Gobernar la salud global en el siglo XXI
Un libro de Chelsea Clinton y Devi Sridhar aborda el papel de las viejas y nuevas instituciones ante los retos mundiales de la salud
¡°Tres factores principales determinan hoy la gobernanza global de la salud: primero, la aceptaci¨®n creciente de que los problemas de salud van m¨¢s all¨¢ de las fronteras y la capacidad de gobiernos individuales, lo que exige cooperaci¨®n internacional. (¡) Segundo, el papel cada vez m¨¢s importante de ONG, empresas privadas y fil¨¢ntropos les ha llevado a demandar una voz ¨Ce incluso un voto¨C en los procesos globales de toma de decisiones. Tercero, cada vez es m¨¢s evidente que los retos globales requieren soluciones en base a acciones colectivas equitativas y eficientes, con un reparto justo de los costes y beneficios de la cooperaci¨®n¡±.
Sobre este triple punto de partida se construye Governing Global Health (Gobernando la salud global), el libro publicado hace unos meses por las expertas Chelsea Clinton (esa misma) y Devi Sridhar. Escrito de forma pedag¨®gica y hasta cierto punto retadora (?qui¨¦n se atreve a meterse siquiera un poquito con Fundaci¨®n Gates en el establishment de la cooperaci¨®n?) el volumen aborda la capacidad de los nuevos y viejos actores para resolver los desaf¨ªos modernos de la agenda de la salud global. Y el ejercicio merece la pena.
El principal valor a?adido del trabajo Clinton y Sridhar es evaluar de manera comparada a los que posiblemente son los cuatro mandarines de este universo: dos actores tradicionales (la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y el Banco Mundial) y dos representantes de la nueva vanguardia institucional (el Fondo Mundial contra el SIDA, la Malaria y la Tuberculosis, y la Alianza Gavi por la vacunaci¨®n). Estas instituciones y quienes las controlan (con EEUU, el Reino Unido y la Fundaci¨®n Gates a la cabeza) deciden hoy sobre la mayor parte de un presupuesto que entre 1990 y 2016 ha pasado de los 7.000 and los 37.600 millones de d¨®lares, y en donde la lucha contra el VIH-SIDA, la mortalidad materno infantil y la malaria siguen aglutinando el grueso de los recursos.
Pero lo que hasta ahora era una agenda de realidades tropicales, enfermedades infecciosas, gobiernos nacionales y organismos multilaterales, podr¨ªa estar transform¨¢ndose. En la era del ?bola, la proliferaci¨®n de las clases medias y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, adquieren cada vez m¨¢s importancia otros conceptos. O eso es al menos lo que sostienen las autoras: necesitamos emplear el mismo esfuerzo cooperativo y financiero para hacer frente a tres prioridades a?adidas: en primer lugar, las enfermedades no transmisibles (como las cardiovasculares, el c¨¢ncer o la diabetes), responsables del 70% de las muertes que se producen en el planeta y que matan de manera desproporcionada en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo; en segundo lugar, la cobertura universal de salud, que sigue siendo una quimera para demasiados pa¨ªses y cuya realizaci¨®n exige recursos, creatividad y voluntad pol¨ªtica; finalmente, los aspectos de la salud global relacionados con la seguridad, como la preparaci¨®n frente a pandemias o las emergencias de desarrollo r¨¢pido como el ?bola y el Zika.
La reforma de la gobernanza global de la salud es un paso necesario para reconsiderar estas prioridades, porque nuestro sistema de toma de decisiones es hoy menos transparente, democr¨¢tico y eficiente de lo que deber¨ªa ser. Algunas instituciones tradicionales deben ser reformadas en profundidad y algunos de los nuevos deben quedar sujetos a un escrutinio p¨²blico mucho m¨¢s estricto del que existe ahora. Governing Global Health es un esfuerzo por resolver algunas de estas cuestiones, y por eso merece ser le¨ªdo.
[Governing Global Health fue publicado en 2017 por Oxford University Press. No existe todav¨ªa una edici¨®n en espa?ol.]
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