De suburbios y ¨®rdagos
Parkland puede ser un ¡®suburb¡¯, pero Alcobendas es una ciudad. Una palabra que va m¨¢s all¨¢ del mus
La masacre perpetrada el 14 de febrero pasado en un instituto de Parkland (Florida), por un exalumno llamado Nikolas Cruz, que acab¨® a tiros con la vida de 17 personas, ha tenido un amplio seguimiento en la prensa mundial. EL PA?S ha dedicado al tema diversos art¨ªculos, el ¨²ltimo de los cuales se public¨® el domingo 25 de febrero. Los rebeldes que pari¨® la masacre, se titulaba el reportaje en el que el corresponsal en Miami, Pablo de Llano, relataba la movilizaci¨®n que lideran tres alumnos del centro atacado en pro de un mayor control de las armas en Estados Unidos. Una revoluci¨®n inesperada en un lugar como Parkland al que De Llano se refiere como un "agradable suburbio", donde residen ¡°familias acomodadas¡±.
Entre los protagonistas de la historia figura un joven madrile?o, Alfonso Calder¨®n, del que se dice, ¡°tiene 16 a?os y es de Alcobendas, un suburbio de Madrid¡±
Varios lectores han salido al paso de esta definici¨®n de Alcobendas.
La m¨¢s elocuente es la carta que me env¨ªa Marta Velasco:
¡°Alcobendas es una ciudad de unos 100.000 habitantes al norte de Madrid. Seg¨²n la ¡®Estad¨ªstica de 2015 de Declarantes de Impuestos sobre la Renta de las Personas F¨ªsicas por municipios¡¯ de la Agencia Tributaria, Alcobendas ocupa el quinto lugar en la Comunidad de Madrid y el noveno a escala nacional. El Diccionario de la Lengua Espa?ola define ¡®suburbio¡¯ como ¡®barrio o n¨²cleo de poblaci¨®n situado a las afueras de una ciudad y que, generalmente, constituye una zona deprimida¡¯ (¡) Me preocupa que si el uso de la palabra no responde a la realidad en este art¨ªculo (¡) ?Con cu¨¢ntas otras palabras ocurre algo parecido?".
Pablo de Llano, corresponsal en Miami, reconoce que Alcobendas no es un suburbio, y lamenta un error no infrecuente cuando se utilizan diariamente dos lenguas. ¡°Los corresponsales corremos el riesgo de perder la precisi¨®n al escribir en espa?ol. Pueden fallarnos los matices¡±.
La clave del error est¨¢, efectivamente, en el diferente significado de la palabra inglesa suburb y la espa?ola suburbio.
El diccionario Oxford precisa que suburb es un barrio situado a las afueras de una ciudad. Y puede ser, naturalmente, acomodado, o de clase obrera, sin que eso altere su condici¨®n de suburb. Sin embargo, el significado no es el mismo en espa?ol. El diccionario de la RAE, como se?ala la lectora, precisa que un ¡®suburbio¡¯ es un barrio o ¡®n¨²cleo de poblaci¨®n¡¯ situado a las afueras de una ciudad que, "generalmente, constituye una zona deprimida".
Por lo tanto, hubiera sido preferible referirse a Parkland como un barrio acomodado de la periferia de Miami. Mientras, en el caso de Alcobendas, estamos hablando de una ciudad, situada a 15 kil¨®metros al norte de Madrid. Ni es un barrio o un ¡®n¨²cleo de poblaci¨®n¡¯, ni se la puede definir tampoco como ¡°zona deprimida¡±, como muy bien precisa la se?ora Velasco.
La dificultad de manejar con precisi¨®n el espa?ol, cuando se usa a diario un segundo idioma, es la raz¨®n de que los textos de los corresponsales puedan contener algunos fallos, que se pueden evitar con una edici¨®n m¨¢s atenta.
Otro lector, Salvador Ferr¨¢n, sale al paso del uso frecuente en EL PA?S del t¨¦rmino ¡®¨®rdago¡¯. ¡°Rogamos no utilicen palabras que no son de uso en todo el territorio nacional. Por ejemplo, ¡®¨®rdago¡¯. Veo que lo utilizan profusamente: ¡®¨®rdago independentista¡¯, ¡®¨®rdago tecnol¨®gico¡¯, etc.¡±, me escribi¨® en un primer mensaje. La explicaci¨®n que le di al se?or Ferr¨¢n sobre las razones que nos llevan a usar una palabra que figura en el diccionario y que tiene un amplio significado aunque proceda del mus, no le ha convencido.
En su segundo mensaje, este lector insiste en la inconveniencia de usar la palabra ¨®rdago. ¡°Hay zonas de Espa?a donde unos juegos son populares, y otros casi inexistentes. Y a la inversa. Por tanto, en aras de una mayor comprensi¨®n general, exhortar¨ªa a emplear vocablos comprensibles para todos. Si no, podr¨ªa dar la impresi¨®n, err¨®nea, de que se pretende imponer unas particularidades por encima del acervo verdaderamente com¨²n que nos hemos dado. Cosa que dado el momento que vivimos, est¨¢ particularmente desaconsejado, ?verdad?¡±.
Me temo que la palabra ¡®¨®rdago¡¯ forma parte de ese ¡°acervo verdaderamente com¨²n que nos hemos dado¡±, y no hay raz¨®n alguna para prescindir de ella, ya que, adem¨¢s de ser imprescindible en el mus, es un t¨¦rmino que forma parte del idioma castellano, con m¨¢s de un significado, como precisa el diccionario de la RAE.
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