Porno ¡®guay¡¯ para ni?os
Expliquemos, filtremos y contextualicemos las pelis para adultos que s¨ª o s¨ª van a ver los chavales
No estoy preparada para la adolescencia. Me cuesta poner freno a la ingesta de galletas, ?qu¨¦ voy a hacer cuando las chuches sean drogas recreativas? Me ahogo en una pataleta, ?c¨®mo voy a lidiar con una bronca teen? Vivo en el pavor de que mis ni?os cumplan 15. ?O deber¨ªa decir 14? ?13? ??12!? Tic, tac, tic, tac¡
La m¨¢s reciente de mis angustias futuras es el porno. Es culpa del New York Times y de la escritora feminista Virginie Despentes.
A principios de mes The New York Times Magazine public¨® un extenso reportaje titulado ¡°Lo que est¨¢n aprendiendo los adolescentes del porno online¡±. Va sobre un taller de Porn Literacy, algo as¨ª como ¡°Alfabetizaci¨®n porno¡±. Est¨¢ lleno de testimonios adolescentes y de datos. Los menores hablan de las enormes expectativas que les genera que su ¨²nica educaci¨®n sexual venga de lo que ven en Internet. ¡°Se te mete en la cabeza¡±, dice un ni?o de 15 a?os, ¡°si a la chica del v¨ªdeo le gusta [el sexo duro] quiz¨¢s eso es lo que quieren la mayor¨ªa de las chicas¡±. ¡°En el porno, el t¨ªo solo se preocupa por s¨ª mismo¡±, explica una alumna de 16, ¡°[antes del taller] sol¨ªa pensar m¨¢s en si lo estaba haciendo bien o mal¡±.
Los datos y estudios citados en el reportaje dejan claras tres cosas: a partir de 13/14 a?os la mayor¨ªa de los chavales ven porno (en EE UU el 93% de los chicos y el 62% de las chicas lo han hecho antes de los 18 a?os); no se ha encontrado una relaci¨®n causa efecto directa entre ver porno y tener m¨¢s estereotipos machistas o relaciones menos afectuosas, aunque s¨ª una correlaci¨®n y el aumento de ciertas pr¨¢cticas sexuales (como sexo anal, eyaculaciones en la cara y asfixiamientos simulados); y, sobre todo, los padres no tienen ni idea de nada. Ay.
El taller del reportaje versa, seg¨²n su organizadora, ¡°sobre el an¨¢lisis cr¨ªtico de contenidos sexuales expl¨ªcitos¡±. ¡°No trata sobre c¨®mo tener sexo, no queremos ser vistos como promotores de nada con lo que los padres se sientan inc¨®modos¡±, explica. Los talleres no explican c¨®mo se pone un cond¨®n o d¨®nde est¨¢ el cl¨ªtoris, sino que diseccionan el porno, sin juzgarte por verlo, como una industria y una escenificaci¨®n. Hablan de los estilos, cuentan que los actores usan Viagra y mamporreros fuera de c¨¢mara, o que las actrices cobran 300 d¨®lares por una felaci¨®n, 1.000 por un anal, 1.200 por una doble penetraci¨®n¡ Ya, yo tampoco lo sab¨ªa.
Esto no va de educaci¨®n sexual. Tiene que ver, pero es otra cosa. Claro que los padres deber¨ªan hablar de sexo con sus hijos. Claro que ser¨ªa fundamental que hubiese clases de educaci¨®n sexual en los colegios. Claro que el porno no deber¨ªa sustituir la educaci¨®n sexual. Pero al margen de que la hubiese, ver¨ªan porno, ?no merece el tema una discusi¨®n propia?
Con el reportaje fresco en la mente, me mandaron a entrevistar a Despentes, firme defensora de la pornograf¨ªa y directora de la adaptaci¨®n de su novela F¨®llame, filme que fue censurado por su expl¨ªcito contenido en varios pa¨ªses. Entre las chopocientas preguntas que le hice a la gur¨² de Teor¨ªa King Kong, le plante¨¦ la duda que me rondaba. El porno, fenomenal, vale, pero ?y para los ni?os, Virginie? La respuesta larga: ¡°El problema es que el porno llega a los j¨®venes de manera muy intensa y sin ning¨²n discurso detr¨¢s. Se comen horas de porno online, pero no encontrar¨¢s un libro dirigido a ellos que se lo explique. Lo est¨¢n viendo con 12 a?os, pero no pueden poner una sola palabra sobre lo que han visto. Por favor, hablemos de la industria, de c¨®mo se construye, financiemos pel¨ªculas mejores, distintas, positivas, variadas¡ El problema no es el porno sino la sexofobia, el gueto. Si los ni?os lo ven, lo m¨¢s l¨®gico ser¨ªa tener un portal de porno para adolescentes. Hay porno menos dif¨ªcil de ver, hay muchas pornograf¨ªas no solo una, y hasta yo a veces veo cosas que digo, ?Shit, qu¨¦ fuerte!... As¨ª que deber¨ªamos ofrecer a los chicos y chicas un porno que puedan ver con calma y con discurso. ?Hagamos un porno guay para ellos!¡±.
Asent¨ª de acuerdo en todo, pero por dentro, imaginando a mis angelicales reto?os surfeando como expertos por Pornhub en unos pocos a?os, solo pod¨ªa pensar: ?Un porno guay para ni?os? Shit, shit, shit, ?estoy preparada?
Cuesta (tiempo y muchas veces dinero) encontrar porno guay. Porno feminista, con cuerpos diversos y donde el eje er¨®tico no sea el martillo hidr¨¢ulico de ellos y el contorsionismo de ellas. En el r¨ªo pornogr¨¢fico de Internet un adulto que sabe lo que significa hardcore, fisting o bukake?puede evitar clicar en aquello que no quiere ver. Pero, ?qu¨¦ hace un ni?o o una ni?a cuando se lo encuentra? Y se lo encuentran. Aqu¨ª no vale el argumento ¡°eso siempre ha pasado¡±. No, no es igual que antes. Los recuerdos de mi generaci¨®n son revistas Private, el V¨ªbora,?pelis mainstream del Canal+, machistas, s¨ª, m¨¢s o menos bestias, vale, pero eran cosas que encontrabas o que te costaba conseguir. No ten¨ªamos un acceso f¨¢cil y 24 horas a un chorro sin freno de pornograf¨ªa expl¨ªcita para todos los gustos, incluidos los m¨¢s exc¨¦ntricos y los m¨¢s violentos. Ahora hay filtros, se puede controlar¡ me dir¨¢n algunos. Mira, no. Al ritmo que van mis ni?os con la tecnolog¨ªa, para 2020 me est¨¢n hackeando la declaraci¨®n de la Renta.
Es necesario que aprendan a leer, a descodificar el porno.?Expliquemos, filtremos y contextualicemos la pornograf¨ªa que s¨ª o s¨ª van a ver los chavales.?
En una b¨²squeda r¨¢pida en Google, encuentro solo dos libros para ni?os sobre el tema (para padres hay muchos). Ambos tratan sobre un ni?o que se topa por error con un contenido pornogr¨¢fico en Internet (que los ni?os busquen activamente porno parece impensable). En el libro estadounidense?Good Pictures, Bad Pictures, ¡°la mam¨¢ y el pap¨¢ explican a su hijo qu¨¦ es la pornograf¨ªa, por qu¨¦ es peligrosa y c¨®mo rechazarla¡±. Las cursivas en la descripci¨®n de Amazon dejan bastante claro de qu¨¦ palo va. El otro libro, Sesam Sesam, est¨¢ en noruego y la madre le explica al peque?o que el porno es ¡°un juego para adultos bueno y ¨²til¡±, seg¨²n traduce Google. Su premiada autora, Gro Dahle, ha abordado otros temas espinosos con una transgresora visi¨®n que le ha propiciado tantas alabanzas como cr¨ªticas.
Entre los miles de consejos online de educadores, sex¨®logos, soci¨®logos, sacerdotes, periodistas y padres del mont¨®n sobre c¨®mo hablar de porno con tus hijos, me interesa la visi¨®n de alguien de la propia industria, Erika Lust, directora de porno feminista y madre de dos ni?as, que mont¨® hace unos meses una p¨¢gina con herramientas espec¨ªficas para tener The Porn Conversation, como se llama la web.
Por su parte, los talleres de alfabetizaci¨®n porno han llegado hasta a Vitoria, donde un par de hermanos vascos plantearon hace poco una Porno Eskola extrescolar. Sin embargo, la idea fue abortada el pasado diciembre incluso antes de nacer por la presi¨®n de las AMPAS.
Para encontrar estas cuatro referencias he tenido que vadear docenas de webs XXX que Google escup¨ªa al teclear cualquier combinaci¨®n de las palabras porno, libro, adolescentes, escuela, ni?os o sexo. Ello deber¨ªa bastar para comprender que tenemos que ponernos las pilas y empezar a hablar ya del tema. Tic, tac, tic, tac...
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