªan de sus cursos de ense?anza¡ª, pero aprend¨ª a aplicar la inform¨¢tica a las matem¨¢ticas y me empap¨¦ de las formas de trabajo. Por supuesto, yo tambi¨¦n entr¨¦ en el sistema de formaci¨®n dual que combina el estudio con las pr¨¢cticas, y que all¨ª es lo normal. Lo que falla en la universidad espa?ola es la paulatina inserci¨®n del estudiante en las empresas. No se puede pasar de cero a 100, de lo acad¨¦mico a lo laboral. Las pr¨¢cticas no pueden ser de tres meses de verano y tampoco deben estar mal pagadas. Tenemos un gran d¨¦ficit de analistas porque hay muchos chicos con buenas notas y ninguna experiencia de trabajo¡±.
La predicci¨®n de fallos en la industria 4.0 se realiza gracias a la aplicaci¨®n de big data que permite la gesti¨®n y el an¨¢lisis inteligente de grandes vol¨²menes de datos en la industria y maximizar la productividad y la competitividad a escala global. La supervisi¨®n de los aerogeneradores, por ejemplo, permite detectar fallos y ahorrar mucho dinero.
El doble perfil inform¨¢tico e industrial ¡ª¡°trabajamos para digitalizar la ingenier¨ªa industrial e industrializar la inform¨¢tica¡±¡ª es la clave, en su opini¨®n, de la revoluci¨®n 4.0 que se est¨¢ gestando. ¡°Antes, cada m¨¢quina ten¨ªa a un operario que la atend¨ªa y entend¨ªa, que conoc¨ªa su comportamiento y sab¨ªa interpretar sus se?ales: si emit¨ªa un ruido anormal, si alteraba el ritmo¡ Digamos que nosotros nos hemos hecho con la libreta de aquellos maestros torneros, fresadores, etc¨¦tera, y ahora llegamos mucho m¨¢s lejos, a alcanzar los secretos ¨ªntimos que no est¨¢n a la vista. A estas m¨¢quinas complejas les hemos puesto sensores de todo tipo: aceler¨®metros, ultrasonidos, medidores t¨¦rmicos, de visi¨®n¡ No buscamos tanto el error como establecer los patrones normales de comportamiento y saber de qu¨¦ manera las variables del material utilizado, la forma del corte, el tipo de herramienta, el nivel de precisi¨®n, la temperatura atmosf¨¦rica, etc¨¦tera, afectan a los procesos de mecanizaci¨®n. Reunimos as¨ª una ingente cantidad de datos que una vez procesados y analizados nos permiten hacer una m¨¢quina m¨¢s segura y eficaz. Adem¨¢s de predictivos, somos pres?criptivos; no atendemos solo a la sintomatolog¨ªa, a los 37 grados de fiebre del enfermo; vamos a la ra¨ªz, a la causa de la infecci¨®n¡±.
Hasta ahora, Tecnalia ha aplicado su tecnolog¨ªa de big data en sectores de alto coste operativo, como el del ferrocarril y los aerogeneradores, pero est¨¢ entrando tambi¨¦n en las pymes. ¡°Todas las empresas pueden sacar mayor rendimiento a sus m¨¢quinas y mejorar la productividad¡±, asegura. Cree que los protagonistas de la cuarta revoluci¨®n industrial ser¨¢n necesariamente los millennials, nativos digitales que han crecido compartiendo con naturalidad la informaci¨®n y conocen los beneficios de la cooperaci¨®n y la apertura. Apasionado del dise?o industrial ¡ª¡°busco sistemas funcionales aceptablemente humanos que huyan de la est¨¦tica espartana, sovi¨¦tica, de las m¨¢quinas¡±¡ª, I?igo Lazcanotegui piensa ya en el papel que la historia reserva a la generaci¨®n de sus hijos, Libe, de tres a?os, y Jon, de seis, llamada a conducirnos a territorios tecnol¨®gicos hoy por hoy ignotos.?
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