China vuelve a tener emperador
La modificaci¨®n de la Constituci¨®n que permitir¨ªa al presidente Xi Jinping perpetuarse en el poder es, seg¨²n los editorialistas, un retroceso sin precedentes y un desaf¨ªo a Occidente
China est¨¢ entrando en una nueva era. La del emperador Xi. Los editoriales de la prensa internacional ven con temor la posibilidad de tener a un presidente de por vida al mando de la primera potencia econ¨®mica mundial. Sin embargo, no sorprende la ambici¨®n del presidente y primer secretario del gobernante Partido Comunista de China (PCCh), Xi Jinping, cuyo "Pensamiento sobre Socialismo con Caracter¨ªsticas Chinas para una Nueva Era" fue inscrito en la Constituci¨®n al igual que la del fundador de la Rep¨²blica Popular, Mao Zedong.
Apenas nombrado en 2013, su campa?a anticorrupci¨®n, caracterizada por la detenci¨®n de sus principales rivales pol¨ªticos, hab¨ªa dado el tono. Su decisi¨®n de no presentar sucesor, el pasado oto?o, durante el XIX Congreso del PCCh, rompiendo con la regla t¨¢cita de la formaci¨®n pol¨ªtica, son¨® como un aviso m¨¢s del af¨¢n del l¨ªder chino por concentrar siempre m¨¢s poder. La proposici¨®n del PCCh de suprimir el l¨ªmite de dos mandatos consecutivos establecido por la Constituci¨®n de 1949 ¡ªel segundo mandato de Xi terminar¨¢ en 2023¡ª para "garantizar la estabilidad del pa¨ªs" es, seg¨²n los analistas, el punto culminante de la estrategia del mandatario. Una medida que, si es aprobada como todo lo indica por la Asamblea Nacional Popular el pr¨®ximo 4 de marzo, no solo constituye un retroceso sin precedentes en la China post Mao, sino tambi¨¦n una amenaza para Occidente y en particular para Estados Unidos, su principal rival en la escena internacional.
Mientras el diario pekin¨¦s Global Times, af¨ªn al Gobierno chino, hace suya la argumentaci¨®n oficial y percibe las cr¨ªticas de los medios occidentales como una en¨¦sima expresi¨®n del deseo occidental de ver a China derrotada, la gran mayor¨ªa de los comentaristas de la prensa internacional coincide en calificar el giro dado por Xi de ¡°dictatorial¡±. La maniobra del l¨ªder chino ¡°aniquila cuatro decenios de un equilibrio delicado entre el poder del Estado chino y el pa¨ªs¡± escribe en su editorial Financial Times, mientras The New York Times la califica de ¡°experimento dictatorial¡±. ¡°Seguir llam¨¢ndola Rep¨²blica, y adem¨¢s Popular, ser¨¢ dif¨ªcil¡±, analiza en su columna Angelo Aquaro de La Repubblica.
The Guardian considera que la proposici¨®n del PCCh es una derrota para las ¨¦lites que sobrevivieron a la ¡°desastrosa era mao¨ªsta¡± ¡ªentre las cuales figura el padre de Xi Jinping¡ª ya que juraron impedir el surgimiento de otro hombre fuerte y buscaron colectivizar e institucionalizar la pol¨ªtica con medidas que limitaran la permanencia en el poder. ¡°Parece que sus sucesores no anticiparon la rapidez y la fuerza de la consolidaci¨®n del poder de Xi¡±, zanja el diario. En su intento de volver a una dictadura personalista, que no se hab¨ªa visto en China desde Mao, el presidente est¨¢ ¡°construyendo un modelo de totalitarismo del siglo XXI para venderlo al resto del mundo¡±, advierte The Washington Post. Una nueva versi¨®n del totalitarismo sustentada en las nuevas tecnolog¨ªas como la inteligencia artificial en la que el r¨¦gimen est¨¢ invirtiendo masivamente. ¡°Cada ciudadano tendr¨¢ un ¡®cr¨¦dito social¡¯, cuyos puntos ir¨¢n bajando seg¨²n cometa actos reprensibles que las autoridades detectar¨¢n gracias a un arsenal de cyber vigilancia con cameras dotadas de reconocimiento facial¡±, pronostica.
Ese modelo alternativo a la democracia occidental que, asegura The New York Times, ya adoptaron pa¨ªses como Ruanda, Camboya o Tailandia, representa una amenaza mucho m¨¢s grande para ¡°el orden liberal¡± que la del Kremlin. Para Evan Osnos, columnista de The New Yorker, Putin utiliza en materia diplom¨¢tica y b¨¦lica ¡°principalmente las armas de los d¨¦biles. Su arsenal (hackers, milicias en Ucrania, obstruccionismo en las Naciones Unidas) es el de un poder en declive. El poder de Xi es el de una fuerza ascendiente¡±, recalca el periodista. Por lo tanto, su arsenal econ¨®mico y militar convierte a China en el mayor desaf¨ªo al que se enfrenta EE UU y Occidente desde el fin de la Guerra Fr¨ªa. El italiano Angelo Aquaro recuerda que la China de Xi, que en el ¨²ltimo foro de Davos se present¨® ¡°como la campeona de la globalizaci¨®n en oposici¨®n al proteccionismo de Donald Trump¡±, y cuyo presupuesto militar aumenta anualmente de un 6-7%, est¨¢ a punto de igualar el poder de fuego estadounidense. Tambi¨¦n crece la presencia militar de la Rep¨²blica Popular, recalca The New York Times, refiri¨¦ndose al creciente n¨²mero de bases militares chinas en el Pac¨ªfico Oeste y en ?frica.
¡°Los dirigente occidentales deber¨ªan darse cuenta de que China no tiene ninguna intenci¨®n de integrar un mundo creado bajo la Pax Americana¡±, advierte Financial Times. El pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo quiere establecer sus propias reglas y promover una filosof¨ªa de desarrollo distinta, como lo demuestra el programa de Nueva Ruta de la Seda caracterizado por millonarias inversiones en infraestructuras para conectar el pa¨ªs con Eurasia (y que concierne m¨¢s de 80 pa¨ªses).
La respuesta al desaf¨ªo chino, y a la guerra comercial que se anuncia, tendr¨¢ que basarse en una estrategia coherente que privilegie los intereses fundamentales como la reciprocidad en las inversiones transfronterizas, la protecci¨®n de los derechos de propiedad intelectual y la defensa de sistemas pol¨ªticos estadounidenses y europeos, preconiza Financial Times. Aunque la defensa del orden liberal dif¨ªcilmente podr¨¢ contar con los EE UU de Donald Trump.
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