La Europa de Macron no existe
En un entorno cada vez m¨¢s euroesc¨¦ptico, al presidente de Francia le har¨¢ falta mucho m¨¢s que su fuerza de convicci¨®n
Con el Brexit, el proyecto europeo ten¨ªa que recuperar el buen color. Al situarse fuera de juego, los brit¨¢nicos ofrec¨ªan una oportunidad a la UE: eliminar los obst¨¢culos que ese socio timorato pon¨ªa ante cada tentativa de avance federalista. Los europeos m¨¢s convencidos se dan cuenta hoy de que eso no ser¨¢ suficiente. Peor, entre los Veintisiete se multiplican las reticencias.
Dentro de poco m¨¢s de un a?o, las elecciones europeas van a cambiar la fisonom¨ªa del Parlamento de Estrasburgo. El presidente franc¨¦s quiere aprovechar esa oportunidad para poner sobre la mesa sus propuestas, presentadas en su discurso de la Sorbona. Para ello necesita que sean elegidos 150 eurodiputados de La Rep¨²blica en Marcha y convencer a otros elegidos europeos de que constituyan con ellos una mayor¨ªa eur¨®fila. Antes de esto, en junio, Emmanuel Macron presentar¨¢ una plataforma com¨²n de reforma de la UE junto con la canciller alemana Angela Merkel.
El mantra del franc¨¦s: hacer que Europa sea protectora de sus ciudadanos, tanto de cara a la amenaza exterior, como en el control de las fronteras y en el plano social. Francia desea que una doctrina de defensa y un presupuesto com¨²n sean efectivos en 2020. Pero mientras que Francia apunta al Sahel, foco de la amenaza islamista, Europa del Este se inquieta a causa de su vecino ruso. Y en materia de defensa, Reino Unido sigue siendo el ¨²nico socio fiable, a pesar del Brexit, ya que el Ej¨¦rcito brit¨¢nico es el ¨²nico capaz de formar una fuerza europea cre¨ªble junto a los militares franceses.
La ausencia de una pol¨ªtica com¨²n en materia de migraciones tambi¨¦n ha dejado sus huellas. El presidente franc¨¦s desea la creaci¨®n de una oficina europea de asilo y de una polic¨ªa europea de fronteras, a fin de armonizar los procedimientos. Pero esta propuesta llega tarde. Las ¨²ltimas campa?as en Europa se han focalizado sobre ese tema, h¨¢bilmente instrumentalizado por los populistas, tanto en Austria como en Italia.
La ausencia de una pol¨ªtica com¨²n en materia de migraciones tambi¨¦n ha dejado sus huellas
Sobre este asunto, pa¨ªses como Hungr¨ªa y la Rep¨²blica Checa, muy hostiles a la llegada de emigrantes a su territorio, no est¨¢n dispuestos a ceder ni un ¨¢pice de su soberan¨ªa ni del control de sus fronteras. Macron no tiene con ellos ning¨²n margen de discusi¨®n. Asimismo, la victoria de los populistas en las legislativas italianas quiebra la alianza de Par¨ªs con Roma y Berl¨ªn sobre una gesti¨®n razonada de los refugiados y una acogida compartida conforme a cuotas de los miembros.
Estas elecciones italianas, despu¨¦s de las de Austria, han hecho tambi¨¦n que recule la ambici¨®n de gobernanza econ¨®mica de la zona euro. Los Pa¨ªses Bajos, naci¨®n fundadora, junto a otras seis capitales del norte, pero tambi¨¦n Alemania, socio hist¨®rico de Francia, son cada vez m¨¢s reticentes al establecimiento de un presupuesto espec¨ªfico para los pa¨ªses que han adoptado el euro. Porque ello engrosar¨ªa la cuenta de gastos comunes. Incluso si Francia ha conseguido por fin mantener su d¨¦ficit por debajo del 3% del PIB ¡ªlo que te¨®ricamente podr¨ªa otorgarle una brizna de credibilidad en Alemania¡ª su propuesta se convierte hoy en casi inaudible.
Por otra parte, el ascenso de los soberanistas hace que sea un tanto hipot¨¦tico el nombramiento de un ministro de Finanzas de la zona euro. Pues en Berl¨ªn la mutualizaci¨®n de la deuda sigue siendo una l¨ªnea roja que no se puede franquear. En el cap¨ªtulo social, es la derecha conservadora la que bloquea. Es mayoritaria desde el hundimiento casi general de la socialdemocracia en Europa y hasta ahora constituye el grupo principal del Parlamento europeo. Pero no ve con buenos ojos la generalizaci¨®n de un impuesto sobre las transacciones financieras en vigor en Francia o el establecimiento de toda una horquilla de impuestos a las empresas, por no hablar de la fijaci¨®n de est¨¢ndares sociales y un salario m¨ªnimo adaptado a la realidad de cada pa¨ªs. Los pa¨ªses cuya salud econ¨®mica depende de una pol¨ªtica de dumping social no har¨¢n por tanto ning¨²n gesto hacia una armonizaci¨®n a escala de la UE.
En un entorno cada vez m¨¢s euroesc¨¦ptico, a Macron le har¨¢ falta mucho m¨¢s que su fuerza de convicci¨®n. Pero para ¨¦l se tratar¨¢ tambi¨¦n de un reto nacional. Porque la revitalizaci¨®n de Europa forma parte del meollo de su pol¨ªtica. Un fracaso en Francia podr¨ªa tener como efecto abrir la puerta del poder a los populistas. Y, entonces, el proyecto de los padres fundadores europeos podr¨¢ darse por definitivamente terminado.
Olivier Bot es redactor jefe adjunto de Tribune de Gen¨¨ve.
Traducci¨®n de Juan Ram¨®n Azaola.
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