Injerencia inadmisible
Alemania debe mostrar un respeto escrupuloso al Estado de derecho espa?ol
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El Gobierno espa?ol se ha esforzado por mantener en p¨²blico el respeto a la independencia judicial a pesar del rev¨¦s dif¨ªcilmente justificable propinado por el tribunal de Schleswig-Holstein al descartar entregar a Puigdemont por rebeli¨®n y expresar sus dudas sobre la malversaci¨®n.
El Gobierno alem¨¢n, por el contrario, ha cometido una injerencia inadmisible en democracia e inaceptable entre socios europeos: la ministra de Justicia, la socialdem¨®crata Katarina Barlay, expres¨® el viernes en una reuni¨®n con periodistas que la decisi¨®n judicial es ¡°absolutamente correcta, esperada¡± y que Puigdemont vivir¨¢ ahora ¡°libre en un pa¨ªs libre¡±, en referencia a Alemania. Una salida de tono tan evidente que el Gobierno alem¨¢n se vio obligado ayer a empe?arse a fondo para rebajar la tensi¨®n con Espa?a. La ministra telefone¨® a su hom¨®logo espa?ol, Rafael Catal¨¢, para aclarar lo que consider¨® un ¡°malentendido¡±. Y un portavoz del Gobierno alem¨¢n subray¨® que el ¡°conflicto debe resolverse en el marco de la Constituci¨®n¡±.
El Ejecutivo espa?ol no ha sido eficiente en la batalla por la opini¨®n p¨²blica europea, atra¨ªda por el discurso victimista del independentismo y el espantajo del pasado franquista que algunos agitan interesadamente. Pero lo que no puede permitirse ¡ªadem¨¢s¡ª es que Gobiernos aliados como el alem¨¢n cuestionen el funcionamiento de la democracia y las instituciones en Espa?a. Que esto haya ocurrido es un signo de debilidad de nuestra diplomacia. La ¨²nica respuesta conocida ha sido la carta ¡ªpobre recurso¡ª que la embajadora de Espa?a envi¨® a S¨¹ddeutsche Zeitung, el diario que public¨® los comentarios de Barlay. La embajadora explica al p¨²blico alem¨¢n que no se trata de un conflicto entre Espa?a y Catalu?a, sino entre catalanes independentistas y no independentistas. Las apelaciones al di¨¢logo que ayer formul¨® el portavoz parlamentario del SPD est¨¢n fuera de la realidad. Es un fallo del Gobierno haber permitido que la demagogia populista que emplean los independentistas haya recabado tantos apoyos en Europa.
La decisi¨®n del tribunal regional alem¨¢n ha abierto un debate sobre el funcionamiento de la euroorden y sobre la actuaci¨®n de unos jueces que en lugar de actuar desde el principio de confianza mutua han entrado a calificar los hechos desde los par¨¢metros opuestos. Ese debate deber¨¢ resolverse por la v¨ªa judicial. Pero lo que ya es intolerable para la higiene democr¨¢tica de los socios europeos es el juicio pol¨ªtico a un procedimiento judicial por parte del Gobierno de un pa¨ªs donde el independentismo, adem¨¢s, est¨¢ prohibido.
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