Aguas de marzo
Mientras los embalses vuelven a llenarse gracias a las lluvias, la gente discute sobre el lujo
Mientras los embalses vuelven a llenarse con ese lujo l¨ªquido que es el agua, en lo seco la gente discute sobre el lujo. La asociaci¨®n de empresarios Fortuny, que preside el Marqu¨¦s de Gri?¨®n, agr¨®nomo y padre de Tamara Falc¨®, aprovech¨® la alegr¨ªa que le provocan estas aguas de marzo para abrir el grifo y regar el debate sobre los significados que la Real Academia Espa?ola otorga a la palabra ¡°lujo¡±. Seg¨²n nuestro diccionario, el lujo es ¡°abundancia de cosas no necesarias¡± o ¡°demas¨ªa en el adorno, en la pompa y en el regalo¡±.
Desde la escasa relaci¨®n que he podido tener con el lujo ¡ªen plan cara a cara¡ª, el ¨²ltimo significado lo encuentro, cuanto menos, antip¨¢tico y gru?¨®n. El lujo no es un problema. El problema es la falta de recursos econ¨®micos que impide acceder a ¨¦l. Por eso con el Plan Marshall, despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, ya se empez¨® a hablar de la democratizaci¨®n del lujo. Y se llam¨® pr¨ºt ¨¤ porter.
Lujos hay muchos. Y para todos los gustos. Para Carlos Falc¨®, marqu¨¦s de Gri?¨®n, el lujo es ¡°una experiencia¡±. Y recuerda un momento junto a su hija Sandra con quien, ¡°al aire libre en un d¨ªa soleado del pasado diciembre¡±, cocin¨® una tortilla de patatas con el primer aceite de su cosecha. ¡°Esto es un lujo y hay que mantener esa definici¨®n¡±, proclam¨®. Y as¨ª marid¨® el t¨¦rmino con algo singular, con una emoci¨®n, con lo irrepetible.
La suerte es poder hacer esa tortilla de patatas con un castillo detr¨¢s y una finca de 100 hect¨¢reas de olivo delante. Otro lujo puede ser estirar hasta fin de mes los 700 euros de una pensi¨®n cocinando una tortilla con el aceite del marqu¨¦s. Quiz¨¢s yo sea demasiado caribe?o para entender todo esto, pero sigo creyendo que el lujo es comprar cosas caras. A m¨ª eso de la experiencia, de la emoci¨®n, del aire libre y la tortilla no lo veo tan lujoso. En cambio, lo del castillo y la finca, s¨ª. De hecho, me encantar¨ªa comprarme un castillo. O dos. Y llenarlos de experiencias irrepetibles.
Otra experiencia irrepetible, y muy emocional, fue el estreno de Torrente hace 20 a?os. El tiempo tambi¨¦n es un lujo. Igual que el ¨¦xito. Pero la celebraci¨®n por este aniversario, como no, se ha visto un poquito embarrada por el rifirrafe entre el director del filme, Santiago Segura, y la actriz Neus Asensi, que participo en tres de las entregas de la saga. La pelea en s¨ª es muy Torrente. Neus, que es un lujo de persona, se arrepiente de haber participado en la experiencia del rodaje de Torrente. Como consecuencia, Segura se dio el lujo de bloquearla de sus redes sociales. Puedo entender cualquier torrente emocional, pero yo no me pondr¨ªa as¨ª. Neus estuvo estupenda en sus tres interpretaciones y Santiago consigui¨® avizorar muchas de las experiencias que hemos vivido en Espa?a por creernos menos Torrente de la cuenta.
A t¨ªtulo personal, encuentro un lujo estar viajando por Espa?a en la promoci¨®n de mi nueva novela. Para m¨ª, Espa?a es un lujo. Con sus tortillas, sus rifirrafes, y esa sensaci¨®n de que todos los d¨ªas pasa algo. A muchos les parecer¨¢ exagerado o una abundancia de cosas o palabras no necesarias, pero ahora que invierto mucho tiempo en Estados Unidos, valoro much¨ªsimo lo entretenido que es vivir aqu¨ª. Mientras que en USA todo es m¨¢s controlado y mec¨¢nico, en Espa?a cada cosa es una emoci¨®n y tiene significado.
Tambi¨¦n conseguir ser quien quieres ser pese a todos los obst¨¢culos, es un lujo. Por eso lamentamos la marcha en la misma semana de Stephen Hawking y Hubert de Givenchy, hombres que trabajaron la ciencia y el lujo. Jam¨¢s me imagin¨¦ que Hawking, pese a la precariedad de su salud, fuera a morir pronto. Casi parec¨ªa que lo har¨ªa yo antes. Y en cierta manera pensaba lo mismo del sofisticado y encantador dise?ador Givenchy. Su irrepetible experiencia profesional junto a Audrey Hepburn cre¨® un estilo que unificaba belleza, sencillez y elegancia que sirvi¨® para hacer m¨¢s accesible la posibilidad de ser como Audrey. De rozar otro lujo: verte bien sin parecer exagerada o demasiado adornada. Hawking nos hizo sentir que pose¨ªamos el lujo de comprender el universo. Y Givenchy nos dio ese peque?o traje de c¨®ctel negro, que ofrece a las mujeres una armadura moderna con la que enfrentar muchas batallas, muchas aguas de marzo.
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