As¨ª es la ¨®pera virtual del personaje animado japon¨¦s que hizo 'sold out' en Madrid
La diva Hatsune Miku, que telone¨® a Lady Gaga, protagoniza la pieza audiovisual 'The End', de Keiichiro Shibuya. Fuimos a verla en Naves Matadero
En el a?o 2098 habr¨¢ m¨¢s muertos en Facebook que vivos. El volumen de fotograf¨ªas en Instagram ya supera ampliamente el n¨²mero de fotograf¨ªas reveladas por Kodak en la historia de la humanidad. ?Todos esos avatares seguir¨¢n vivos tras nuestra muerte? ?C¨®mo de dolorosa es la muerte de un holograma? ?Qu¨¦ quieren las im¨¢genes se preguntaba no hace m¨¢s de diez a?os WJT Mitchell?
Hatsune Miku ha cumplido la mayor¨ªa de edad y comienza a hacerse preguntas acerca de la muerte. Este banco de voz creado en 2007 para el programa de voz Vocaloid supone el mayor ¨¦xito de ventas y fans de un software personificado en una joven de 42 kilos y coletas turquesas. Miku, cuyo nombre significa sonido del futuro, tiene su propio canal de Vevo con v¨ªdeos que superan los 88 millones de visualizaciones y, como cualquier otra estrella del pop, su vestuario ha sido dise?ado por marcas de lujo como Louis Vuitton.
Miku, incorp¨®rea siempre, se abre paso sin pausa m¨¢s all¨¢ del mercado nip¨®n. Ha teloneado a Lady Gaga,? remixeada por Pharrell Williams y ha aparecido en el late night estadounidense de Letterman. Ante la avalancha de fans y para sacar adelante la producci¨®n, el conglomerado medi¨¢tico Crypton Future Media cre¨® una licencia especial que permite utilizar la imagen de Miku sin tener que pagar derechos de autor, Miku es pues la primera posthumana con licencia para copiar, la primera artista que performa las m¨¢s de 100.000 canciones escritas por sus fans.?
Ayer mismo terminaba la primera gira espa?ola de su ¨®pera The End del m¨²sico japon¨¦s Keiichiro Shibuya, pieza audiovisual que ha arrastrado un sold out semanas antes de su actuaci¨®n para todas las sesiones en Madrid (Naves Matadero). La que naciera como ¡°imagen corporativa¡± del software de Yamaha -para entendernos, como nuestra Irene de Renfe-, ha devenido en diva del K-pop pero tambi¨¦n, como pudimos ser testigos en esta ¨®pera, en abstracci¨®n surrealista.
"Aparece una Miku sombr¨ªa en primer plano, las canciones tienen m¨¢s de 'shoegaze' y 'post punk' que de pop, el sonido est¨¦reo al que tanto tiempo llevamos acostumbrados es por fin utilizado en sus distintos canales con fines creativos"
La gente se arremolinaba alrededor de la estatua de Miku a tama?o real que hab¨ªa cerca del escenario para hacerse fotos. Adolescentes en cosplay, ni?os menores de diez a?os y una gran cantidad de treinta?eros, gamers que apenas pod¨ªan disimular la emoci¨®n o el enamoramiento por la cantante virtual. Los conciertos de Miku en Europa rondan los 90 euros mientras que en Espa?a el precio de la entrada ha oscilado entre ocho y doce euros gracias al apoyo de instituciones como Matadero, el Auditori de Barcelona y la Fundaci¨®n Japonesa, una oportunidad ¨²nica para un visionado del futuro.?
En el escenario seis pantallas emitiendo simult¨¢neamente y una especie de piano que como object trouv¨¦ cobraba protagonismo propio mezcl¨¢ndose en el espacio tridimensional de las im¨¢genes. Aparece una Miku sombr¨ªa en primer plano, las canciones tienen m¨¢s de shoegaze y post punk que de pop, el sonido est¨¦reo al que tanto tiempo llevamos acostumbrados es por fin utilizado en sus distintos canales con fines creativos. Hac¨ªa ella se acerca la muerte, un ser que se asemeja al phantasma en Plat¨®n, una copia de la copia de la copia que no tiene ni respeta las mismas proporciones aunque se parece a ella, con sus mismas coletas azules y piernas infinitas. Los p¨ªxeles comienzan a desgarrarse y la m¨²sica sube.?
Algunas personas comienzan a abandonar la sala, todos aquellos que esperaban un concierto de pop o no han le¨ªdo bien la descripci¨®n del espect¨¢culo no dan cr¨¦dito al tono o los pensamientos suicidas que enuncia Miku en pantalla. Sin embargo, la experiencia es t¨¦cnicamente tan abrumadora que muchos otros permanecen en sus asientos pese a no concordar con sus expectativas. El espect¨¢culo se desarrolla como una ¨®pera al uso, obertura, arias, interludios y recitativos que adem¨¢s est¨¢ escrita en dos idiomas. Entender¨ªamos pues que muchos fans de Rihanna o Beyonc¨¦ se sintiesen descolocados al acudir a ver a sus cantantes favoritas en una ¨®pera de Stockhausen. Los subt¨ªtulos del japon¨¦s se entretejen con otra l¨ªnea de texto en ingl¨¦s volviendo cada vez m¨¢s exigentes los conceptos del discurso ya cr¨ªpticos y ambiguos de por s¨ª.
Muchos de los asistentes se quejaron de un volumen excesivo que es com¨²n en la mayor¨ªa de las ¨®peras electroac¨²sticas o en eventos de m¨²sica electr¨®nica, donde tienen especial protagonismo la utilizaci¨®n de los fortissimo, entendidos como estrategia de sobreexcitaci¨®n o refuerzo en la b¨²squeda de angustia del espectador. Keiichiro Shibuya ha sabido transitar estos m¨¢rgenes de estandarizaci¨®n de din¨¢micas que aparecen as¨ª en el cine de acci¨®n contempor¨¢neo o la rave, escapando a las limitaciones t¨¦cnicas de la ¨®pera donde el volumen m¨¢ximo de los instrumentos de la orquesta y las voces, a¨²n existiendo ¨®peras que utilicen medios electr¨®nicos, es ¡°respetuoso¡±:
Se viola as¨ª el acuerdo del delicado o¨ªdo del antiguo burgu¨¦s, ahora proletarizado, que no puede ser agredido con m¨¢s decibelios de lo que le parecer¨ªa razonable a sus mecenas y se introduce mediante el camuflaje de la artista pop estas agresiones al p¨²blico solo permitidas hasta hoy fuera de los auditorios o salas de conciertos, en fiestas donde el speed y el alcohol sustituyen a los visones. Se viola adem¨¢s la expectativa kawaii y softcore con el discurso nihilista y se enfrenta mediante visuales inocentes parte de la filosof¨ªa plat¨®nica.
Miku nos aparece as¨ª representada como una fantasma del futuro que nada debe a la humanidad ya desvanecida, que no entiende de melancol¨ªa o nostalgias y que tampoco est¨¢ ligada a la memoria. Los cuervos y la basura se amontonan en la ciudad mientras ella se pregunta si puede seguir viviendo como instrumento que es sin que nadie opere o cree a trav¨¦s de ella. Una ¨®pera que expone el mundo como aquel lugar sensible donde conviven distintos tipos de espectros y sombras, en donde las im¨¢genes, copia de las copias, ya tienen su propia autonom¨ªa.
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