Llanto por mi hermano
Con Granada como tel¨®n de fondo, una evocaci¨®n de Jes¨²s Arias, el m¨²sico que se fue entre viejos discos punk, flamenco y escritores c¨®mplices.
A MI QUERIDISIMO hermano Jes¨²s. La muerte levanta las cortinas y nos desnuda por completo. Sin pudor, ha seguido contando la persona que fuiste, la simiente que dejas, la energ¨ªa que eres y ser¨¢s. Clasificar tu intimidad resulta una tarea obscena. Perdona, querido hermano, por este allanamiento de morada, tan voraz, tan brutal, tan necesario. Tu mirada sabia y curiosa se despliega ahora en cartas, ensayos, poemas, escritos de todo tipo, objetos insospechados, recortes del pasado, semillas del porvenir, ideas, proyectos, tus exquisitos cuadernos, fotograf¨ªas, m¨²sica, much¨ªsima m¨²sica, sirenas, bombardeos, astronautas, gritos, libros y m¨¢s m¨²sica a¨²n. Un universo inconmensurable que te hace eterno. ?C¨®mo aprehenderte? Una composici¨®n total en la que sobrevives escribiendo a¨²n nuestro legado mientras esp¨ªo triste tu sombra.
Como m¨²sico de la escena independiente, aportaste una visi¨®n clara de la realidad que nos rodeaba con tus fanzines y tus canciones con TNT. De tu mano entr¨¦ en 091 como quien aterriza en el destino de otro. Tu generosidad fue inmensa siempre. Escribimos muchas letras juntos para Lagartija Nick y estoy convencido de que tu obsesi¨®n lorquiana fue la llama que encendi¨® el disco Omega y abrig¨® a Morente. Por cierto, ?d¨®nde encontraste el poema ¡®Omega (poema para muertos)¡¯? Entonces vivimos un sue?o, no nos despertemos. Seguro que lo hablaste con tu amigo Joe Strummer mientras excavabais buscando los restos del poeta. Tengo todas las pistas en esos escritos tuyos que ahora reviso con tanto dolor e inter¨¦s.
Como m¨²sico de la escena independiente, aportaste una visi¨®n clara de la realidad que nos rodeaba con tus fanzines y tus canciones con TNT
Tu pasi¨®n por las palabras te llev¨® a trabajar como periodista desde muy joven entrando en contacto con los movimientos culturales del momento, desde el m¨¢s underground hasta el m¨¢s sofisticado. Tu trabajo en todos los diarios en los que participaste hac¨ªa que las p¨¢ginas de cultura se vieran aumentadas en n¨²mero y en emoci¨®n creativa. Hace poco te recordaba Mu?oz Molina en la Universidad de Granada. En mis manos sostengo ahora tu copia original manuscrita de El jinete polaco que te dedic¨® y pas¨® para que le comentases tus sugerencias. Para ti no hab¨ªa acercamiento que no significara inmersi¨®n plena. Era tu manera de abarcar lo inabarcable. Tus poemas siguen esperando, emergen de los diarios, de los amores y los desamores que tanto cuidaste, de los a?os, de las noches que los ocultaban y que a ti tanto te entreten¨ªan. Empiezan a considerar la luz como su siguiente mundo, quieren seguirte ahora que habitas en ella.
La Granada que tanto amaste te condecor¨®, junto con tus hermanos, al poco de dejarnos; paciencia, vivir cada d¨ªa, todo llegar¨¢, no es tan importante. ?Cu¨¢l de estos consejos no entendiste? En el grafiti que hace un a?o realiz¨® El Ni?o de las Pinturas en tu honor, sobre la fachada de la casa donde nacimos, dej¨® plasmada una frase tuya: ¡°Cuando seamos mayores, vamos a ser artistas¡±. Entendiste pronto nuestro sino, siempre has tenido algo de brujo, de vidente, siempre has sido y ser¨¢s nuestro gu¨ªa.
Te despidieron a los 50 y sonrieron con satisfacci¨®n los accionistas al ir a cobrar sus apuestas, as¨ª se derriban las cosas, que dir¨ªas t¨². No te preocupes, he recuperado unos textos y canciones tuyas para el nuevo disco de Lagartija y no les va a quedar otra que hacer como que lloran mientras abrazan en m¨ª tu ausencia rebelde y punki, con ganas de luchar.
Ahora voy detr¨¢s de ti como esos pilotos de f¨®rmula 1 que a ti tanto te gustaban, a la misma distancia, tu siempre por delante, inalcanzable. No es f¨¢cil distinguir a tu maestro cuando la vida te lo pone tan cerca y la muerte tan lejos, cr¨¦eme, querid¨ªsimo Jes¨²s.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.