D¨ªa de la Mujer
La tertulia radiof¨®nica transcurr¨ªa como cada ma?ana. Entre las elecciones de Italia y el camino sin salida de Catalu?a estaba el juego. Hasta que se col¨® en el orden del d¨ªa la convocatoria de huelga del 8 de marzo. Antes de escuchar a los tertulianos, sinceramente cre¨ªa que las organizaciones convocantes lo hacen por el hartazgo social frente a la discriminaci¨®n que pueden llegar a sufrir las mujeres por el simple hecho de serlo. Que se trataba y se trata de hacer m¨¢s visible que nunca la necesidad de erradicar para siempre la violencia de g¨¦nero, o la desigualdad estructural en cualquiera de nuestros ¨¢mbitos m¨¢s cercanos ¡ªlaboral, familiar o social¡ª. Pero lejos de eso, los intervinientes se han enzarzado en un intercambio de impresiones donde se han colado las tan manidas acepciones de paridad, feminismo, machismo, izquierda, derecha o populismo. Ni a ninguna de mis compa?eras que han decidido no secundar la huelga ni a ninguna de las que no dudan en acudir a ella, les he o¨ªdo algo m¨¢s all¨¢ de que el motivo de la movilizaci¨®n radique en algo diferente al simple hecho de solicitar igualdad de condiciones en todos los ¨¢mbitos.¡ª Luis Alberto Rodr¨ªguez Arroyo. Santo Tom¨¢s de las Ollas (Le¨®n).
Anoche so?¨¦ que a mi vecinita de arriba la secuestraban. Qu¨¦ alivio al ver que era solo una pesadilla. Pero esa misma pesadilla la est¨¢n viviendo 110 ni?as secuestradas en Nigeria. Desde que vi en televisi¨®n la imagen de una de ellas, no se me va de la cabeza. No entiendo por qu¨¦, aprovechando el momento feminista que ahora vivimos, no se habla de ellas. ?Es que ya las han liberado? ?Es que yo no me he enterado a¨²n porque no interesa tanto como otros temas? Sin quitarle al movimiento #MeToo la importancia que tiene, creo que pocas cosas puede haber tan graves como la indefensi¨®n de estas ni?as.
Si de m¨ª dependiera, yo, la huelga del 8 de marzo la har¨ªa por ellas.¡ª Mar¨ªa Jos¨¦ Ulecia. Luxemburgo.
Puede resultar sorprendente enterarse de que lo m¨¢s com¨²n en las discotecas de la noche madrile?a es cobrar entrada exclusivamente a los hombres. Esto choca directamente con el principio de igualdad entre sexos que recoge la Constituci¨®n en el art¨ªculo 14. Se trata de un hecho que no tiene justificaci¨®n m¨¢s all¨¢ de ser una estrategia puramente discriminatoria para obtener un mayor beneficio. Como dice el dicho, ¡°si no pagas por el producto, entonces el producto eres t¨²¡±. Resulta injusto que se siga produciendo esta pr¨¢ctica tan descaradamente machista.¡ª Sara Mart¨ªn P¨¦rez. Madrid.
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