Cr¨®nica de una muerte anunciada
El fallecimiento de Mame Mbayee no es un hecho fortuito, sino la consecuencia del racismo instalado en algunos sectores de la sociedad y las instituciones de Madrid
Ayer por la tarde muri¨® Mame Mbayee a causa una parada card¨ªaca. Este vecino de Madrid hab¨ªa estado ejerciendo la venta ambulante poco antes en la Puerta del Sol. Abundan las versiones sobre los hechos que ocurrieron antes y despu¨¦s de su muerte. La confusi¨®n y los disturbios nos hacen perder el foco: ?qui¨¦n mat¨® a Mame? ?Qu¨¦ mat¨® a Mame? En la diferencia de estas dos preguntas radica la clave: Mame muri¨® de un ataque al coraz¨®n pero, en el porqu¨¦ de su tr¨¢gico final, hay un largo hilo del que tirar que lo trasciende y atraviesa toda nuestra sociedad, con sus pol¨ªticas, sus leyes y sus instituciones.
No podemos limitarnos a pensar que lo ocurrido ayer fue un accidente. No fue un hecho aislado. Hay un serio problema estructural que provoc¨® la muerte de una persona. Mame, senegal¨¦s de 35 a?os, carec¨ªa de papeles a pesar de llevar 12 en Espa?a. Trabajaba como mantero porque no pod¨ªa salir de un c¨ªrculo de exclusi¨®n. En un extremo del c¨ªrculo, la premisa de que sin un contrato de trabajo no te den papeles; en el otro, la de que sin papeles, no puedas optar a ning¨²n trabajo. En medio, la ¨²ltima reforma del C¨®digo Penal, que convirti¨® las antiguas faltas en delitos y, con ello, al vendedor ambulante en criminal. Con antecedentes en su expediente, ya ni siquiera una oferta de trabajo habr¨ªa ayudado a Mame a regularizar su situaci¨®n.
Las personas que trabajan en la manta y las personas sin papeles viven amedrentadas por estas estructuras en las que la tensi¨®n y la amenaza son elementos constantes, a nivel de calle y a nivel de la Ley. La persecuci¨®n, las redadas, los CIE, el C¨®digo Penal y la falta de oportunidades levantan ladrillos de altos muros, quiz¨¢ invisibles para muchos, pero muy reales para otros. Lo repetimos: lo de ayer no fue un hecho aislado, es reflejo de un problema estructural, en lo legal y lo pol¨ªtico. Una cuesti¨®n de racismo y discriminaci¨®n.
Gritamos en las calles ¡°?Sobrevivir no es delito!¡±, pero con las leyes actuales s¨ª lo es. Muchos como Mame han llegado hasta aqu¨ª atravesando un mar y un desierto con la muerte en los talones, para poder vivir con dignidad y mantener a sus familias. Las reglas del juego son las que son y, como no tienen papeles ni trabajo, compran un lote de zapatillas ¨Co de gafas o de perfumes o de bolsos¨C en cualquier almac¨¦n de mayoreo y luego lo revenden en una manta. Y eso s¨ª se considera delito, pero no tienen opci¨®n.
Gritamos en las calles ¡°?Sobrevivir no es delito!¡±, pero con las leyes actuales s¨ª lo es
Muchos como Mame corren delante de las placas. Y otean con miradas desbocadas las hordas de gente de la Puerta del Sol, siempre alerta, d¨ªa tras d¨ªa. Viven con el coraz¨®n en un pu?o, hasta que revienta.
No es poca la presi¨®n de acabar expedientado, pero adem¨¢s tienen miedo de una violencia cotidiana. Los colectivos de Lavapi¨¦s hemos estado en contacto con el Ayuntamiento para denunciar la brutalidad policial. Es dif¨ªcil llevar a cabo un proceso ordinario de denuncia en estos casos: se trata de acusar, sin papeles o con el temor de no renovarlos, nada m¨¢s y nada menos que a la Polic¨ªa. Y al d¨ªa siguiente volver a la calle a vender, con esos agentes tratando de detenerte. En definitiva, las agresiones aterrorizan, hay miedo. El temor sirve para que la violencia quede invisibilizada, recluida al ¨¢mbito casi privado.
En el centro de Madrid, desde agosto de 2016, los colectivos hemos documentado en un formato de ficha consensuado con el Consistorio cerca de 20 agresiones f¨ªsicas con roturas y contusiones de diversa gravedad. En julio de 2017, por ejemplo, empujaron a un chico, que fue atropellado por una furgoneta y tuvo lesiones en varias v¨¦rtebras. Fuera de este registro formal, que solo acepta los casos con indicios f¨ªsicos de violencia visible, quedan los constantes abusos verbales e intimidaciones de todo tipo. El fin de este trabajo sistem¨¢tico es abrir una v¨ªa segura contra la impunidad pero, a la hora de hablar con las instituciones, nos reiteran sus buenas intenciones sin concretarlas en medidas para frenar el problema. En cambio, nos remiten al Defensor del Pueblo, que ya est¨¢ al tanto de la violencia y sugiere el desarrollo de un programa de identificaci¨®n eficaz para garantizar una actuaci¨®n no discriminatoria.
Sin embargo, el problema no se limita a estas actuaciones. Hay una dimensi¨®n jur¨ªdica, relacionada con el C¨®digo Penal y la Ley de Extranjer¨ªa. Los colectivos trabajamos en una Proposici¨®n no de Ley para cambiar su art¨ªculo 270.4, que repenaliza como delito la venta ambulante. Esta proposici¨®n se aprob¨® en la Comisi¨®n de Justicia del Congreso con el apoyo de Unidos Podemos, PSOE, PdeCat, ERC y el PNV? en marzo del a?o pasado. Actualmente estamos dando pasos para que los cambios se hagan efectivos en la legislaci¨®n.
No, la persecuci¨®n de dos polic¨ªas en moto no mat¨® a Mame, pero quiz¨¢ lo mat¨® el silencio institucional. O no fue el silencio institucional lo que mat¨® a Mame y s¨ª las leyes las que lo mataron. O quiz¨¢ ni la polic¨ªa ni las leyes lo mataron, pero el racismo s¨ª mat¨® a Mame. S¨ª, Mame est¨¢ muerto. Las circunstancias de esta muerte han sido tr¨¢gicas. Las circunstancias de su vida no lo fueron menos. Y es en la vida y en la dignidad de todos los vecinos de la ciudad donde queremos poner el foco. Ahora no solo hace falta llevar a cabo una investigaci¨®n para esclarecer los hechos, sino que en el Ayuntamiento deben asumir responsabilidades pol¨ªticas por lo que ha pasado. La ambivalencia no es posible.
No, la persecuci¨®n de dos polic¨ªas en moto no mat¨® a Mame, pero quiz¨¢ lo mat¨® el silencio institucional o las leyes. El racismo mato a Mame
Lo que ocurri¨® ayer no es una fatalidad, es consecuencia de un problema que hay en la ciudad. Un problema de racismo estructural, de falta de responsabilidades y de abandono de una poblaci¨®n vulnerable.
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