La importancia del juego para la supervivencia
La comparaci¨®n entre gorilas y chimpanc¨¦s muestra la importancia del juego para los animales m¨¢s sociables, como los humanos
Un partido de f¨²tbol puede parecer un entretenimiento primario, pero es una actividad que refleja una capacidad muy humana. El juego, que es frecuente entre muchos animales durante su ¡°infancia¡± como forma de aprendizaje, refleja en los individuos adultos el grado de cohesi¨®n social de la especie.
Esto es lo que han observado las investigadoras Giada Cordoni y Elisabetta Palagi, de la Universidad de Pisa comparando el comportamiento de chimpanc¨¦s y gorilas en cautividad. Los chimpanc¨¦s, los animales m¨¢s cercanos evolutivamente a los seres humanos, viven en grupos muy cohesionados en los que hay un alto nivel de cooperaci¨®n y pueden convivir varios machos. Los gorilas, sin embargo, se organizan en grupos con un macho dominante en los que los v¨ªnculos sociales son m¨¢s d¨¦biles.
Las autoras del estudio, que se publica en la revista PLOS One, pusieron a practicar a los dos tipos de primate juegos como la soga o a empujarse, en principio amistosamente. Despu¨¦s de analizar el comportamiento de los chimpanc¨¦s durante 129 hora y de los gorilas durante 135, concluyen que el juego entre adultos es m¨¢s frecuente entre los chimpanc¨¦s y la pr¨¢ctica de estas actividades es m¨¢s prolongada entre ellos que entre los gorilas.
Los gorilas jugaban m¨¢s cuando ten¨ªan acceso a comida de mejor calidad
Otra de las observaciones realizadas es que para ambas especies los juegos se complicaban cuando hab¨ªa m¨¢s de dos participantes. En esas experiencias de jugadores m¨²ltiples, el tiempo de actividad se reduc¨ªa para las dos especies. En otras ocasiones ya se ha observado que los chimpanc¨¦s que empiezan jugando en grupos, se acaban dividiendo para seguir haci¨¦ndolo en parejas. En cualquier caso, los chimpanc¨¦s ten¨ªan una mayor capacidad para el juego m¨²ltiple que los gorilas. En esta especie, menos dada a la colaboraci¨®n, tambi¨¦n era m¨¢s habitual que el juego se acabase convirtiendo en intercambio de agresiones. Otros estudios han visto adem¨¢s un v¨ªnculo entre la calidad de la comida consumida por los gorilas y la tendencia a jugar de los gorilas adultos.
La relaci¨®n entre estructura social y juego es compartida por otras especies de primates m¨¢s lejanos de la rama evolutiva humana. Los macacos japoneses, famosos por sus ba?os en aguas termales, son una especie de mono en la que los machos dominantes son desp¨®ticos con sus subordinados y muestran bajos niveles de apoyo mutuo. Estos animales juegan mucho menos durante la edad adulta que el macaco indonesio de Togian, una especie en la que el rango importa poco y es frecuente la interacci¨®n amistosa entre individuos que no son de la misma familia. Adem¨¢s, comparando los dos grupos, los japoneses muestran menor capacidad de jugar en grupo, una pr¨¢ctica muy exigente desde el punto de vista f¨ªsico, cognitivo y social.
El juego, una actividad aparentemente poco ¨²til para la supervivencia, es en realidad clave para especies sociales como la nuestra. El juego en grupo tiene m¨²ltiples utilidades. Como han observado algunos investigadores, los bonobos lo utilizan como forma de tender puentes entre grupos y ampliar la red social. Despu¨¦s, especialmente entre animales muy sociales como los chipanc¨¦s o los geladas, tambi¨¦n sirve como forma de fortalecer los v¨ªnculos sociales.
Las diferencias entre especies m¨¢s y menos inclinadas a la cooperaci¨®n tambi¨¦n se ven entre chimpanc¨¦s y gorilas. Los primeros utilizan el juego para reconciliarse despu¨¦s de una pelea o para consolar a una v¨ªctima de un ataque, algo que no hacen los gorilas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.