Las otras ense?anzas
Pol¨ªticos y funcionarios podr¨ªan sacar importantes lecciones del ¡®caso de los papeles del Pent¨¢gono¡¯
Dos de los personajes m¨¢s interesantes en la historia de la filtraci¨®n a la prensa de documentos relacionados con la guerra de Vietnam conocida como el caso de los papeles del Pent¨¢gono no eran periodistas y no tienen protagonismo en la celebrada pel¨ªcula sobre este asunto de Steven Spielberg. Sin embargo, Robert McNamara, secretario de Defensa con John F. Kennedy y con Lyndon B. Johnson, y el analista Daniel Ellsberg, autor de la filtraci¨®n, merecer¨ªan tanta atenci¨®n como la due?a o el director de The Washington Post. Las mismas ense?anzas que los periodistas actuales sacan de la actuaci¨®n de sus colegas norteamericanos las podr¨ªan sacar los pol¨ªticos actuales de la actuaci¨®n de McNamara; y los funcionarios p¨²blicos, de la de Ellsberg.
La primera pregunta que se plantea alguien que estudie el caso de los papeles del Pent¨¢gono no es qui¨¦n los public¨®, sino por qu¨¦ se elaboraron y por qu¨¦ se filtraron. De hecho, los "papeles" tienen un nombre oficial: Relaciones Estados Unidos-Vietnam 1945-1967. Estudio elaborado por el Departamento de Defensa. Fue encargado directamente por Robert McNamara a un equipo de 36 militares, expertos civiles e historiadores que, con absoluta libertad y profesionalidad, examinaron toda la documentaci¨®n disponible (incluidos, cosa excepcional, los archivos personales del secretario de Defensa, informes de la Casa Blanca, de la Junta de Jefes de Estado Mayor y de la CIA). El resultado fue claro y demoledor.
De McNamara, licenciado en Econom¨ªa y Filosof¨ªa, los pol¨ªticos actuales quiz¨¢ recuerden su famosa y despectiva recomendaci¨®n: "Nunca contestes a la pregunta que te formulen. Contesta a la pregunta que querr¨ªas que te hubieran hecho". Pero lo que deber¨ªan recordar es su libro In retrospect, en el que reconoce sus errores y la culpa que le acompa?¨® toda su vida. McNamara pidi¨® ese informe seguramente porque era un acad¨¦mico que cre¨ªa en los an¨¢lisis cient¨ªficos y quer¨ªa saber c¨®mo se hab¨ªa llegado a esa situaci¨®n en Vietnam, pero, habi¨¦ndolo le¨ªdo y sabiendo que nunca podr¨ªan ganar esa guerra, dej¨® que siguiera adelante, pese al gran coste en vidas humanas. Su primer gran error, la ense?anza que los pol¨ªticos de hoy deber¨ªan sacar, es que no contestar nunca a lo que se te pregunta termina simplemente por convertirte en un mentiroso.
El segundo protagonista de aquella historia, en realidad el verdadero protagonista, fue Daniel Ellsberg, licenciado en Econom¨ªa, voluntario de los marines y uno de los expertos que formaron parte del equipo de analistas. Ellsberg tuvo acceso a todos los documentos originales y pronto comprendi¨® el truco de McNamara: "El Gobierno estaba mintiendo en un tema de inter¨¦s nacional, transcendente e importante". De Ellsberg conviene recordar su sufrimiento y sus dudas hasta que tom¨® la decisi¨®n de acudir a la prensa. Siempre fue consciente de que filtrar documentos secretos le llevar¨ªa a la c¨¢rcel durante el resto de su vida. No fue as¨ª porque el Gobierno orden¨® intervenir algunas de sus comunicaciones con su abogado y robar informes de su m¨¦dico, y el juez consider¨® que esas acciones ofend¨ªan tanto "al sentido de la justicia" que el juicio deb¨ªa ser declarado nulo. Ellsberg, que se hab¨ªa entregado en 1971, qued¨® libre dos a?os despu¨¦s.
Lo m¨¢s duro no fue, explic¨®, aceptar el riesgo personal, sino las dudas sobre a qui¨¦n deb¨ªa lealtad: "Tuvieron que pasar cinco largos a?os de guerra para que comprendiera que la m¨¢s alta lealtad de un servidor p¨²blico es para con la Constituci¨®n, la ley y la vida de sus conciudadanos". Seguramente esa es la ense?anza que sigui¨® Edward Snowden cuando, a?os despu¨¦s, hizo p¨²blicos documentos secretos sobre los programas de vigilancia masiva de la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana. Gracias, Ellsberg.
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