Terrorismo futbol¨ªstico

La muerte del ertzaina Inocencio Alonso Garc¨ªa cuando intentaba disolver un brutal enfrentamiento entre seguidores del Athletic Club (Herri Norte) y los profesionalizados paramilitares del Spartak de Mosc¨² es una voz de alarma que el f¨²tbol (los clubes, las federaciones nacionales y la UEFA) no deber¨ªa olvidar ni perdonar. En el caso de la responsabilidad del Spartak, porque sus hooligans se han ganado la siniestra reputaci¨®n de bandas callejeras que siembran el terror por donde pasan. Ese es su objetivo y su motivaci¨®n. Lo mismo podr¨ªan ser un grupo de psic¨®patas criminales cuyo ¨²nico prop¨®sito es atemorizar y destruir. Los antecedentes de los seguidores moscovitas justificar¨ªan con creces que la UEFA convirtiera sus lamentaciones por la muerte del ertzaina en medidas disuasorias y expulsara al Spartak de las competiciones europeas durante un tiempo indefinido, que en todo caso depender¨ªa de la desaparici¨®n de sus primitivos seguidores.

Al Athletic Club la responsabilidad de la batalla campal del jueves le alcanza por igual. Sus dirigentes tienen la obligaci¨®n de identificar a quienes participaron en los vergonzosos acontecimientos de San Mam¨¦s, expulsarlos y poner en conocimiento de las autoridades las responsabilidades en las que hubieran podido incurrir. Este no es un caso de destrozos ciudadanos que se pueden pasar por alto en beneficio de unos seguidores ¡°que apoyan al equipo¡±.

Los clubes se resisten a prescindir de las sectas m¨¢s violentas que apoyan al equipo, sin caer en la cuenta de que colaboran por desidia con una conducta terrorista. Y en lo que se refiere a la UEFA, la rapidez de actuaci¨®n no est¨¢ jam¨¢s entre sus prioridades. El pr¨®ximo Mundial se juega en Rusia y cada d¨ªa que pasa se entiende menos la raz¨®n. O la UEFA y las federaciones encuentran la f¨®rmula para acabar con el terrorismo futbol¨ªstico, o el Mundial va a ser una escalada de violencia.