Tras los genes del sabor amarillo o las ecuaciones coloreadas: as¨ª funciona la sinestesia
Las personas con sinestesia tienen variantes gen¨¦ticas que explicar¨ªan la riqueza sensorial de su cerebro
Hay quienes ven las letras de distintos colores, otros saborean las palabras e incluso algunos dan forma f¨ªsica al dolor o el placer que sienten. Se trata de individuos con sinestesia, un fen¨®meno en el que el cerebro activa m¨¢s de un sentido ante el mismo est¨ªmulo. Se cree que se debe a una especie de hiperconectividad cerebral, pero se desconoce su gen¨¦tica. Ahora, un estudio ha localizado una serie de variantes en genes relacionados con las conexiones neuronales que explicar¨ªan esta riqueza sensorial.
No se sabe con certeza cu¨¢nta gente es sinest¨¦sica. Algunos estudios basados en encuestas en Reino Unido estiman un porcentaje entre el 1% y el 4%. Al c¨¢lculo no ayuda que haya m¨¢s de 80 tipos de sinestesia. Una de las m¨¢s habituales es la de grafema a color, de la que disfrutaba el f¨ªsico y premio nobel Richard Feynman, que ve¨ªa las letras de sus ecuaciones coloreadas. Pero hay otras combinaciones de sentidos, como la de sonido a tacto, cuando determinados sonidos provocan sensaciones t¨¢ctiles, la sinestesia olor a visi¨®n... La que han estudiado ahora es la m¨¢s com¨²n, la que reportan en torno al 15% de los sinest¨¦sicos: la sinestesia de sonido a color en la que, como le sucede al cantante Billy Joel, se ven los sonidos de distintos colores.
Investigadores del Instituto de Psicoling¨¹¨ªstica de la Sociedad Max Planck (Pa¨ªses Bajos) y la Universidad de Cambridge (Reino Unido) han tenido la rara ocasi¨®n de secuenciar el ADN de 18 personas de tres familias diferentes. En cada familia hay tradici¨®n de sinestesia, con alg¨²n abuelo, padre, hermano o hijo sinest¨¦sicos y otros que no lo son. Todos los primeros tiene el mismo tipo, de sonido a color. Aunque algunos tienen sinestesias secundarias, como la de asociar cada d¨ªa de la semana con un color diferente.
Hay m¨¢s de 80 tipos de sinestesia: palabras coloreadas, palabras con un sabor espec¨ªfico, olores que se pueden ver...
Hasta ahora la mayor¨ªa de los estudios ven¨ªan desde el campo de la psicolog¨ªa y pocos hab¨ªan buceado en la base gen¨¦tica de la sinestesia. Pero los estudios con los genes se hab¨ªan topado con una gran diversidad de cambios que no se repet¨ªan entre los individuos. Esa heterogeneidad la han vuelto a encontrar en estas tres familias, pero con una diferencia: los miembros sinest¨¦sicos de cada familia comparten variantes gen¨¦ticas que no tienen ni sus familiares no sinest¨¦sicos ni los sinest¨¦sicos de las otras dos familias.
"Que estas variantes est¨¦n presentes en todos los sinest¨¦sicos y no en los no sinest¨¦sicos dentro de una misma familia es una importante prueba que sugiere que tienen un papel en el fen¨®meno", dice la investigadora del departamento de lenguaje y gen¨¦tica del Instituto de Psicoling¨¹¨ªstica de la Max Planck y coautora del estudio, Amanda Tilot. En cuanto a la diversidad entre familias, no cree que sea un problema: "creemos que esta diversidad se debe a que la percepci¨®n sensorial es un proceso complejo en el que intervienen muchos genes", a?ade.
El segundo gran resultado de este trabajo, publicado en PNAS, tiene que ver con lo que hacen los genes que son algo diferentes en los sinest¨¦sicos. Los seis genes en los que se concentran las variantes est¨¢n relacionados con el desarrollo del cerebro. As¨ª, algunos expresan prote¨ªnas que intervienen en la migraci¨®n celular, clave en la fase embrionaria y neonatal, mientras otros tienen un papel decisivo en la llamada axonog¨¦nesis, proceso en el que las neuronas despliegan sus primeras conexiones con otras neuronas por medio de terminaciones o axones.
El estudio ha detectado cambios en genes implicados en el desarrollo de las conexiones de las neuronas
"De algunos genes, como SLIT2 y ROBO3, se conoce bien su papel en el guiado de las neuronas en sus conexiones en el cerebro. Si esta gu¨ªa se ve m¨ªnimamente alterada por variantes gen¨¦ticas, esto podr¨ªa causar que la conectividad del cerebro acabe siendo algo diferente", sostiene Tilot. Otros genes menos estudiados parecen estar relacionados con los extremos de los axones, ayudando a las neuronas a completar las conexiones. "Los cient¨ªficos han sostenido durante a?os que la sinestesia puede deberse a sutiles diferencias en la forma de conectarse que tienen las regiones del cerebro que procesan la informaci¨®n sensorial. Las variantes gen¨¦ticas que hemos encontrado parece que pueden tener este efecto en el desarrollo del cerebro", a?ade la investigadora.
Sin embargo, quedan a¨²n muchas inc¨®gnitas por resolver. Adem¨¢s de la gran diversidad gen¨¦tica entre unos sinest¨¦sicos y otros, hay algunos que no han tenido antecedentes familiares de sinestesia. El grupo al que pertenece Tilot est¨¢ tambi¨¦n estudiando estos casos en un trabajo a¨²n por publicar. Otro problema es que los estudios comparando im¨¢genes del cerebro de los sinest¨¦sicos con las de la actividad cerebral de los no sinest¨¦sicos no son concluyentes.
Hay quienes sostienen que todos los ni?os nacen con sinestesia, que pierden cuando crecen
Pero la mayor de las dudas a despejar es la p¨¦rdida de la conexi¨®n entre sinestesia y ni?ez. La axonog¨¦nesis, que estar¨ªa detr¨¢s de un cerebro sinest¨¦sico, se produce en los ¨²ltimos meses del feto y los primeros a?os de la infancia y casi desaparece en la edad adulta. Hay quienes sostienen que todos los ni?os nacen sinest¨¦sicos y que es la poda neuronal durante la maduraci¨®n del cerebro la que hace que se pierda este extremo de la percepci¨®n sensorial.
"Est¨¢ demostrado que incluso peque?os de apenas tres meses muestran conexiones entre sus sentidos, del sonido a la visi¨®n, por ejemplo", dice la psic¨®loga de la Universidad de Sussex, Julia Simner, no relacionada con este estudio gen¨¦tico. En sus investigaciones, Simner ha detectado sinestesia grafema a color en ni?os de seis a?os. "Para profundizar en estos resultados, mi laboratorio Multisense acaba de examinar a unos 3.500 ni?os para rastrear la sinestesia durante la infancia. Hemos encontrado casos de sinestesia en chicos que desaparece antes de los 10 a?os", comenta. ?La raz¨®n? Falta probarlo, pero parece que, de nuevo, son los genes: "Sospecho que algunos ni?os est¨¢n predispuestos gen¨¦ticamente para conservar su sinestesia mientras otros la pierden".
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