Esas mascotas eternas
Algunos perros siguen venerando a sus amos tiempo tiempo despu¨¦s de la muerte de estos
El pasado 8 de marzo, mientras por todo el planeta se produc¨ªan manifestaciones por el D¨ªa de la Mujer, en la plaza de la estaci¨®n de Shibuya (Tokio) ten¨ªa lugar una ceremonia m¨¢s discreta: el homenaje a Hachik¨ y en su figura a todos los perros que amaron a sus due?os m¨¢s all¨¢ de la muerte, porque Hachik¨ fue aquel famoso akita que durante nueve a?os esper¨® en vano el regreso de su amo -el profesor Hidesabur¨ Ueno- fallecido de infarto mientras impart¨ªa clases en la Universidad de Tokio. La estatua de Hachik¨ se encuentra en la salida del and¨¦n n¨²mero 8 de Shibuya y su historia rebas¨® las fronteras japonesas gracias a la pel¨ªcula Hachik¨ Monogatari (1987), versionada despu¨¦s por Richard Gere como Hachi: A Dog's Tale (2009).
Por otro lado, el 20 de febrero pasado muri¨® Capit¨¢n en Villa Carlos Paz (Argentina), un perro que durante doce a?os vel¨® la tumba de su due?o fallecido en 2006. A Capit¨¢n le han dedicado numerosos reportajes en Argentina porque los vecinos desean levantarle una estatua en el cementerio local, conmovidos por su cari?o y fidelidad. Sin embargo, en Espa?a podr¨ªa contarse una gesta similar, pues el fot¨®grafo catal¨¢n Josep Maria Co de Triola (1884-1965) public¨® en Eco de Villanueva y la Geltr¨² la cr¨®nica ?Extraordinaria gesta de Skipi, perro ejemplar? (1949), donde glosaba la peripecia del setter de la familia Farrerons-Velasco, extraviado en julio de 1936 cuando una turba entr¨® en la residencia para llevarse a la pintora Rosario de Velasco a una checa
Pasemos por alto los episodios de saqueo, rescate y precipitada huida de la familia hacia Francia para situarnos en Briviesca (Burgos), donde los Farrerons-Velasco se instalaron a mediados de 1938. Le cedo la palabra a Co de Triola: ?En una clara ma?ana oto?al, pasando el doctor por una de aquellas carreteras vecinas, ?cu¨¢l no ser¨ªa su asombro y bien comprensible estupor, al hallar ante su mirada -at¨®nitos los ojos por la emoci¨®n despertada por la aparici¨®n- a Skipi, el fiel y portentoso Laverack que hac¨ªa m¨¢s de dos a?os hab¨ªa dejado en tierras de Catalu?a¡±. Skipi estaba ag¨®nico y ensangrentado cuando encontr¨® a su familia despu¨¦s de recorrer durante dos a?os m¨¢s de 500 kil¨®metros y atravesar los campos de batalla del frente de Arag¨®n. Co de Triola no se lo explicaba: ??C¨®mo pudo ?conocer? el perro el paradero de su amo? ?Cu¨¢n acuciantes impulsos, cu¨¢ntas desazones e inquietudes no hubo de experimentar el animal antes de emprender tan largo como penoso viaje? ?C¨®mo ?supo? Skipi la direcci¨®n a tomar para poder conseguir sus ?prop¨®sitos?? ?C¨®mo logr¨® poder llegar a la tan deseada meta y c¨®mo ?reconoci¨®? que Briviesca era el final de su larga -y es de suponer- accidentada correr¨ªa?¡±.
Do?a Mar¨ªa del Mar Farrerons Velasco est¨¢ a punto de cumplir 80 a?os, contin¨²a ejerciendo la medicina y recuerda como si fuera ayer el d¨ªa que Skipi entr¨® en la casa con un jam¨®n. ?As¨ª nos enteramos c¨®mo sobrevivi¨®, pero nunca supimos c¨®mo nos encontr¨®¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.