Analizando (cient¨ªficamente) a Freud
La teor¨ªa del psicoan¨¢lisis revolucion¨® las mentes del siglo XX. Pero la obra del neur¨®logo austr¨ªaco no est¨¢ exenta de lagunas. Su trabajo no se guiaba por el m¨¦todo cient¨ªfico. La psicolog¨ªa no son solo emociones.
No hay duda de que la obra de Sigmund Freud (1856-1939) ha sido un referente en la historia cultural del siglo XX. Sus ideas sobre sexualidad, religi¨®n, la mente humana y el psicoan¨¢lisis han influido en movimientos art¨ªsticos desde el surrealismo hasta el cine, donde encontramos referencias a su obra en directores tan opuestos como Alfred Hitchcock y Woody Allen. Freud tambi¨¦n ha sido un referente para movimientos sociales tan importantes como el feminismo y para muchas corrientes filos¨®ficas. Sin embargo, su aportaci¨®n real a la ciencia, a la psicolog¨ªa o a la neurobiolog¨ªa es m¨¢s controvertida.
El primer problema que encontramos en la obra del fundador del psicoan¨¢lisis es que su trabajo no se guiaba por el m¨¦todo cient¨ªfico, seg¨²n el cual las hip¨®tesis se confirman o se descartan en base a la experimentaci¨®n. La mayor¨ªa de sus teor¨ªas se sustentan en sus observaciones, elucubraciones o especulaciones que directamente se dan por buenas sin someterlas a ning¨²n ensayo o control. Hay que decir en su descargo que plantear experimentos en psicolog¨ªa es muy dif¨ªcil, y en su ¨¦poca no exist¨ªan muchas de las herramientas con las que contamos ahora.
El problema es que cuando las t¨¦cnicas han estado disponibles, la mayor¨ªa de sus afirmaciones no han superado el escrutinio. El psic¨®logo experimental H.J. Eysenck lo resum¨ªa diciendo que en la obra de Freud lo que es cierto no es nuevo, y lo que es nuevo no es cierto. Tampoco ayuda el hecho de que el neur¨®logo tend¨ªa a exagerar sus propios logros y que la realidad hist¨®rica no siempre coincide con lo que ¨¦l dej¨® escrito. Un ejemplo es el ensayo sobre la histeria escrito por el doctor Josef Breuer, mentor de Freud, en colaboraci¨®n con su afamado alumno. En dicho informe se analiza el caso de la paciente Anna O., diagnosticada con esta enfermedad. Ambos desarrollaron una nueva terapia para solucionar su enfermedad, asumiendo que el problema estaba en el subconsciente. Fue un aparente ¨¦xito. La realidad es que Bertha Pappenheim (el nombre real de Anna O.), pas¨® mucho tiempo en hospitales psiqui¨¢tricos tras su presunta recuperaci¨®n, lo que no le impidi¨® convertirse en una de las figuras m¨¢s destacadas del feminismo.
Detr¨¢s de una depresi¨®n no tiene por qu¨¦ haber ning¨²n sentimiento o trauma, sino un problema de neurotransmisores cerebrales
Hoy d¨ªa la mayor¨ªa de expertos coinciden en que posiblemente sufriera una epilepsia del l¨®bulo temporal. Tampoco ayuda que la mayor¨ªa de los seguidores de Freud no trataron de hacer un an¨¢lisis cr¨ªtico de su obra y separar el grano de la paja, sino que agrandaron la brecha entre el psicoan¨¢lisis y el m¨¦todo cient¨ªfico. S¨®lo hay que ver c¨®mo acabaron algunos: el c¨¦lebre psic¨®logo suizo Carl Gustav Jung acab¨® hablando de ovnis, la obra de Jacques Lacan fue tildada de charlataner¨ªa y Wilhelm Reich acab¨® construyendo m¨¢quinas para acumular una inexistente energ¨ªa llamada orgon y manteniendo una surrealista correspondencia con Einstein.
Tampoco se puede decir que Freud tuviera excesivo acierto o intuici¨®n a la hora de abordar los problemas psicol¨®gicos. Muchas de las interpretaciones que dio han resultado ser err¨®neas. Para ¨¦l todo depend¨ªa de deseos y emociones, muchas de ellas subconscientes o reprimidas. Pero esto no necesariamente es cierto. Percibir el latido del coraz¨®n no significa que estemos enamorados, sino que es un reflejo de la realidad f¨ªsica de que este m¨²sculo bombea sangre. El cerebro tambi¨¦n es un ¨®rgano f¨ªsico, y como tal, muchos de los fen¨®menos que Freud interpretaba como fruto del subconsciente tienen en realidad una interpretaci¨®n en su propio funcionamiento. El desarrollo del psicoan¨¢lisis y la premisa de que la mayor¨ªa de problemas psicol¨®gicos pod¨ªan solucionarse con una terapia psicoanal¨ªtica ha supuesto un retraso de d¨¦cadas en la investigaci¨®n del cerebro y en el desarrollo de f¨¢rmacos o tratamientos que pueden ser m¨¢s ¨²tiles que interminables sesiones de terapia. De la misma manera que nadie atribuir¨ªa un infarto o una dolencia cardiaca a un desenga?o sentimental, detr¨¢s de una depresi¨®n, una adicci¨®n o un trastorno bipolar no tiene por qu¨¦ haber ning¨²n sentimiento o trauma infantil, sino un problema en la s¨ªntesis de neurotransmisores o de exceso de ellos, para el que puede ser m¨¢s efectivo una pastilla de litio que cientos de horas de charla en el div¨¢n.
?Los sue?os son interpretables (o no)?
Freud dedic¨® un libro de 800 p¨¢ginas a la interpretaci¨®n de los sue?os. Para el neur¨®logo, estas proyecciones ten¨ªan la funci¨®n de mantener al sujeto dormido y se pod¨ªan interpretar como la realizaci¨®n de deseos no cumplidos en la vigilia. Si en el sue?o no queda claro cu¨¢l es el deseo, se debe a que este se reprime y se enmascara, pero Freud defiende que un psicoanalista puede descifrarlo. Hoy sabemos que solo so?amos durante la fase REM, que representa el 25% del tiempo total que pasamos en la cama. Si Freud estuviera en lo cierto, pasamos un 75% de sue?o ¡°desprotegido¡±. La funci¨®n de la fase REM es esencial para el organismo y se relaciona con procesos de regulaci¨®n de la temperatura y de hormonas como la citocinas y el GABA, que influyen en el sistema nervioso. Seg¨²n la neurobiolog¨ªa, la extra?eza de los sue?os se debe a la activaci¨®n del cerebro sin ning¨²n est¨ªmulo externo, por lo que no tiene ning¨²n significado oculto ni interpretable. De todas formas, usted mismo puede hacer la prueba. Cuando tenga un sue?o extra?o vaya a tres psicoanalistas diferentes para que lo interpreten. Luego compare si las teor¨ªas coinciden. ?Imagina que le pasara lo mismo con una radiograf¨ªa y la consulta de tres traumat¨®logos distintos?
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