El muro del Valle cae

Un equipo del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) acudir¨¢ hoy al Valle de los Ca¨ªdos para realizar una investigaci¨®n sobre el estado del osario y determinar si puede realizarse la exhumaci¨®n de los restos de dos miembros de la familia Lape?a, fusilados por los falangistas durante la Guerra Civil, y el de dos personas que pertenecieron al bando franquista y cuyos restos fueron trasladados a la cripta despu¨¦s de finalizar el conflicto. Tras una larga batalla judicial, que inici¨® hace seis a?os la familia Lape?a y a la que se incorporaron despu¨¦s los familiares de los otros dos fallecidos, un juez ha ordenado que la sentencia se ejecute y que los cuerpos sean exhumados. El Estado de derecho ha mostrado as¨ª que funciona, incluso cuando se enfrenta a un asunto particularmente embrollado por intereses pol¨ªticos partidistas. Y por posiciones de poder intolerables en una democracia.

El prior de la abad¨ªa del Valle de los Ca¨ªdos se hab¨ªa negado a cumplir el requerimiento del juzgado, por considerar que el cementerio era religioso, y hace unas semanas se neg¨® tambi¨¦n a comparecer ante la Comisi¨®n de Justicia del Senado, que pretend¨ªa resolver el vac¨ªo legal que le hab¨ªa permitido inicialmente torpedear la acci¨®n de la justicia. La obstinaci¨®n del prior benedictino fue desautorizada por la Conferencia Episcopal, con lo que Patrimonio Nacional ha ordenado que se abran las puertas del Valle a los peritos del CSIC.

El paso es importante y ayudar¨¢ a normalizar una situaci¨®n que lleva desde hace tiempo pesando sobre las espaldas de la democracia espa?ola. Si hay unos muertos en fosas comunes y los familiares solicitan su exhumaci¨®n, la justicia debe dar inmediata respuesta, y el Estado debe facilitar los medios. El Valle de los Ca¨ªdos, donde hay m¨¢s de 33.000 cuerpos enterrados, estaba blindado por la Iglesia ante cualquier iniciativa que rompiera el statu quo. Los investigadores del CSIC tienen ahora la palabra. La justicia ya dijo la suya.