Mil¨¢n regresa a 1990
Jil Sander, Versace y Armani vuelven en sus colecciones a la d¨¦cada que les hizo famosos con resultados dispares
Con su segunda colecci¨®n para Jil Sander, Luke y Lucie Meier confirmaron las esperanzas que hab¨ªan despertado hace seis meses en su debut como directores creativos de la firma. Tomar las riendas de un marca maltratada por las idas y venidas de dise?adores ¡ªincluida la de su propia fundadora¡ª y devolverle la relevancia que le corresponde como abanderada de la moda conceptual no es reto sencillo. Pero la pareja de brit¨¢nicos ¡ªque ya asumi¨® el desaf¨ªo de servir de puente entre Raf Simons y Maria Grazia Chiuri en Dior¡ª ha demostrado tener una visi¨®n clara de c¨®mo gestionar su legado minimalista en medio del horror vacui que Gucci ha convertido en tendencia global. Su propuesta para el pr¨®ximo oto?o-invierno recoge el blanco puro y los patrones limpios, que no simples, con los que Sander defini¨® la est¨¦tica de los noventa. Pero lejos de ser fr¨ªo y as¨¦ptico como entonces, su trabajo se revela acogedor y acolchado. Los cuellos y siluetas de los jerseys se retuercen sobre su eje; los vestidos, que recuerdan en su escote y estructura a un kimono, llevan cojines y bolsos abrazados como si fueran un cintur¨®n obi; y las americanas de corte ejecutivo estrechan sus codos con una suerte de calentadores. Las prendas de abrigo merecen menci¨®n aparte: las levitas trapezoidales y r¨ªgidas, las capas de plum¨®n abrochadas sobre los hombros como un toquilla, y los cari?osos abrigos elaborados en un tejido peludo que recuerdan al de las cl¨¢sicas mantas de cama con sus flores ligeramente difuminadas. Un sue?o de futuro para la firma.
Parece que tambi¨¦n Donatella Versace ha recuperado la energ¨ªa creativa despu¨¦s del ¨¦xito de su ¨²ltimo desfile: un emotivo homenaje a su hermano Gianni en el 20 aniversario de su muerte, con las tops Naomi Campbell, Claudia Schiffer, Helena Christensen, Cindy Crawford y Carla Bruni sobre la pasarela. Para atenuar las inevitables comparaciones, Donatella decidi¨® cambiar la ubicaci¨®n de su desfile: de la moderna feria de Mil¨¢n a la sala de las Cari¨¢tides del Palazzo Reale. Bajo la mirada de las figuras neocl¨¢sicas certific¨® un punto y seguido en la historia de la firma. El sorprendente hilo argumental de su colecci¨®n para el pr¨®ximo oto?o-invierno fueron los cuadros escoceses, un tejido que daba forma a faldas plisadas de inspiraci¨®n colegial combinadas con jerseys de punto y que despu¨¦s envolv¨ªa a una suerte de sofisticadas tifozzi pertrechadas con sus buenos plum¨ªferos. M¨¢s tarde, lleg¨® el plato fuerte de la noche: sus poderosos vestidos con la falda cruzada, la cintura marcada y los hombros armados. Con su vigorosa mezcla de tejidos, recordaban a las piezas con las que Gianni construy¨® la nueva sexualidad de los noventa. De fondo, se escuchaban repiquetear los tacones contra el suelo de m¨¢rmol y chocar entre s¨ª a las monedas que engarzan las m¨ªticas cadenas de la firma. Era el sonido de la ostentaci¨®n. El rugido de Versace.
Lejos de esta grandilocuencia pero con una propuesta que destilaba aut¨¦ntico lujo, Paul Andrew hac¨ªa su debut como dise?ador de pr¨¦t-?-porter femenino el s¨¢bado por la ma?ana en Mil¨¢n. Hace solo un a?o y medio que fue nombrado director creativo de la l¨ªnea de complementos de Salvatore Ferragamo y, el pasado octubre, la centenaria casa florentina puso tambi¨¦n en sus manos las colecciones de mujer. Junto al responsable de la l¨ªnea masculina, Guillaume Meilland, dio forma a un desfile mixto, tan elocuente en el fondo como aparentemente reservado en la forma. ¡°Trabajamos juntos eligiendo la paleta de colores [del gris al amarillo], incorporando siluetas masculinas a la colecci¨®n de mujer y materiales de esta ¨²ltima al hombre para conseguir un resultado coherente y fluido¡±, explicaba Andrew horas despu¨¦s del desfile. Sobre la pasarela, se confirm¨® su intenci¨®n y capacidad para dar al pr¨¨t-?-porter el mismo giro que ya ha completado en la divisi¨®n de calzado.
Las expectativas eran altas, pero el brit¨¢nico supo estar a la altura. Con ritmo y contenci¨®n, propuso una serie de pantalones anchos de corte a?os cincuenta ¡°y con el tobillo al aire para subrayar los zapatos¡±, cortavientos XL con la capucha acolchada y gabardinas forradas con el mismo estampado que los pa?uelos de seda de la firma. Todo ello combinado con botas de tac¨®n bajo y piel de avestruz. Un encuentro entre Katherine Hepburn y Margarita de Inglaterra en Balmoral, donde el hombre de Meilland encajaba a la perfecci¨®n gracias a sus abrigos de solapas que dejaban entrever anoraks guateados como los que utilizan los cazadores.
?Armani tambi¨¦n mostr¨® juntas sus colecciones de hombre y mujer. Su trabajo para la pr¨®xima temporada exhib¨ªa una vez m¨¢s su gusto por las texturas inesperadas, las siluetas relajadas y los tonos neutros. Un discurso que pod¨ªa resumirse en la serie de abrigos globo con los que abri¨® el desfile: en lana gris, desestructurados y anudados sobre s¨ª mismos en el bajo de la espalda.
Missoni volvi¨® a retrotraerse a los a?os setenta y a la m¨²sica reggae para dar una p¨¢tina hippie y ¨¦tnica a sus ic¨®nicas prendas multicolor. Casi dol¨ªa ver a sus modelos arrastrar tan caras creaciones por los charcos embarrados que se hab¨ªan formado en la nave donde celebr¨® su presentaci¨®n el s¨¢bado. Aunque la despreocupaci¨®n fuera el leit motiv del show, dol¨ªa.
Una pasarela, tres tendencias
Hace ya a?os que pr¨¢cticamente cualquier cosa es tendencia, que conviven los pantalones pitillo con los de pata de elefante; el barroco con el minimalismo; y las faldas en todas sus longitudes. As¨ª que, m¨¢s que una conclusi¨®n est¨¦tica, lo que se puede extraer de la semana de la moda de Mil¨¢n que acaba de concluir son varias coincidencias destacables. La primera, la querencia por el terciopelo que demostraron marcas cl¨¢sicas como Brunello Cucinelli, Max Mara o Emporio Armani y otras menos ortodoxas como Gucci. La segunda es casi una m¨¢xima: que todo brille. Desde los anoraks metalizados de Marco de Vincenzo hasta los vestidos de cuentas de Versace, pasando por los zapatos de pedrer¨ªa de N?21. Y la tercera tiene que ver con una prenda que promete convertirse en la estrella del pr¨®ximo oto?o: el chubasquero cortavientos, que Prada propone acolchado, Salvatore Ferragamo en versi¨®n XL y con reminiscencias brit¨¢nicas, y Sportmax, bajo chalecos-plum¨ªfero de cuellos contundentes.
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