De vuelta al ¡®proc¨¦s¡¯

El acuerdo de investidura alcanzado por las dos grandes familias secesionistas (PdeCAT/lista Puigdemont y Esquerra, ERC) alberga dos objetivos, contradictorios entre s¨ª, cuyo resultado es un proyecto de Rep¨²blica independiente tan fantasmag¨®rico y disparatado como el que condujo a la intervenci¨®n v¨ªa el 155.

Uno es contentar a la CUP (cuatro diputados) para que vote al candidato que decida el fugado Carles Puigdemont. Y por tanto, tambi¨¦n a ¨¦ste. Una vez m¨¢s, el partido hegem¨®nico de la burgues¨ªa (PdeCAT) y el de las clases menestrales (ERC) se arrodillan ante una de las fuerzas pol¨ªticas m¨¢s radicales, da?inas y antisistema de la Europa democr¨¢tica. Eso s¨ª, lo hacen sorteando, a diferencia de sus mentores, los costes personales y penitenciarios que estos afrontan. ?Cu¨¢nta ¡ªaparente¡ª sabidur¨ªa!

El otro es escapar de la lupa de los tribunales, tratando de no ofrecer flancos vulnerables a las calificaciones de ilegal, inconstitucional y antiestatutario del propio texto. Ambos afanes inversos se intentan conciliar mediante un doble lenguaje esot¨¦rico, oscuro y humillante para los ciudadanos, a los que se quiere seguir manteniendo en el enga?o de que la independencia es posible.

En efecto, en aras de atraerse a la CUP, la ¡°propuesta de acuerdo¡± propugna un ¡°proceso constituyente¡± pero difuminado, que no cuenta con ninguno de los mandatos legales y pol¨ªticos propios que dotan de sentido al constitucionalismo democr¨¢tico: el mandato expreso de la ciudadan¨ªa, un marco legal suficiente, una ley legitimadora o una comisi¨®n parlamentaria encargada de su redacci¨®n.

La nervadura anticonstitucional de este nuevo desprop¨®sito se salvar¨ªa mediante su externalizaci¨®n a entidades ubicadas en un et¨¦reo ¡°espacio libre¡± en Bruselas: un Consejo para la Rep¨²blica y una Asamblea para la Rep¨²blica al margen del Parlament que ser¨ªan vergonzosamente privatizados, pues ¡°no recibir¨¢n fondos p¨²blicos¡±, dicen, para ¡°garantizar su independencia¡±. Es decir, al modo de la Venezuela de Nicol¨¢s Maduro, solo congregar¨ªan a los implicados en tal operaci¨®n y tendr¨ªan como objetivo vaciar de competencias las instituciones democr¨¢ticas leg¨ªtimas y hurtar a los representantes de la ciudadan¨ªa de la capacidad de controlar a sus gobernantes.

Con la palabrer¨ªa constituyente y republicana se persigue sumar a la reticente CUP; con la naturaleza jur¨ªdica privada de entidades y mecanismos ejecutivos, escapar de la justicia. El problema es que esas instancias suplantar¨ªan al Parlament: los fugados y sus ac¨®litos dictar¨ªan, como ventr¨ªlocuos, la ¡°estrategia pol¨ªtica¡± y su internacionalizaci¨®n ¡ªla C¨¢mara auton¨®mica, se dice, ¡°impulsar¨¢ un plan de gobierno de obediencia republicana¡± y deber¨¢ hacerse eco sumiso de ¡°los debates y propuestas que emanen¡± de unos ¡°movimientos sociales¡±¡ª.

La ilegalidad de esas pasarelas ser¨¢ escudri?ada, como corresponde y por quien corresponde. Pero lo peor es el intento, otra vez, como si no hubieran aprendido nada, de estafar pol¨ªticamente a los catalanes. En lugar de dotarles de un Govern, pretenden seguir vendiendo mentiras, alimentando falsas ilusiones, degradando la dignidad institucional de la Generalitat y vaciando la democracia y las instituciones con organismos fantasmag¨®ricos. Basta ya.