Un muro invisible se alza entre los buitres de Espa?a y Portugal

Un buitre puede volar entre 300 y 400 kil¨®metros diarios en busca de carro?a para comer. Poco le importa si este viaje le lleva de un pa¨ªs a otro. Sin embargo, los buitres de Espa?a ¡ªque suman m¨¢s del 90% de todas las rapaces carro?eras de Europa¡ª, evitan el territorio portugu¨¦s con la precisi¨®n de quien conoce geograf¨ªa pol¨ªtica. Naturalmente, las aves no entienden de fronteras, pero s¨ª entienden de comida y en Portugal no la hay. La diferencia no est¨¢ en el clima, la topograf¨ªa o los ecosistemas, sino en las distintas pol¨ªticas sanitarias de los pa¨ªses vecinos: mientras que en Espa?a los cad¨¢veres del ganado permanecen en el campo, el gobierno portugu¨¦s exige la recogida inmediata de las reses muertas para su entierro o incineraci¨®n. As¨ª lo afirman investigadores de los dos pa¨ªses tras realizar un estudio de seguimiento a 71 buitres que aparece publicado en Biological conservation.

M¨¢s informaci¨®n

Descubren el secreto de los buitres para poder comer carne putrefacta

La chica que da de desayunar a los buitres

¡°En Portugal todav¨ªa sigue vigente la prohibici¨®n de 2001¡±, explica Eneko Arrondo, un estudiante doctoral de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana (EBD-CSIC) y principal autor del estudio. Arrondo hace referencia a las medidas hist¨®ricas aprobadas en la Uni¨®n Europea para contener la epidemia de las vacas locas, que ¨¦l califica de ¡°muy dr¨¢sticas, tomadas desde despachos¡±. Seg¨²n Arrondo, se decidi¨® ¡°cortar por lo sano¡± con una prohibici¨®n generalizada del abandono de carro?a. La pen¨ªnsula Ib¨¦rica sufri¨® especialmente por ser un reservorio internacional de aves carro?eras, que de repente se quedaron sin comida. "Gracias al trabajo cient¨ªfico y a la implicaci¨®n de muchos gestores de Espa?a, se comprob¨® que [la legislaci¨®n europea] ten¨ªa un impacto medioambiental muy negativo. Se pusieron tantos datos sobre la mesa que Europa entendi¨®¡±, cuenta el bi¨®logo.

Varios a?os despu¨¦s de la prohibici¨®n, una resoluci¨®n a la reglamentaci¨®n europea volvi¨® a permitir el dep¨®sito de cad¨¢veres, con determinadas condiciones. ¡°Cada pa¨ªs lo traspuso a su ordenamiento jur¨ªdico nacional y regul¨® en consecuencia¡±, explica Nicol¨¢s L¨®pez, responsable de especies amenazadas de SEO/BirdLife. En Espa?a esta legislaci¨®n es competencia de las comunidades aut¨®nomas, que en 2011 tuvieron que adaptarse a un Real Decreto para permitir el dep¨®sito de cad¨¢veres en ciertas zonas. Portugal nunca cambi¨® su pol¨ªtica sanitaria. ¡°Ahora se da la paradoja de que hay una regulaci¨®n diferente dentro de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica en cada pa¨ªs¡±, lamenta L¨®pez, ¡°y las especies amenazadas pagan el pato por las fronteras administrativas¡±.

Las especies amenazadas pagan el pato por las fronteras administrativas

Arrondo y sus compa?eros atraparon 60 buitres leonados (Gyps fulvus) y 11 buitres negros (Aegypius monachus) en el territorio espa?ol para colocarles unas mochilitas con localizadores GPS de bater¨ªas recargables por una placa fotovoltaica. Gracias al seguimiento de las aves durante dos (en algunos casos tres) a?os, pudieron comprobar que apenas se adentran en Portugal y a¨²n menos para posarse sobre la tierra ¡ªse?al para los bi¨®logos de que podr¨ªan estar comiendo¡ª. De hecho, solo 13 buitres de todos los estudiados visitaron Portugal durante el periodo de investigaci¨®n.

Los autores exponen que la integraci¨®n internacional de pol¨ªticas sanitarias es vital para la conservaci¨®n de animales con capacidades de movimiento tan grandes como los buitres. ¡°Probablemente el efecto sea m¨¢s importante para la recuperaci¨®n de las poblaciones en Portugal. Sus poblaciones tienen n¨²meros mucho m¨¢s bajos y su recuperaci¨®n est¨¢ siendo mucho m¨¢s lenta¡±, se?ala Arrondo.

El problema es conocido en Portugal, asegura Joaquim Teod¨®sio, un portavoz de la ONG conservacionista portuguesa SPEA, filial de BirdLife International. ¡°Todas las colonias grandes de buitres [en Portugal] est¨¢n cerca de la frontera con Espa?a y es posible apreciar que casi todos campean en el lado espa?ol¡±, explica Teod¨®sio. Su organizaci¨®n, junto con la Direcci¨®n General de Alimentaci¨®n y Veterinaria (DGAV) y el Instituto de Conservaci¨®n de Bosques y Naturaleza (ICNF, por sus siglas en portugu¨¦s), est¨¢n colaborando para solventar la escasez de carro?a en el pa¨ªs. ¡°Podr¨ªan implementarse ¨¢reas cerradas en las que dejar los cad¨¢veres o incluso conceder permisos a granjas para abandonar el ganado muerto en zonas de campo autorizadas¡±, sugiere Teod¨®sio. Adem¨¢s de contribuir a la conservaci¨®n de las poblaciones de buitres, estas medidas paliar¨ªan el considerable coste ¡ªecon¨®mico y medioambiental¡ª de recoger los animales muertos, transportarlos y deshacerse de ellos.

Seg¨²n L¨®pez, la transformaci¨®n de una frontera administrativa en una barrera ecol¨®gica no es un hecho inaudito: ¡°Est¨¢ ocurriendo con las comunidades aut¨®nomas. En la Comunidad de Madrid no se autoriza [abandonar cad¨¢veres] y se est¨¢ produciendo un flujo de buitres hacia el vertedero de Colmenar Viejo, con lo cual est¨¢n aliment¨¢ndose de porquer¨ªa, en lugar de alimentarse de cad¨¢veres de reses¡±. Adem¨¢s, L¨®pez advierte que esto supone un riesgo para la navegaci¨®n a¨¦rea, por la proximidad del vertedero al aeropuerto de Barajas. ¡°Es por la falta de regulaci¨®n de la Comunidad de Madrid¡±, denuncia, ¡°que desde el a?o 2011 [en que se aprob¨® el Real Decreto] ten¨ªa que haber regulado esta cuesti¨®n y sigue sin hacerlo¡±.