J¨®venes precarios

El grupo social m¨¢s afectado por la crisis de 2007 y la recesi¨®n ha sido sin duda, junto con el de los mayores de 45 a?os sin empleo, el de los j¨®venes. Conviene aclarar que el mercado laboral espa?ol ya era antes de 2007 poco permeable a la entrada de nuevas generaciones en el empleo, pero lo cierto es que en los ¨²ltimos diez a?os las dificultades de los grupos con edades inferiores a los 30 a?os se agudiza hasta niveles de alarma social. La tasa de paro entre los 15 y los 24 a?os alcanza el 37,5% (la media en la UE es del 16,6%); la tasa de temporalidad de los menores de 29 a?os es del 57% y la renta media de los de menos de 35 a?os ha descendido el 25% entre 2008 y 2014.

Este cuadro social dram¨¢tico, ensombrecido adem¨¢s con un fen¨®meno de emigraci¨®n forzosa, refleja a la perfecci¨®n las profundas debilidades de la recuperaci¨®n econ¨®mica (m¨¢s bien recuperaci¨®n macroecon¨®mica) y mide con mucha aproximaci¨®n alguna de las deudas sociales que tiene contra¨ªdas la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola, basada casi exclusivamente en la reducci¨®n salarial y las ventajas de las empresas para ajustar empleo. Nunca se insistir¨¢ lo suficiente en que para hablar de plena recuperaci¨®n es obligado aumentar la tasa de empleo y de ocupaci¨®n, reducir los desproporcionados niveles de empleo entre los j¨®venes y los mayores de 45 a?os y bajar la temporalidad y la precariedad. Esto se consigue incentivando la productividad de la econom¨ªa y el valor a?adido; las ayudas espor¨¢dicas y las subvenciones a la contrataci¨®n son solo soluciones a corto plazo. Que los j¨®venes no ocupen las calles no es signo de indiferencia ante su suerte; probablemente participan en otras protestas de colectivos con problemas similares y concomitantes con los de la juventud. Con su despreocupaci¨®n por los j¨®venes, la econom¨ªa espa?ola est¨¢ tirando por la borda el gasto en educaci¨®n y los impulsos renovadores que necesita la maquinaria econ¨®mica.