Por qu¨¦ irrumpi¨® el gotel¨¦ en Espa?a y por qu¨¦ igual te arrepientes de quitarlo
Todav¨ªa reina esta t¨¦cnica de pintura propia de los sesenta. Mientras mucha gente la odia hay artistas j¨®venes que la reivindican
Ana y Carlos est¨¢n buscando un piso de alquiler en Madrid. Ella tiene 35 a?os y ¨¦l 45. Despu¨¦s de varios a?os viviendo cada uno en su casa, han decidido dar un paso al frente: compartir hogar y buscar un hijo. Tienen un presupuesto de 900 euros al mes para la vivienda. Buscan un piso peque?o con dos habitaciones por el centro de la ciudad o alrededores. Y se han puesto dos l¨ªneas rojas: nada de interior y nada de gotel¨¦.
"En el gotel¨¦ hemos focalizado toda la esencia de lo malo de los pisos antiguos. Son casas a las que nos gusta ir a comer los domingos, pero en las que no queremos vivir"
Ana, 35 a?os, creativa de una empresa digital
Habla Ana: "Supongo que en el gotel¨¦ hemos focalizado toda la esencia de lo malo de los pisos antiguos, los de las abuelas, con sus pasillos interminables, salones recargados, cortinas pesadas, alguna habitaci¨®n oscura¡ En suma, unas casas a las que nos gusta ir a comer los domingos, pero en las que no queremos vivir. La rugosidad de la pared, al final, es muy barroca y nos recuerda a todo eso: nada como una pared lisa y blanca, sin fotos de comuni¨®n. No s¨¦, ya que hemos renunciado a vivir en casas grandes, que por lo menos podamos elegir que sean muy bonitas".
Sin embargo, Ana y Carlos cruzaron esa l¨ªnea roja. El 90 % de casas que vieron ten¨ªan gotel¨¦. Las que no, no les gustaban demasiado. Hoy viven en una vivienda con el pol¨¦mico gotel¨¦ como compa?ero. Se han acostumbrado. Las preguntas son: ?es tan malo el gotel¨¦?, ?por qu¨¦ le odiamos tanto?, ?cu¨¢nto cuesta quitarlo?, ?y si lo quito y luego se pone otra vez de moda, est¨¦ticamente hablando?
En los a?os sesenta, cuando Espa?a viv¨ªa un ¨¦xodo masivo de los entornos rurales hacia las ciudades, el mercado inmobiliario espa?ol creci¨® un 40 %, seg¨²n un exhaustivo estudio titulado El modelo Inmobiliario espa?ol y firmado por Jos¨¦ Manuel Naredo y Antonio Montiel. Era la ¨¦poca del desarrollismo auspiciado por el Plan de Estabilizaci¨®n franquista de 1958, que origin¨® un boom urban¨ªstico con cientos de miles de casas al estilo colmena construidas de manera muy r¨¢pida. En esos hogares, durante esa d¨¦cada, apareci¨® un elemento decorativo del que muchos, a¨²n hoy, se arrepienten: el gotel¨¦.
Esta t¨¦cnica de pintura al temple y acabado en grano serv¨ªa para ocultar las imperfecciones de las paredes de todas esas casas de los barrios obreros que se constru¨ªan como piezas de Lego. "La t¨¦cnica del gotel¨¦ era perfecta para disimular las imperfecciones de las paredes. Como eran construcciones hechas de forma r¨¢pida hab¨ªa imperfecciones y ese acabado ocultaba los defectos ocurridos durante la construcci¨®n. Si la pared no es recta, o tiene alg¨²n desnivel, el gotel¨¦ lo hace pasar desapercibido", nos informa Alberto de Luis, responsable de una empresa de construcci¨®n.
Hoy, empieza a surgir gente que reivindica esta corriente como parte de nuestra historia. Otros contin¨²an su batalla para erradicarlo. El problema econ¨®mico tambi¨¦n influye. Un ejemplo: eliminarlo de una vivienda de unos 80 m2 cuesta alrededor de 3.000 euros.
En mayo del pasado a?o, la galer¨ªa madrile?a Twin Gallery intervino todas sus paredes con una ¨²nica obra de arte de 6.000 euros. Esta pieza se llam¨® Gotel¨¦ y visti¨® todo el espacio con esta popular t¨¦cnica de pintura, cuyo nombre viene del franc¨¦s goutte o gouttelette (gota). Las artistas Andrea Gonz¨¢lez (Madrid, 1990) y Paula Garc¨ªa-Masedo (Madrid, 1983) fueron las responsables de esta reivindicaci¨®n costumbrista, que ya hab¨ªan hecho en el ensayo?Proyecto para recuperaci¨®n de paredes lisas de galer¨ªa de arte publicado por Caniche Editorial.
Esta t¨¦cnica de pintura al temple y acabado en grano serv¨ªa para ocultar las imperfecciones de las paredes de todas esas casas de los barrios obreros que se constru¨ªan como piezas de Lego
¡°No se trata de recuperar el gotel¨¦, sino de entender o recordar qu¨¦ es y de d¨®nde viene. Como cualquier soluci¨®n material o producto de dise?o, por an¨®nimo, ordinario o banal que parezca, le acompa?a un contexto que le da lugar. En el caso del gotel¨¦ es el contexto social y pol¨ªtico que rodea al sector de la construcci¨®n en Espa?a: rapidez, urgencia, productos baratos y mano de obra poco especializada, y la b¨²squeda de beneficio f¨¢cil¡±, cuenta Paula.
En el sector espa?ol de alquilar un piso, o comprarlo y reformarlo, se ha colado de manera sistem¨¢tica la pregunta de ¡°?tiene gotel¨¦?¡±. De hecho, en varios portales inmobiliarios, en las descripciones de la vivienda, los propietarios incorporan como caracter¨ªstica, positiva o negativa, el tipo de pintura que tiene la casa, al igual que los armarios empotrados o la clase de azulejos.
Y es que hoy, la demanda de gotel¨¦ a una empresa de pintura es casi nula. ¡°El gotel¨¦ es la imagen de un modo de proceder (de la industria de la construcci¨®n), que incluso se convirti¨® en moda y que ha quedado grabado en nuestro imaginario. Como tal, es un testigo, o una imagen, de qui¨¦n somos como sociedad. Cualquier arquitectura tiene valor como repositorio de unas determinadas memorias¡±, a?ade la artista Paula Garc¨ªa-Masedo.
Esta t¨¦cnica, que en ingl¨¦s se conoce como popcorn (palomitas), no tiene inventor, por mucho que, en 1998, la serie de televisi¨®n Manos a la obra incorporara entre sus gags que hab¨ªa sido su protagonista, el alba?il Benito (Carlos Iglesias) el que lo hab¨ªa introducido en Espa?a.
¡°No es f¨¢cil saber qui¨¦n lo inventa, o generaliza. Lo que est¨¢ claro es que su masiva introducci¨®n en las viviendas espa?olas tiene que ver con que se trata de un tipo de pintura f¨¢cil de aplicar, que no requiere de la ejecuci¨®n de paredes perfectamente lisas, ya que disimula la imperfecci¨®n. Su extensi¨®n coincide con el boom de la construcci¨®n de los a?os 60, dirigido desde el r¨¦gimen de entonces, antes de que existieran sistemas industriales como el pladur, cuando el acabado liso en yeso se aplicaba a mano¡±, explica Paula.
Mantener este testigo est¨¦tico de la historia de Espa?a en las paredes de muchas casas es algo que empieza a valorarse tambi¨¦n dentro del interiorismo. El decorador Guille Garc¨ªa-Hoz (Madrid, 1976) asegura que no le extra?ar¨ªa que se pudiera recuperar esta t¨¦cnica: ¡°A lo mejor no para habitaciones enteras sino d¨¢ndole una importancia concreta a un rinc¨®n. Adem¨¢s, se podr¨ªa hacer de distintos colores, con lo que la pared quedar¨ªa como un cuadro de Pollock visto desde el cielo¡±.
El decorador Erico Navazo (Burgos, 1971), por su parte, ha empezado a utilizar, si no gotel¨¦, s¨ª ciertas pastas parecidas en algunos proyectos: "Las texturas vuelven en las paredes, si bien el gotel¨¦ fue un recurso para tapar lo mediocre ¨Cy las cosas mediocres espero que no vuelvan¨C, yo estoy utilizando ciertas pastas rayadas y otras texturas trabajadas en alguna ocasi¨®n". Es dar valor a un recurso decorativo, como a?ade Navazo: "No hay elementos feos en decoraci¨®n, si no algunos mal utilizados".
Por ahora, existen incluso una p¨¢gina web cuyo dominio hace alusi¨®n a su eliminaci¨®n dr¨¢stica, Quitarelgotele.com, ya sea pl¨¢stico o picado ¨Cque si no es gotel¨¦ como tal, s¨ª tuvo el mismo uso est¨¦tico¨C.
Una aniquilaci¨®n est¨¦tica cada vez m¨¢s popular que, quiz¨¢, deber¨ªa repensarse para poder saber de d¨®nde venimos.
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