Jean Prouv¨¦, el constructor que aspir¨® a sacar de la calle a todos los ¡®sin techo¡¯
Jean Prouv¨¦ aspir¨® a crear viviendas en serie para albergar a los sin techo que la II Guerra Mundial dej¨® en las calles.
EL FRANC?S Jean Prouv¨¦ (1901-1984) era arquitecto, ingeniero, herrero y dise?ador, pero cuando le ped¨ªan que se definiera le bastaba constructeur, t¨¦rmino que se aven¨ªa mejor con su compromiso social.
Hubo un tiempo en que creaciones suyas como la silla Antony, la Presidence Desk o los pupitres que llenaron las escuelas p¨²blicas francesas en los a?os cincuenta se encontraban en mercadillos. Hoy son piezas de lujo y entre los coleccionistas de sus obras se encuentran el actor Brad Pitt, el dise?ador de moda Marc Jacobs o el galerista Anthony DeLorenzo, que expuso hace una d¨¦cada en su espacio neoyorquino la extraordinaria librer¨ªa que Prouv¨¦ cre¨® junto a Charlotte Perriand a un precio de 55.000 d¨®lares: hoy, en la web 1stdibs, de compraventa de antig¨¹edades y art¨ªculos de lujo, alcanza los 109.925 euros.
Su intenci¨®n era fabricar viviendas en serie, como hac¨ªa Citro?n con los autom¨®viles, para dar alojamiento a todo el mundo
El homenaje que le rinde la Fundaci¨®n LUMA en el Parc des Ateliers de Arles (hasta el 28 de marzo), bajo el t¨ªtulo Jean Prouv¨¦: arquitecto de los d¨ªas mejores, tiene m¨¢s que ver con el humilde taller de herrero que fund¨® en 1924 en Nancy ¡ªy que bautiz¨® como ¡°Jean Prouv¨¦, ferronnier d¡¯art¡±¡ª que con las cifras desbocadas que manejan a veces las galer¨ªas.
Mientras proyectaba sus 12 casas desmontables, que ide¨® entre 1939 y 1969 y que se exponen en la muestra, fue tachado de iluso: su intenci¨®n era fabricar viviendas en serie, como hac¨ªa Citro?n con los autom¨®viles, para dar alojamiento a todo el mundo, sobre todo a los sin techo que la Segunda Guerra Mundial hab¨ªa dejado en las calles. Por algo Maja Hoffman, presidenta de LUMA, no se cansa de repetir que en un momento en que Europa vive una gran crisis migratoria cobra actualidad la noci¨®n de habitat d¡¯urgence.
Viendo el impactante Bureau d¡¯¨¦tudes Max¨¦ville de 1948 ¡ªel espacio, amueblado con sus cl¨¢sicas sillas y mesa Gu¨¦ridon, donde pon¨ªa a punto sus prototipos antes de enviarlos a producci¨®n¡ª o la ?cole de Bouqueval de 1949, se entiende el determinante papel de Prouv¨¦ como pionero de la prefabricaci¨®n y del uso de l¨¢minas de acero dobladas y otros materiales experimentales. Muchos de ellos se emplearon en la construcci¨®n de esa obra maestra llamada Maison du C¨°teau (hoy Maison Jean Prouv¨¦), que a¨²n existe en Nancy y que edific¨® a sus 50 a?os para vivir con su familia.
Pero ninguna de las casas explica mejor la vocaci¨®n ¨¦tica de Jean Prouv¨¦ que la que da nombre a la exposici¨®n: La Maison des Jours Meilleurs (literalmente, la casa de los d¨ªas mejores). En el invierno de 1954, recibi¨® la llamada del abad Pierre, responsable de Emmaus, movimiento que reclamaba acciones para proteger a familias arrojadas a las calles y condenadas a morir de fr¨ªo. Prouv¨¦, una figura en la que es imposible separar al genio del ciudadano progresista, respondi¨® creando esta casa arm¨®nica y visionaria que se qued¨® en proyecto porque su chimenea fue rechazada por los servicios de homologaci¨®n.
En el cat¨¢logo de la exposici¨®n, el arquitecto Mark Wigley resume: ¡°Prouv¨¦ no buscaba que su nombre apareciera en las revistas, sino que su experimentaci¨®n perdurase. Por eso la suya es la impronta est¨¦tica m¨¢s fuerte de todos los dise?adores del siglo XX¡±.
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