Sexualidades, religiones y pol¨ªtica
La discusi¨®n sobre la sexualidad logr¨® enturbiar, para fortuna del candidato triunfador, Carlos Alvarado, el debate sobre el Gobierno actual, asi como esc¨¢ndalos de corrupci¨®n en la banca estatal de Costa Rica
Las recientes elecciones costarricenses significaron cambio dentro de la continuidad. Un relevo generacional escenificado por un nuevo presidente de 38 a?os, Carlos Alvarado, y la prolongaci¨®n del Partido Acci¨®n Ciudadana (PAC) que se institucionaliza, luego de su ingreso al escenario pol¨ªtico a inicios de siglo, en abierto desaf¨ªo al sistema bipartidista imperante.
El cambio ocurre en un contexto de transformaciones simult¨¢neas en el sistema pol¨ªtico y en el sistema de partidos, en una coyuntura caracterizada por las llamadas guerras culturales. La primera fase de campa?a (octubre-enero) estuvo marcada por controversias en torno al matrimonio igualitario y la educaci¨®n sexual en los colegios, lo que hizo posible el r¨¢pido ascenso de un partido evang¨¦lico pentecostal, en alianza temporal con la jerarqu¨ªa cat¨®lica, ambos espantados por el fantasma de la homosexualidad.
La discusi¨®n sobre la sexualidad logr¨® enturbiar, para fortuna del candidato triunfador, el debate sobre el Gobierno actual, as¨ª como recientes esc¨¢ndalos de corrupci¨®n en la banca estatal.
La segunda fase de la campa?a ¡ªnecesaria puesto que ninguno de los contendientes alcanz¨® el 40% requerido para ser electo presidente¡ª, estuvo signada por el rechazo de los sectores progresistas a la propuesta evang¨¦lica, centrada en la promoci¨®n de la familia tradicional y la potencial discriminaci¨®n de los homosexuales en el empleo p¨²blico, entre otros temas pol¨¦micos.
Los escritos de un l¨ªder pentecostal calificando de "sat¨¢nica" a la Virgen de los ?ngeles, baluarte de la religiosidad popular cat¨®lica costarricense, desencadenaron la ruptura del catolicismo tradicional con los evang¨¦licos. En vista de que el 62% de la poblaci¨®n se declara cat¨®lica y solo un 22% se puede ubicar dentro del protestantismo, el repudio del catolicismo hacia las posturas de algunos l¨ªderes pentecostales se volc¨® en las urnas el 1 de abril, provocando una avalancha de votos a favor del candidato oficialista.
"Costa Rica ha experimentado grandes cambios econ¨®micos y sociales en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, con fuertes repercusiones en el sistema pol¨ªtico y partidario"
Pero los resultados est¨¢n lejos de circunscribirse a factores ¨²nicamente coyunturales. La situaci¨®n es m¨¢s compleja, debido a los grandes cambios econ¨®micos y sociales experimentados por Costa Rica en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, con fuertes repercusiones en el sistema pol¨ªtico y partidario.
El sistema pol¨ªtico se ha reconfigurado a causa del ingreso de nuevas fuerzas sociales y pol¨ªticas al proceso pol¨ªtico. El bloque en el poder se ha recompuesto derivado de las transformaciones en la producci¨®n. Costa Rica gener¨® una nueva econom¨ªa donde, en paralelo a la exportaci¨®n tradicional de caf¨¦ y banana, surgieron nuevas actividades agroexportadoras, a la vez que se ingresaba en los mercados de tecnolog¨ªa y ecoturismo.
El nuevo paradigma econ¨®mico explica tambi¨¦n la asimetr¨ªa del voto entre las provincias centrales y perif¨¦ricas, donde clases medias urbanas educadas se encuentran vinculadas a las actividades de mayor valor agregado, mientras que sectores m¨¢s pobres, blanco preferido del pentecostalismo asistencialista, est¨¢n en las zonas bajas y costeras, alejadas del centro del pa¨ªs.
Las clases trabajadoras tambi¨¦n se diversificaron. Nuevos procesos de diferenciaci¨®n social reclaman nuevas necesidades de representaci¨®n social, m¨¢s all¨¢ del marco r¨ªgido del bipartidismo tradicional. Identidades partidarias en crisis, provocan una alta volatilidad, donde la gente cambia frecuentemente de intenci¨®n de voto a lo largo de las campa?as electorales. En este contexto brotan adem¨¢s los llamados partidos ef¨ªmeros (flash parties), como lo demuestra el vertiginoso ascenso del partido evang¨¦lico, afectando directamente la recomposici¨®n del sistema de partidos costarricenses.
Es entonces cuando la movilizaci¨®n de clases medias urbanas educadas, ubicadas en el sector p¨²blico, ejerciendo hegemon¨ªa cultural desde las universidades estatales, explican tambi¨¦n el triunfo electoral: una amplia participaci¨®n que uni¨® a la izquierda tradicional, sectores progresistas y al conservadurismo cat¨®lico en una alianza inveros¨ªmil.
"El nuevo Gobierno estar¨¢ obligado a construir mayor¨ªas legislativas dado su car¨¢cter minoritario en el Parlamento"
Estos cambios de fondo explican la reorientaci¨®n del sistema de partidos hacia el multipartidismo, particularmente reflejado en la reci¨¦n electa Asamblea Legislativa, donde ninguna agrupaci¨®n obtiene mayor¨ªa y el presidente electo solo cuenta con diez diputados de 57 posibles. En efecto, se vislumbran evidentes dificultades para la gobernabilidad, pues la diversidad de actores pol¨ªticos origina una democracia empatada, en donde los actores sociopol¨ªticos tienen capacidad de vetar las iniciativas de sus contrapartes, pero no logran construir hegemon¨ªa.
El nuevo Gobierno estar¨¢ obligado a construir mayor¨ªas legislativas dado su car¨¢cter minoritario en el Parlamento. Para empezar, planea ofrecer cargos ministeriales a los opositores previa firma de una agenda legislativa com¨²n, lo que pareciera un intento de fabricar parlamentarismo dentro del presidencialismo, aunque sin voto de censura, las limitaciones son obvias. Algunos partidos opositores ya aceptan hablar de agendas legislativas, pero se distancian de la tentaci¨®n de aceptar carteras ministeriales.
De cara a un nuevo mandato, dos grandes pruebas pol¨ªticas esperan al joven presidente. La primera es la reforma fiscal para combatir un d¨¦ficit del 7% del PIB, importante para enfrentar a las calificadoras de riesgo, pero adem¨¢s a los sindicatos del sector p¨²blico, representados en su coalici¨®n pol¨ªtica por el segundo vicepresidente, dirigente sindical destacado. Sin reducciones en el gasto y modificaciones en el empleo estatal, la reforma fiscal quedar¨¢ reducida a aumento de impuestos, insuficiente para reducir las carencias en las arcas del estado.
En segundo lugar, la elecci¨®n del nuevo directorio legislativo probar¨¢ su capacidad de establecer alianzas con los partidos y l¨ªderes que no le apoyaron en la elecci¨®n. La discusi¨®n sobre sexualidades, familias e injerencia religiosa qued¨® atr¨¢s. Solo una ¨¢gil gesti¨®n pol¨ªtica permitir¨¢ el debate y los acuerdos en materia fiscal, deterioro de infraestructura, desigualdad creciente y estancamiento en la reducci¨®n de la pobreza; sin olvidar que la definici¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas deber¨¢ pasar por procesos de negociaci¨®n intensa, dada la minor¨ªa legislativa del nuevo Gobierno.
Constantino Urcuyo Fournier es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad de Costa Rica y director acad¨¦mico del Centro de Investigaci¨®n y Adiestramiento Pol¨ªtico Administrativo (CIAPA).
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