De oficinista con sobrepeso a modelo: c¨®mo perd¨ª 45 kilos y me hice una estrella

M¨¢s de un cuarto de mill¨®n de personas siguen a Gwilym Pugh (Rugby, Inglaterra, 1984) en Instagram. Es pelirrojo, alto (1,92), delgado, tatuado y tiene una larga e hidratada melena, cuidad¨ªsima barba y ojos azules como el cielo que apenas se ve tras las nubes de su Inglaterra natal. Su cuenta en la red social de fotograf¨ªa cumple todos los requisitos para ser masiva: sus im¨¢genes son inofensivas, id¨¦nticas entre s¨ª y con el mismo tipo de retoque amanerado que le da ese aire de chico sanote de la campi?a.

Dej¨® de pedir comida basura a domicilio, se apunt¨® al gimnasio, decidi¨® no estar sentado 10 horas al d¨ªa y tom¨® clases de guitarra. Conclusi¨®n: 45 kilos menos

Hace cuatro d¨ªas ese ritmo se interrumpi¨® y, junto a una imagen de Pugh con su languidez habitual, apareci¨® alguien que no hab¨ªa sido invitado. Era un joven con pelo corto engominado, gafas de oficinista, el rostro rosa y rechoncho y una corbata en tonos lilas que nunca deber¨ªa haber existido. ?Qui¨¦n era esa persona?

Esa persona era ¨¦l, pero con 45 kilos m¨¢s. Pesaba 127 kilos y hoy 82.

Antes de la dieta, el cuidad¨ªsimo peinado, la barba, los filtros y el ¨¦xito global en redes, Gwilym era ejecutivo en una compa?¨ªa de seguros. ?Pero c¨®mo pas¨® de ser un trabajador gris (o m¨¢s bien sonrosado) a un modelo de Instagram seguido por 250.000 personas?

Seg¨²n el propio Pugh revel¨® al peri¨®dico brit¨¢nico Telegraph, cuando ten¨ªa 26 a?os tom¨® conciencia de su estado de salud tras meter sus datos en un programa para obtener un seguro de vida. Descubri¨®, as¨ª, que "estad¨ªsticamente ten¨ªa un mayor riesgo de muerte que otra gente" debido a su sobrepeso. Gwilym se alimentaba mal, apenas sal¨ªa de casa y sufr¨ªa adem¨¢s las secuelas de un accidente ocurrido cuando jugaba al baloncesto de adolescente.

Fue en ese momento cuando empez¨® a preocuparse por la nutrici¨®n, a dar largas caminatas todos los d¨ªas y se apunt¨® al gimnasio. "Dej¨¦ de pedir comida basura a domicilio y me propuse no estar sentado 10 horas al d¨ªa", se?ala. Tambi¨¦n se uni¨® a unas clases de guitarra y entr¨® a formar parte del grupo musical de un antiguo compa?ero de trabajo. Curiosamente, de ah¨ª lleg¨® la barba. Un d¨ªa le dijo su peluquero: "Si ahora tocas la guitarra en un grupo, ?por qu¨¦ no te dejas barba?". Asegura que su barba lleg¨® antes del boom de los?hipster.

Ten¨ªa entonces 26 a?os y perdi¨® m¨¢s de 20 kilos.

El perfil de Instagram que se abri¨® poco despu¨¦s llam¨® la atenci¨®n de un fot¨®grafo que quer¨ªa publicar un libro con im¨¢genes de barbas. Pugh no tuvo la suerte de terminar en la portada¡­ pero s¨ª en la contrapartida.

Era 2013 y su carrera como modelo comenzaba. Era, tambi¨¦n, un momento en que los hombres pelirrojos empezaban a suscitar mucho inter¨¦s dentro del mundo de la moda. Como si esto se tratase de una pel¨ªcula, en Londres se le acerc¨® un tipo mientras compraba camisetas, se le present¨® y lo fich¨® como modelo. Abandonaba, definitivamente, la agencia de seguros.

Desde entonces ha aparecido en campa?as de Vans, Diesel, Timberland, BMW, LG y en editoriales de moda de publicaciones masculinas como GQ. Gwilym Pugh es el ejemplo viviente de que en la era de Instagram pr¨¢cticamente cualquier cosa es posible con voluntad, dieta, gimnasio y el filtro adecuado. Y con una tupida barba, claro.