Los peores pron¨®sticos

Las cuentas dadas a conocer por el Gobierno esta semana confirman nuestros peores pron¨®sticos: la estrategia de la derecha espa?ola (la antigua y la nueva) es continuar debilitando el Estado de bienestar. Como socialistas no podemos dejar de reivindicar que una de las grandes funciones de las finanzas p¨²blicas, y en particular de los Presupuestos Generales del Estado, es la redistribuci¨®n de la renta y de la riqueza que genera el pa¨ªs. En un contexto econ¨®mico y tecnol¨®gico en el que la desigualdad no es un fen¨®meno transitorio y en el que la inseguridad sobre el futuro se ha apoderado de las rentas medias, se necesita poner en el coraz¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica la lucha contra la desigualdad para dar seguridad a la mayor¨ªa. Y es que el reparto del crecimiento econ¨®mico vuelve a ser tremendamente relevante para la sociedad. En consecuencia, el Estado de bienestar se hace m¨¢s necesario que nunca; sin embargo, el Gobierno quiere ir reduciendo hasta situar el gasto p¨²blico espa?ol en el 38% del PIB, justo el peso que tienen los ingresos p¨²blicos en la renta, uno de los m¨¢s bajos de la Uni¨®n Europea.

Me explico. La progresiva reducci¨®n del Estado de bienestar se produce con el socavamiento progresivo de los impuestos directos (IRPF, impuesto de patrimonio, impuesto de sucesiones e impuesto de sociedades), que se ve compensado con el incremento en el peso del PIB de la tributaci¨®n indirecta y el menor peso del gasto social.

Nadie se deber¨ªa llevar a enga?o: en la medida en que no se apueste por una profunda reforma fiscal que permita que el 10% m¨¢s rico de nuestro pa¨ªs y las grandes corporaciones aporten m¨¢s a las arcas p¨²blicas, todo deterioro de las bases recaudatorias del IRPF es financiada por los propios trabajadores y las rentas medias por las v¨ªas de menos gasto social y m¨¢s imposici¨®n indirecta, en una suerte de redistribuci¨®n hacia arriba de la renta y el bienestar o redistribuci¨®n al rev¨¦s.

Por ejemplo, la reducci¨®n del d¨¦ficit del 4,5% del producto interior bruto (PIB) al 3,1% se explica por una disminuci¨®n de un 1,2% del PIB del gasto p¨²blico y un 0,2% del PIB de mayores ingresos p¨²blicos.

En 2018 las Administraciones p¨²blicas invertir¨¢n 10.000 millones menos de lo debieran en pol¨ªticas sociales y de modernizaci¨®n de la econom¨ªa

Nos ayuda a entender lo anterior el hecho de que el gasto total de las Administraciones p¨²blicas haya crecido en 2017 a una tasa del 1,1%. En particular, el gasto de la Administraci¨®n central se redujo a una tasa del 0,7%; sin embargo, la econom¨ªa creci¨® nominalmente un 4%. Por cierto, con ese crecimiento del gasto p¨²blico no se puede decir que la pol¨ªtica fiscal sea expansiva.

El ajuste en 2018 se volver¨¢ a producir por el lado del gasto y, en particular, por el lado del gasto social y productivo: estas tres variables volver¨¢n a crecer menos que el crecimiento nominal de la econom¨ªa, que de media podr¨ªa situarse, con bastante probabilidad, en el 4,7%. Con ello, las Administraciones p¨²blicas invertir¨¢n 10.000 millones menos de lo que debieran en pol¨ªticas sociales y de modernizaci¨®n de la econom¨ªa. El 100% de la reducci¨®n del d¨¦ficit ser¨¢ por la v¨ªa del gasto p¨²blico.

Por otro lado, en los Presupuestos una de las partidas m¨¢s importantes son las pensiones. El Gobierno ha ido a rastras de las demandas sociales, por no hablar del espect¨¢culo de la carrera de Ciudadanos y el PP de ir anunciado medidas electoralistas para los pensionistas; pero lo m¨¢s relevante es que el entorno normativo impuesto por el Gobierno se mantiene, es decir, el IRPF y todas las reformas del PP, marco por el que los pensionistas perder¨¢n a medio plazo entre un 30% y un 40% de poder adquisitivo y un 11% acumulado hasta 2023, seg¨²n la Airef; por consiguiente, la normativa por la que los pensionistas perder¨¢n poder adquisitivo de manera estructural permanece, por lo que las medidas propuestas en los Presupuestos en materia de pensiones adem¨¢s de insuficientes, en muchas de ellas son transitorias.

Otra de las grandes funciones de las finanzas p¨²blicas es contribuir a la modernizaci¨®n de la econom¨ªa, y por ende a incrementar la productividad, cada vez m¨¢s importante a tenor del envejecimiento de nuestra poblaci¨®n. Desgraciadamente, el propio Gobierno reconoce que la productividad aparente del trabajo solo crecer¨¢ un 0,2% en 2018, con lo que las ganancias de competitividad de la econom¨ªa se producen, en gran parte, por la devaluaci¨®n interna. Pero el tiempo para ganar productividad se agota antes de que concluya la fase alcista del ciclo econ¨®mico.

Pedro Saura es portavoz de Econom¨ªa del Grupo Parlamentario Socialista.