El memorial de la esclavitud reabre heridas en Portugal
Descendientes de africanos, autoridades e historiadores se enzarzan en torno a un museo

Portugal fue el primer Estado del mundo en comerciar con esclavos desde ?frica. Fue entre 1450 y 1900; pero los recuerdos llegan hasta hoy. La ¨²ltima mujer que hab¨ªa sido esclava falleci¨® en Lisboa en 1930. La asociaci¨®n portuguesa de afrodescendientes DJASS ha conseguido que su proyecto de un memorial de la esclavitud sea uno de los m¨¢s votados (1.176 votos) del Presupuesto Participativo del Lisboa.
La idea de la asociaci¨®n consiste en un memorial en el centro de la ciudad, en la ribera del r¨ªo, con el fin de ¡°reconocer el papel de Portugal en el comercio de esclavos, la resistencia de las poblaciones africanas, y que aborde los efectos de este comercio en la existencia del racismo actual¡±. Cuenta con presupuesto, 100.000 euros, y fecha de ejecuci¨®n, antes de 2020; sin embargo al Ayuntamiento, promotor del presupuesto participativo, no le gusta mucho la idea ganadora. Prefiere crear el Museo de los Descubrimientos y que en una de sus salas se recuerde la esclavitud.
En cinco siglos, Portugal mercade¨® con m¨¢s de 11 millones de africanos, asi¨¢ticos y americanos. Si fue uno de los pioneros en el negocio, tambi¨¦n dice ser uno de los primeros que abolieron la esclavitud. Oficialmente, el rey Jo?o I la prohibi¨® en 1761, pero solo en la metr¨®poli y en las Indias; aunque en realidad, m¨¢s que prohibir, no permiti¨® nuevos esclavos en esos territorios. Los activistas afrodescendientes, los mun¨ªcipes y los historiadores est¨¢n muy divididos; para los primeros, un museo de tales caracter¨ªsticas esconder¨ªa una vez m¨¢s el negocio de los negreros portugueses; para los segundos, entrar¨ªa en un museo, aunque solo ser¨ªa una parte de ¨¦l, la parte oscura, de aquellos siglos brillantes. Los historiadores tambi¨¦n se dividen entre los que acusan al Ayuntamiento de querer esconder una vez m¨¢s la historia cr¨ªtica y los que, por otro lado, recuerdan que en la colonia portuguesa en ?frica nunca hubo revueltas contra la esclavitud y que, por tanto, hablar de la resistencia de los pueblos tambi¨¦n distorsiona la historia. Sea cual sea la soluci¨®n final, va a seguir dando que hablar.
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