No continuemos con el Brexit
Los 'brexiters' subestimaron a la Uni¨®n Europea, que no est¨¢ facilitando la salida del club
Cada d¨ªa despertamos en la ciudad de Londres y el Brexit sigue all¨ª. Como un mal sue?o del que nadie escapa. Pesadilla para los votantes del noy para aquellos que expresaron su deseo de abandonar Europa. El Brexit ha crecido inamovible, convertido en un monstruo real, inabarcable e ?inacabable? Una maldici¨®n para la ciudadan¨ªa inglesa, cuyo malestar se agrava al acercarse al 29 de marzo de 2019.
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La Uni¨®n Europea (UE) se tom¨® su tiempo para responder y en Reino Unido, sin tener a¨²n las cuentas del divorcio, ya vamos arrastrando un importante d¨¦ficit. Seg¨²n Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, a finales de 2017 exist¨ªa una p¨¦rdida de producci¨®n para la econom¨ªa brit¨¢nica cercana a 40.000 millones de libras. Por su parte, Carolyn Fairbairn, la directora de la CBI (la Confederaci¨®n de la Industria Brit¨¢nica, la m¨¢s importante asociaci¨®n patronal del pa¨ªs) comentaba: ¡°Aunque no nos corresponde a nosotros atacar ni defender al Brexit, se?alamos que Gran Breta?a necesita tener acceso al mercado ¨²nico y a la uni¨®n aduanera¡±.
Pero es que en materia de acuerdos aduaneros tampoco los terceros pa¨ªses est¨¢n respondiendo a las pretensiones de Reino Unido. La incertidumbre de la salida del marco com¨²n no tranquiliza. Quiz¨¢ May se vino un poco arriba animada por los brexiters y no dimension¨® bien el lugar que realmente ocupa Reino Unido. Primero se dio de bruces con los EE UU de Trump y despu¨¦s, tras una silenciosa visita a la China de Xi Jinping, la noticia m¨¢s comentada fue c¨®mo ella y su esposo tomaban el mismo tipo de t¨¦ en casa que les sirvi¨® el presidente chino. En The Guardian, Gary Younge lo expone as¨ª: ¡°Las fantas¨ªas imperiales brit¨¢nicas nos han tra¨ªdo el Brexit¡±.
De vuelta a casa, en Westminster, la C¨¢mara de los Lores ha mostrado su rechazo al Brexit Bill, el proyecto de ley (de retirada) de la UE, aprobado por los Comunes. Las baronesas y los lores consideran que esta ley traduce mal y pronto 40 a?os de acervo comunitario. As¨ª, la valoraci¨®n de la baronesa Taylor, presidenta del comit¨¦ constitucional de la C¨¢mara alta, calific¨® el proyecto de ley como ¡°fundamentalmente defectuoso [...]de m¨²ltiples maneras¡±.
Tampoco la opini¨®n p¨²blica lo tiene muy claro y los medios parecen hacer examen de conciencia: ?se producir¨¢ en alg¨²n momento el Brexit? ?Es posible (y/o leg¨ªtimo) cambiar de parecer tras un refer¨¦ndum? ?Pueden, en definitiva, los brit¨¢nicos volver atr¨¢s en el tiempo? Las gentes de Irlanda del Norte tampoco est¨¢n muy de acuerdo, cuando apenas se han cumplido 20 a?os desde el Acuerdo del Viernes Santo.
Se sobrestimaron las posibilidades de alcanzar acuerdos comerciales con terceros pa¨ªses
En el origen del Brexit, durante su ascenso en la opini¨®n p¨²blica, desempe?¨® un papel crucial el factor emotivo.
La nostalgia de recobrar la influencia internacional, animada por el lema Make Britain Great Again (volvamos a hacer grande a Gran Breta?a) funcion¨® electoralmente. ?Se ponder¨® lo suficiente este motor del voto? A la vista est¨¢ que, m¨¢s de un a?o y medio despu¨¦s de la votaci¨®n, periodo durante el cual se deb¨ªa haber puesto fin a la uni¨®n de Gran Breta?a con Europa, la situaci¨®n dista mucho de una conclusi¨®n consensuada y, sobre todo, eficiente.
Si los brexiters sobrestimaron las posibilidades de alcanzar acuerdos comerciales con terceros pa¨ªses, tambi¨¦n subestimaron a la Uni¨®n Europea, que no est¨¢ facilitando la ¡°salida del club¡±. Europa aprieta y fija condiciones estrictas, quiz¨¢ con la esperanza de que Reino Unido las rechace y acabe permaneciendo en la Uni¨®n.
Los meses se suceden y la C¨¢mara de los Lores sigue tramitando la ¡°gran ley de salida de Europa¡±. All¨ª vemos que sus se?or¨ªas proeuropeas (que son mayor¨ªa en ella) est¨¢n proponiendo enmienda tras enmienda. Sin duda, un duro y nuevo golpe a lo que est¨¢ claro que es una salida muy desordenada.
Y as¨ª los d¨ªas, con la opini¨®n p¨²blica agotada con la cuesti¨®n Brexit, el nuevo libro del liberal Nick Clegg se antoja muy pertinente: How To Stop Brexit (And Make Britain Great Again).
Pero quiz¨¢ no sea tarde; o, al menos, no demasiado. Tal vez el problema a¨²n pueda revertirse y evitar as¨ª una mayor ruptura social y econ¨®mica para las pr¨®ximas generaciones. De momento, sin que podamos prever algo distinto, seguiremos abriendo los ojos en la ciudad de Londres para descubrir que este monstruo todav¨ªa est¨¢ all¨ª.
Le¨®n Fernando del Canto ejerce la abogac¨ªa en Londres en Lincoln¡¯s Inn como especialista en derecho internacional.
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