Los juguetes invisibles de la prehistoria
La arqueolog¨ªa revisa su archivo de objetos ¡®sagrados¡¯ en busca de los ni?os que ha pasado por alto
Las personas que ocupaban Europa occidental entre hace 21.000 y 14.000 a?os eran artistas talentosos y prol¨ªficos. Fue esta gente, de la cultura Magdaleniense, quien decor¨® las paredes rocosas de Altamira en Espa?a y de Lascaux en Francia. Pero los magdalenienses no se limitaron a la pintura. En el registro arqueol¨®gico de este periodo abundan objetos decorativos artesanales: bisuter¨ªa de hueso y conchas, y estatuillas talladas en hueso, marfil o cuerno. Una de estas figuras, hallada en la localidad pirenaica de Isturitz, representa un le¨®n de las cavernas y est¨¢ esculpida en un fragmento de cornamenta de reno de unos 10 cent¨ªmetros de largo. Los arque¨®logos sugieren que era un colgante ritual por sus perforaciones, que permiten su suspensi¨®n, y por la suavidad y lustre de su superficie, que delatan su frecuente manipulaci¨®n. Pero existe otra explicaci¨®n: pudo haber sido el juguete de un ni?o.
¡°En la arqueolog¨ªa tenemos una broma: si no sabes lo que es, debe de ser ritual¡±, confiesa Michelle Langley, la investigadora de la Universidad de Griffith (Australia) que est¨¢ revisando el registro arqueol¨®gico para identificar objetos, como el le¨®n de Isturitz, que pueden haber pasado desapercibidos como juguetes infantiles. Muchos de los candidatos son estatuillas supuestamente religiosas que fueron etiquetadas as¨ª por la falta de informaci¨®n o de imaginaci¨®n de los arque¨®logos. ¡°Hay que tener en cuenta que durante mucho tiempo los ni?os, al igual que las mujeres, eran invisibles en la interpretaci¨®n arqueol¨®gica¡±, explica Alba Men¨¦ndez, doctoranda en arqueolog¨ªa y graduada por la Universidad de Cambridge (Reino Unido). En una disciplina hist¨®ricamente dominada por los hombres y sus sesgos, el hecho de que un artefacto prehist¨®rico pudiese haber pertenecido a un ni?o ¡°probablemente ni se les pasara por la cabeza¡±, opina.
En yacimientos m¨¢s recientes s¨ª se han encontrado juguetes infantiles, sobre todo desde que aparecen en el registro arqueol¨®gico junto a textos y pinturas que los identifican como tal. En el mundo greco-romano, por ejemplo, exist¨ªan sonajeros y carritos de caballos con ruedas. Tambi¨¦n han sobrevivido bastantes mu?ecas del antiguo Egipto. Pero identificar los juguetes de la prehistoria es mucho m¨¢s dif¨ªcil, asegura Margarita S¨¢nchez, cuyo trabajo en la Universidad de Granada se centra en dar visibilidad a las mujeres y los ni?os del pasado. La conservaci¨®n de los objetos es parte del problema. Seguramente hubo mu?ecos de arcilla, madera u otros materiales org¨¢nicos que sencillamente no han sobrevivido hasta la actualidad. Pero tambi¨¦n es dif¨ªcil identificar lo que s¨ª perdura. ¡°En arqueolog¨ªa todav¨ªa se trabaja mucho con la analog¨ªa¡±, explica S¨¢nchez. ¡°Nosotros sabemos que una cuchara en el Neol¨ªtico es una cuchara porque se parece al utensilio actual. Hay mucha cultura material que no se parece a nada que tengamos en la actualidad¡±, se?ala.
Este es el caso de otro objeto magdaleniense del yacimiento de Isturitz. Se trata de un utensilio de cuerno de unos 10 cent¨ªmetros de largo, tambi¨¦n liso y brillante, con un agujero lateral y las extremidades rudamente talladas. Aunque no se parece a ning¨²n objeto actual, s¨ª se parece a otros hallazgos de la ¨¦poca: los llamados bat?ns perc¨¦s, herramientas que probablemente sirvieron para enderezar astas de lanza o para fabricar correas de cuero. Pero los dem¨¢s bat?ns perc¨¦s que se han encontrado son el doble de grandes que este. Langley cree que tambi¨¦n fue un juguete. ¡°Sabemos por estudios etnogr¨¢ficos y por experiencia cotidiana que a los ni?os les gusta intentar hacer lo que hacen mam¨¢ y pap¨¢; cabe esperar que tuvieran herramientas peque?as de juguete de los objetos que m¨¢s utilizaban los adultos¡±, razona la arque¨®loga.
Imitar a los adultos a¨²na juego y aprendizaje, dos aspectos de la cultura que seg¨²n S¨¢nchez han estado vinculados en todas las sociedades hasta la modernidad. ¡°?C¨®mo aprend¨ªan los ni?os de la prehistoria a hacer cer¨¢micas? Jugando con barro¡±, afirma la arque¨®loga. Ella ha estudiado vasos muy peque?os hallados en el yacimiento del Cerro de la Encina, en la localidad granadina de Monachil. Pertenecen a la cultura arg¨¢rica del sur de la pen¨ªnsula ib¨¦rica, una gente de la Edad de Bronce que vivi¨® hace unos 4.500 a?os y produc¨ªa cer¨¢mica meticulosa y estandarizada. Pero los vasos peque?os ¡°est¨¢n muy mal hechos¡±, dice S¨¢nchez: ¡°hemos encontrado vasitos con pastas demasiado gruesas, muy bastos, mal cocidos¡±. Algunos incluso han aparecido enterrados en las tumbas de ni?os, lo cual no demuestra pero s¨ª sugiere que podr¨ªan haber sido sus posesiones y sus creaciones.
En el yacimiento de Tel Nagila de Israel, tambi¨¦n del Bronce, se han encontrado cer¨¢micas similares con huellas dactilares infantiles. Los arque¨®logos concluyen que los ni?os ya jugaban a las casitas en la prehistoria. Y Langley a?ade que en yacimientos europeos mucho m¨¢s antiguos, del Paleol¨ªtico, han hallado puntas de lanza da?adas con se?as de reparaci¨®n muy torpe. Probablemente los adultos daban sus herramientas rotas a los ni?os para que ¨¦stos practicasen t¨¦cnicas de artesan¨ªa y jugasen con ellas, dice la arque¨®loga.
Puestos a copiar, los ni?os podr¨ªan haber imitado hasta los pasatiempos de los adultos. La investigadora Kristine Garroway, del Hebrew Union College¨CJewish Institute of Religion (EE UU), se ha interesado por varios discos de arcilla que aparecieron en yacimientos israel¨ªes datados en un milenio antes de Cristo. Cada uno es del tama?o de un bot¨®n grande y cuenta con dos perforaciones que permiten hacerlo girar al atar los extremos con cuerdas; podr¨ªan ser juguetes para adultos o para ni?os. Garroway sugiere que los m¨¢s rudimentarios ¡ªcon bordes sin pulir y perforaciones irregulares¡ª son la obra de ni?os, que quiz¨¢ moldearon los discos con prisa por empezar a jugar con ellos. Incre¨ªblemente, los magdalenienses de Europa ya estaban fabricando discos de hueso similares 10.000 a?os antes, y ellos decoraban ambos lados con animales que parecen correr seg¨²n gira el artefacto. Ese juguete existe hoy: se llama el taumatropo, y no se inventar¨ªa hasta el siglo XIX.
?Es sagrado o es un juguete?
La arque¨®loga Michelle Langley cree que las estatuillas de animales, a las que se suele atribuir significado ritual, tienen muchas posibilidades de ser antiguos juguetes infantiles. Langley est¨¢ desarrollando una t¨¦cnica experimental para tratar de distinguir si el desgaste de estos objetos fue consecuencia de la manipulaci¨®n adulta o infantil. ¡°La idea es repartir figuritas de madera a ni?os y dejar que jueguen como har¨ªan con cualquier otro juguete. Luego las voy a recoger para ver si la distribuci¨®n del desgaste es caracter¨ªstica¡±, explica. Tambi¨¦n estudiar¨¢ c¨®mo han quedado pulidos por el uso juguetes de las ¨²ltimas d¨¦cadas para tratar de establecer un patr¨®n contra el que comparar los hallazgos prehist¨®ricos.
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