Secreciones
?Por qu¨¦ el paro, la desigualdad, la pobreza y la corrupci¨®n no producen adrenalina ni endorfinas? Porque no tienen m¨²sica
Suena el himno nacional. Su m¨²sica acompa?ada con una letra combativa dispara en el cerebro del patriota unos mecanismos nerviosos que estimulan los instintos ancestrales de supervivencia, los mismos que excitaban al guerrero en la sabana frente a los enemigos de la tribu hace miles de a?os. Se trata de una acci¨®n refleja, pero aprendida. De hecho, si o¨ªmos el himno de Ul¨¢n Bator no sentimos nada; en cambio, al o¨ªr la Marcha real, Els segadors, el Himno de Riego, el del Real Madrid o el del Bar?a, vinculados a valores, ideolog¨ªa, tab¨²es y s¨ªmbolos propios, el cerebro del respectivo hincha patriota segrega autom¨¢ticamente dos hormonas espec¨ªficas, la adrenalina y las endorfinas, que entran de inmediato en acci¨®n. La adrenalina le aumenta el ritmo cardiaco, le dilata la pupila para agudizar la visi¨®n ante el peligro y le induce una descarga de glucosa por si el patriota se ve obligado a realizar alg¨²n esfuerzo agresivo, por ejemplo, liarse a banderazos contra el bando contrario e incluso, en casos extremos, coger el fusil. No en vano la gl¨¢ndula que genera la adrenalina est¨¢ en la zona de los ri?ones. Por su parte, las endorfinas le producen un bienestar emocional e incluso un placer f¨ªsico que se asimila con una sensaci¨®n de fiesta despu¨¦s de la victoria. El himno nacional o deportivo suele ir acompa?ado con gritos de rigor, arengas y v¨ªtores que exacerban el ¨¢nimo cuando la patria o el equipo est¨¢n en peligro, pero sucede que en la vida ordinaria hay otros peligros mucho m¨¢s graves que no generan ninguna secreci¨®n hormonal. ?Por qu¨¦ el paro, la desigualdad, la pobreza y la corrupci¨®n no producen adrenalina ni endorfinas? Sencillamente, porque no tienen m¨²sica. Hubo un tiempo en que la ten¨ªan. Iba acompa?ada con una letra de combate, La?internacional, A las barricadas, himnos heroicos que hoy son solo ecos de la memoria.
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