Familias que rompen campos de refugiados
Si solidaridad se aplica a todos los refugiados, sean de donde sean, hago un llamamiento a que visiten la p¨¢gina de vacaciones en paz y se animen a participar en este programa
Hace unos d¨ªas tuve la suerte de poder pasar un buen rato con una chica saharaui maravillosa de 19 a?os. En el tiempo que pasamos juntas me cont¨® una vida llena de vivencias, y llena de vac¨ªos, que ha transcurrido en uno de los ¨¢ridos y aislados campamentos saharauis. En este campo de refugiados,?que cuenta con una poblaci¨®n de unos 165.000 refugiados, el tiempo pasa muy lento porque no hay nada que hacer. Esa es sin duda la caracter¨ªstica principal de cualquier campo de refugiados, que los que moran en ellos est¨¢n ah¨ª recluidos, no pueden salir y no hay nada que hacer. Pero esta chica tuvo la suerte de participar en el programa de vacaciones en Paz cuando ten¨ªa 8 a?os. Durante 5 a?os vino a pasar dos meses en verano con una familia de acogida en M¨¢laga. Esa experiencia cambi¨® su vida y sus perspectivas vitales. Ahora quiere conseguir salir del campo, quiere venir a estudiar a Espa?a y quiere escribir.
La familia que la acogi¨® en verano es otra familia para ella. Siempre es as¨ª. Me cuenta Pilar Ord¨®?ez, la actriz y coordinadora durante 10 a?os de programa de invitados del festival Fisahara, que la ni?a que ella acogi¨® es sin duda una hija, y de hecho lo es durante los dos meses que entra en la familia. Es lo mismo que cuando aqu¨ª, en el norte, las familias que pueden mandan a sus hijos a Estados Unidos. Este tipo de intercambios enriquecen a ambas partes enormemente. Los ni?os y ni?as que vienen aprenden otras realidades. Muchos de ellos duermen en cama, o usan un WC por primera vez en su vida. Pero al mismo tiempo aportan a los ni?os y ni?as de aqu¨ª y a sus familias otra realidad. La fusi¨®n genera conocimiento y v¨ªnculos inimaginables. Es interesante para ambos.
Andr¨¦s L¨®pez Rop¨®n me cuenta que ¨¦l tuvo que esperar a estar jubilado para poder tener la capacidad de acoger a un ni?o. Y que ha vivido la acogida como una vuelta al pasado. Ahora ¨¦l y su pareja quieren participar en la educaci¨®n universitaria del chaval. La hija saharaui de Pilar no podr¨¢ venir a estudiar porque no tiene pasaporte, se encuentra en un limbo legal y salvo que se solucione el tema de la poblaci¨®n en los campos, la chica no podr¨¢ volver a salir de ah¨ª. Ni ella ni la mayor¨ªa de las personas que viven en ellos.
Andr¨¦s me contaba el otro d¨ªa desesperado que el a?o pasado el Ayuntamiento de Madrid aport¨® dinero suficiente para financiar la llegada de m¨¢s ni?os. Pero muchos ni?os no vinieron porque no hay familias de acogida suficientes.
?C¨®mo es posible? Recuerdo cuando el Ayuntamiento de Madrid lanz¨® la campa?a de Madrid ciudad refugio, las centralitas se colapsaron con gente que se ofrec¨ªa para ayudar y para acoger a los refugiados que lo necesitaran. Entiendo que esa solidaridad se aplica a todos los refugiados, sean de donde sean. Si esto es as¨ª entonces se trata de un problema de comunicaci¨®n y falta de informaci¨®n. As¨ª que desde este peque?o espacio que tengo hago un llamamiento a la solidaridad y el enriquecimiento, les invito a que visiten la p¨¢gina de vacaciones en paz y se animen a participar en este programa. Convi¨¦rtanse en una familia de esas que conseguir¨¢n romper y acabar con los campos de refugiados.
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